Se suele pensar que el vehรญculo principal de la poesรญa es la voz de quien la reproduce, no tanto el papel. Esto se afirma como verdad inmarcesible aunque no suceda sino como una excepciรณn en presentaciones y festivales de poesรญa; ya lo seรฑalรณ Ulises Carriรณn hace mรกs de 30 aรฑos, los poetas de hoy no cantan sus versos, los escriben. Ademรกs, no son pocos los poetas jรณvenes (y no tan jรณvenes) que en aras de alejarse del amaneramiento pomposo de otros siglos suelen leer sus poemas con estilos que van de lo autista a lo catatรณnico. Hay, sin embargo, en ese mundo de excepciones, una larga lista de poemas que leรญdos en voz alta son capaces de jugar un doble juego entre la voz y el papel; son poemas escritos pero cuya lectura en voz alta nos devela un estrato sonoro no perdido.
Propongo una lista de poetas mรกs que notables que ademรกs son esplรฉndidos lectores de sus poemas; es una lista caprichosa (aunque coherente) que no estรก exenta de exclusiones que a muchos les parecerรกn imperdonables. Cada uno de los videos a continuaciรณn muestran distintos modos de relacionarse con la poesรญa propia, desde la lectura mesurada y elegante a la mรกs emotiva, casi catรกrtica. Seleccionรฉ los videos con base en tres criterios: que el poema (o la obra poรฉtica en su conjunto) fueran de mi agrado, que la lectura no solo fuera una representaciรณn sino un performance, es decir, que la lectura ayudara a la construcciรณn de sentido en el poema, sin que este dependiera absolutamente de la voz del o la poeta, y que el o la poeta tuvieran una voz agradable o acorde a la poรฉtica (nada mata tanto un buen poema como una voz tipluda o gangosa). En cada uno de los comentarios expreso algunas otras razones para escoger estos ejemplos.
1. Dylan Thomas
Es bien sabido que Dylan Thomas descuella como un estupendo lector de poemas en la tradiciรณn anglosajona, que se caracteriza por la correcciรณn en la actio oratoria. En este video lee la villanela “Do Not Go Gentle into that Good Night”, escrita con motivo de la lenta agonรญa de su padre. Es una lectura que no se basta en el ritmo yรกmbico de los pentรกmetros sino que modula la interpretaciรณn para enfatizar los lรญmites del poema, como si la forma fuera un acordeรณn o el arco de un chelo que en sus extremos desfallece.
2. Gonzalo Rojas
El chileno Gonzalo Rojas es, entre los hispanohablantes, quizรก el que mรกs raja ha sacado de la extraรฑa musicalidad de la lengua espaรฑola. En la mรบsica de sus versos se conjugan sin pudor (que la suya es una mรบsica de fiesta) los ritmos del barroco, la viveza de los cantos populares y la experimentaciรณn descoyuntada del jazz. El siguiente video, grabado en una lectura multitudinaria en Medellรญn, es una muestra del sonido Gonzalo Rojas. Su lectura, apurada como la voz de un niรฑo que, nadando, saliera a respirar entre los versos, confirma que su poesรญa es nariz y respiraciรณn.
3. Joseph Brodsky
El siguiente video forma parte de un documental sobre la vida de Joseph Brodsky. El inicio del video nos muestra al poeta ruso sentado en una habitaciรณn mientras lee algunos de sus poemas en su versiรณn original. La musicalidad de sus versos es mรกs bien homogรฉnea, su definiciรณn mรฉtrica es, quizรก, la constancia; sin embargo su lectura no es plana sino pendular. En un ensayo sobre la tumba de Brodsky en Saint Michelle, Valeria Luiselli escribe que “quizรก sea cierto que una persona sรณlo tiene dos residencias permanentes: la casa de la infancia y la tumba”; los versos de Brodsky son, si no su residencia, sรญ una prolongaciรณn de la primera; no es difรญcil evocar, al escucharlo, la salmodia. En palabras de Ricardo San Vicente, uno de sus traductores, la lectura de Brodsky “hace resaltar el carรกcter inmaterial, palpable y casi magmรกtico de la palabra”.