Ilustraciรณn: Ed Carosia

Reflexiones sobre un concepto y su uso

La Universidad de Princeton, bajo la direcciรณn del profesor Jan-Werner Mรผller, organizรณ un seminario sobre el populismo con algunos de los mayores expertos en la materia. Rescatamos estas tres ponencias, editadas para la revista, que discuten entre sรญ una definiciรณn de populismo y sus diversos avatares histรณricos.
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En el campo de las humanidades hay muchos conceptos disputados, pero pocos se discuten en tantos niveles diferentes como el de populismo. Los estudiosos ni siquiera se ponen de acuerdo en torno a la esencia del concepto, es decir, quรฉ tipo de cosa es. Algunos hablan del populismo como de una ideologรญa; para otros, es un movimiento, una estrategia, un estilo… No es sorprendente que varios estudiosos rechacen totalmente el concepto. Pero, tras ese debate, existe un consenso sobre dos elementos que pueden ayudar a explicar en parte la supervivencia del concepto: (1) el populismo trata sobre todo del pueblo, el populus (singular) o populi (plural); (2) el populismo estรก estrechamente relacionado con la democracia (de masas).

 

Definir el populismo

Existe una autรฉntica plรฉtora de definiciones de populismo en las distintas disciplinas de las humanidades. Aunque no es sorprendente que los economistas definan populismo de una manera muy distinta, por ejemplo, a los criminรณlogos, al igual que los historiadores con respecto a los sociรณlogos, incluso dentro de las diferentes disciplinas acadรฉmicas son frecuentes definiciones muy distintas. En la ciencia polรญtica, el populismo suele definirse como estrategia polรญtica, estilo o ideologรญa.

En la primera de esas tradiciones, la definiciรณn mรกs influyente es la de Kurt Weyland, que entiende el populismo como โ€œuna estrategia polรญtica a travรฉs de la cual un lรญder personalista busca o ejerce el poder gubernamental a partir del apoyo directo, inmediato y no institucionalizado de grandes cantidades de seguidores generalmente no organizadosโ€.[1] El principal problema con las definiciones de populismo como estrategia polรญtica es que depende mucho de las regiones. Aunque puede definir la mayor parte de los fenรณmenos que normalmente se consideran populistas en Amรฉrica Latina, no es el caso de Amรฉrica del Norte o de Europa. Si el populismo norteamericano encontrรณ muchas de sus expresiones mรกs relevantes en movimientos sin lรญderes, desde el histรณrico movimiento populista al actual Tea Party, en Europa el populismo se expresa de forma especialmente notable dentro de partidos polรญticos mรกs o menos establecidos.[2] En resumen, esta definiciรณn es demasiado limitada.

Las definiciones de populismo como un estilo particular de comunicaciรณn polรญtica son populares en la academia y en los medios. El populismo se define sobre todo como un estilo comunicativo especรญfico, excesivamente emocional y simplista, que busca complacer al โ€œhombre comรบnโ€ usando su lenguaje.[3] Si la definiciรณn estratรฉgica es demasiado estrecha, la definiciรณn estilรญstica resulta demasiado amplia. Complacer al โ€œpuebloโ€ haciendo demasiadas promesas y pronunciando eslรณganes simplistas es sin duda vรกlido para todos los fenรณmenos populistas, al menos en algunos momentos. Sin embargo, hay pocos lรญderes y organizaciones polรญticos que no usen ese estilo polรญtico, que se ha convertido en el estilo por antonomasia de los debates polรญticos modernos. Por ello, esta definiciรณn combina la ventaja de incluir todos los fenรณmenos populistas con la desventaja de no excluir a los que no son populistas.

En los รบltimos aรฑos, cada vez mรกs politรณlogos han definido el populismo como una ideologรญa o discurso. Aunque los detalles de las definiciones varรญan, casi todas comparten al menos dos componentes: (1) una oposiciรณn fundamental entre โ€œel puebloโ€ y โ€œla รฉliteโ€ y (2) el populismo estรก del lado del โ€œpuebloโ€. Muchas definiciones destacan la importancia del โ€œsentido comรบnโ€ o la โ€œvoluntad generalโ€ del pueblo, que vinculan explรญcita o implรญcitamente con una concepciรณn rousseauniana de la democracia. En la lรญnea del creciente consenso en este campo, propongo la siguiente definiciรณn de mรญnimos: โ€œEl populismo es una ideologรญa de nรบcleo poroso, que considera que la sociedad estรก dividida en dos grupos homogรฉneos y antagรณnicos โ€“โ€˜el pueblo puroโ€™ frente a โ€˜la รฉlite corruptaโ€™โ€“, y que sostiene que la polรญtica deberรญa ser una expresiรณn de la volontรฉ gรฉnรฉrale (voluntad general) del pueblo.โ€[4]

La principal virtud de esta definiciรณn es que incluye los fenรณmenos populistas mรกs importantes que estudia la literatura sobre el tema, en diferentes regiones y perรญodos histรณricos, pero al mismo tiempo excluye muchos otros fenรณmenos polรญticos. Y, lo que es mรกs importante, segรบn esta definiciรณn el populismo se opone fundamentalmente al menos a dos elementos: el elitismo y el pluralismo. Por tanto, importantes ideologรญas polรญticas como el conservadurismo o el marxismo-leninismo quedan excluidas a causa de su elitismo, mientras que ideologรญas como la democracia cristiana o la socialdemocracia son excluidas por su apoyo esencial al pluralismo polรญtico.

Sin embargo, esta definiciรณn presenta al menos un problema importante: cรณmo establecer si el populismo es un rasgo ideolรณgico y no simplemente una estratagema polรญtica destinada a obtener el apoyo de las masas. En otras palabras, ยฟlos populistas creen de verdad en su propio populismo? Es un problema importante y no resulta fรกcil resolverlo, ya que no podemos entrar en las mentes de los populistas ni en el cรญrculo interno de los movimientos y partidos populistas. No obstante, no es un problema exclusivo del populismo: a menudo se ha detectado en el caso del nacionalismo (por ejemplo, en debates sobre el ex primer ministro eslovaco Vladimรญr Meฤiar o el difunto Slobodan Miloลกeviฤ‡, presidente de la antigua Yugoslavia). Y si tenemos en cuenta las muchas concesiones que realizan los polรญticos profesionales, especialmente en democracias basadas en el consenso, el problema de establecer la frontera entre ideologรญa y estrategia parece relevante para virtualmente cualquier ideologรญa existente.

 

Una concisa visiรณn general de los fenรณmenos populistas

La principal virtud de las definiciones de mรญnimos es que tienen un mรกximo alcance (extension), pero esta amplitud se produce a expensas de la profundidad (intension).[5] La definiciรณn del populismo que se ha presentado aquรญ es vรกlida para prรกcticamente todos los fenรณmenos populistas importantes que estudia la literatura sobre el tema, independientemente de รกreas geogrรกficas y perรญodos histรณricos. Al mismo tiempo, excluye muchos agentes polรญticos importantes, como el expresidente brasileรฑo Luiz Inรกcio Lula da Silva, el Partido Conservador britรกnico, el movimiento pacifista europeo, el Congreso Nacional Indio, el movimiento antiapartheid en Sudรกfrica o el Partido Demรณcrata en Estados Unidos.

Los primeros dos movimientos populistas de la historia identificados en la mayor parte de los estudios son los narodniki rusos y los populistas estadounidenses. Estos dos grupos, mayoritariamente carentes de lรญderes, emergieron en la segunda mitad del siglo XIX, y definรญan su lucha populista en los tรฉrminos de unos campesinos puros enfrentados a una รฉlite urbana corrupta. Pero mientras que los narodniki eran un pequeรฑo grupo de intelectuales urbanos, que se fueron a vivir con los campesinos en atrasadas zonas rurales, los populistas estadounidenses eran campesinos locales, que se organizaban sobre todo de forma local y regional, sin una estructura fuerte o un lรญder poderoso.[6]

En Amรฉrica Latina, en cambio, el populismo siempre ha estado vinculado a lรญderes poderosos (y de sexo masculino), llamados caudillos, desde el presidente mexicano Lรกzaro Cรกrdenas y el presidente brasileรฑo Getรบlio Vargas en la dรฉcada de 1930, pasando por el presidente argentino Juan Perรณn y el polรญtico peruano Vรญctor Haya de la Torre en los aรฑos setenta, hasta llegar a polรญticos contemporรกneos como el presidente ecuatoriano Rafael Correa y el presidente venezolano Hugo Chรกvez. Aunque estos caudillos presentan grandes diferencias en sus polรญticas econรณmicas, que varรญan desde el socialismo hasta el neoliberalismo, y han actuado tanto desde partidos reciรฉn formados y dรฉbiles como sobre la base de partidos fuertes y establecidos mucho tiempo atrรกs, todos comparten una ideologรญa populista central que corresponde a la definiciรณn anterior.

Europa no tiene una larga tradiciรณn populista. A principios del siglo XX existieron algunos movimientos populistas agrarios en Europa oriental, pero la mayorรญa de ellos fueron conquistados o reprimidos por regรญmenes autoritarios antes de que cinco dรฉcadas de comunismo borrasen la mayor parte de su legado (con algunas excepciones notables, como Bulgaria, Hungrรญa y Polonia).[7] Pese al impacto de la Revoluciรณn francesa, las รฉlites dirigieron la mayor parte del proceso de democratizaciรณn de Europa occidental, y la mayorรญa de los partidos polรญticos de la regiรณn fueron mรกs elitistas que populistas durante la mayor parte del siglo XX: es el caso de la mayorรญa de los demรณcratas cristianos, socialdemรณcratas e incluso comunistas (exceptuando algunos pequeรฑos partidos maoรญstas).

En la dรฉcada de 1980 aparecieron nuevos partidos polรญticos, en parte como consecuencia de los nuevos movimientos sociales de los aรฑos setenta. Mientras que los partidos ecologistas usaban en ocasiones la retรณrica populista, nunca fue un rasgo ideolรณgico central. En cambio, los primeros partidos de la derecha radical de la โ€œtercera olaโ€ eran bastante elitistas en su fase inicial, pero a mediados de los aรฑos ochenta se reinventaron y se presentaron como las mรกs ruidosas y populares โ€œvoces del puebloโ€.[8] Actualmente, los partidos populistas de la derecha radical โ€“que combinan populismo, autoritarismo y xenofobiaโ€“ estรกn representados en aproximadamente la cuarta parte de los paรญses europeos y son (de manera intermitente) actores polรญticos importantes en unos diez paรญses.

Los primeros partidos entraron en los parlamentos de Europa occidental en los aรฑos ochenta โ€“es el caso del Bloque Flamenco (VB) en Bรฉlgica y el Frente Nacional (FN) en Franciaโ€“, pero hasta los aรฑos noventa no empezaron a romper su aislamiento polรญtico y a tener un peso considerable en la polรญtica europea. La Liga Norte (LN) en Italia fue la primera en entrar en el gobierno, en 1994, y el Partido de la Libertad de Austria (FPร–) lo hizo en 2000. Ademรกs, formaciones como el Partido Popular Danรฉs (DFP) y el Partido por la Libertad (PVV) en Holanda son partidos cruciales en los gobiernos en minorรญa de sus paรญses.[9]

En la Europa poscomunista tambiรฉn han surgido partidos populistas de la derecha radical. Entre los pocos que obtuvieron buenos resultados en los aรฑos noventa se encontraban los republicanos checos (SPR-RSC) y el Partido de la Gran Rumania (PRM): ambos son (casi) insignificantes en la actualidad. Ademรกs, los turbulentos aรฑos noventa vieron la apariciรณn de una hueste de idiosincrรกsicos partidos populistas (normalmente de vida breve) que se organizaban en torno a un lรญder dominante, como el Movimiento Popular de Letonia (con Joachim Siegerist), el Partido Popular X en Polonia (con Stanisล‚aw Tymiล„ski) y el Movimiento por una Eslovaquia Democrรกtica (con Vladimรญr Meฤiar). En la actualidad el populismo adopta apariencias muy distintas en la regiรณn: desde el populismo de derecha radical de partidos como Jobbik en Hungrรญa hasta el โ€œpopulismo de centroโ€ de Asuntos Pรบblicos (VV) en la Repรบblica Checa o el populismo de izquierda de Direcciรณn (Smer) en Eslovaquia.

Y aunque la derecha radical es la representante de la polรญtica populista que obtiene mejores resultados en (la antigua) Europa occidental, no es la รบnica.[10] Existen los llamados populistas neoliberales โ€“entre los que destacan la (ahora difunta) Lista Pim Fortuyn (LPF) y Forza Italia(FI) del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconiโ€“, populistas de izquierda como La Izquierda en Alemania, y un grupo creciente de partidos populistas idiosincrรกsicos como la Lista Dr. Martin en Austria o el Movimiento de Palikot en Polonia.

Algunas de las nuevas democracias de รfrica y Asia tambiรฉn han visto un aumento de actores populistas.[11] Aunque la mayorรญa encajan en el modelo latinoamericano de lรญderes fuertes y partidos pequeรฑos, especialmente el derrocado lรญder tailandรฉs Thaksin Shinawatra, en otros casos los lรญderes populistas han llegado al poder al mando de partidos que no tenรญan tradiciรณn populista, como el expresidente coreano Roh Moo-hyun o el actual presidente sudafricano Jacob Zuma.

Finalmente, las crisis econรณmicas de las รบltimas dรฉcadas han producido muchos movimientos populistas, especialmente en Amรฉrica Latina. Ahora que la crisis econรณmica ha golpeado tambiรฉn a los paรญses mรกs ricos de Norteamรฉrica y Europa occidental, la retรณrica y las protestas populistas se han vuelto todavรญa mรกs comunes. En ningรบn lugar resulta mรกs visible que en Estados Unidos, donde los principales movimientos de derecha y de izquierda son fundamentalmente populistas. Mientras que el Tea Party se pone del lado de los โ€œestadounidenses corrientesโ€ en su combate central contra el โ€œcorrupto Washingtonโ€, Occupy Wall Street defiende al (buen) 99% frente al (corrupto) 1% de Estados Unidos. Incluso los movimientos inicialmente favorables a la democracia que constituyen (constituรญan) la llamada primavera รกrabe expresan fuertes sentimientos populistas.

 

Populismo y democracia

Uno de los aspectos mรกs discutidos del populismo, y sin duda la razรณn principal del gran interรฉs que despierta el fenรณmeno, es su relaciรณn con la democracia. De nuevo, las opiniones sobre el asunto presentan marcadas diferencias. La mayorรญa de los estudiosos, especialmente en Europa, creen que el populismo es inherentemente antidemocrรกtico. A menudo usan terminologรญa psicolรณgica y lo califican de โ€œtrastorno democrรกticoโ€, โ€œpatologรญaโ€ de la democracia o โ€œestilo paranoico en polรญticaโ€.[12] Sin embargo, algunos estudiosos, especialmente en Estados Unidos, creen que el populismo es totalmente democrรกtico, incluso la forma รบltima de la democracia. Esas diferencias de opiniรณn son en parte resultado de la gran variedad de definiciones empleadas en el campo, y en parte de la falta de investigaciรณn empรญrica. Pese a todo el debate, la relaciรณn entre populismo y democracia es generalmente mรกs formulada que investigada. No obstante, tanto en la teorรญa como en la prรกctica, esa relaciรณn es extremadamente ambigua y compleja.[13]

Teรณricamente, el populismo no es antidemocrรกtico; acepta la soberanรญa popular y el gobierno de la mayorรญa. Es, sin embargo, contrario a la democracia liberal: el hecho de que muchos autores empleen la palabra democracia para hablar de la democracia liberal puede explicar el predominio de las evaluaciones negativas del populismo.[14] El populismo es esencialmente contrario a la democracia liberal porque se opone al principio del pluralismo y a la prรกctica de la concesiรณn. Es una ideologรญa monista, que considera โ€œel puebloโ€ y โ€œla รฉliteโ€ algo homogรฉneo y carente de divisiones. Por eso, se opone fundamentalmente al pluralismo y percibe los derechos de las minorรญas como โ€œintereses especialesโ€ de โ€œla รฉliteโ€ que (en un mundo que funciona como un juego de suma cero) se imponen a expensas del โ€œpuebloโ€. Por eso, tambiรฉn rechaza la polรญtica de la concesiรณn: cree que existe una voluntad general de (todo) el pueblo, y defiende que la polรญtica puede y deberรญa beneficiar a todo el pueblo. Ademรกs, como se basa esencialmente en una divisoria moral, dentro del populismo las concesiones significan que โ€œlos purosโ€ son manchados por โ€œlos corruptosโ€, lo que produce la corrupciรณn de โ€œlos purosโ€.

En la prรกctica, los populistas han fortalecido el sistema democrรกtico en su paรญs (como Morales en Bolivia) y tambiรฉn lo han destruido (como Fujimori en Perรบ). En lรญnea con la relaciรณn teรณrica, los populistas tienden a apoyar y fortalecer aspectos de la soberanรญa popular y el gobierno de la mayorรญa: por ejemplo incluyendo a grupos previamente excluidos o marginalizados y apoyando o empleando instrumentos polรญticos plebiscitarios como referendos o iniciativas populares.[15] Al mismo tiempo, tienden a tener dificultades a la hora de proteger a las minorรญas o de crear contrapesos a los poderes del ejecutivo: se acusa a esos contrapesos de socavar la voluntad de la mayorรญa (o โ€œvoluntad generalโ€). Desde Berlusconi en Italia hasta Chรกvez en Venezuela, los populistas han atacado los tribunales cada vez que estos se oponรญan a sus medidas, reprochรกndoles ser voces de una รฉlite corrupta y opuesta a la vox populi (la voz del pueblo): es decir, a los populistas. Pero, aunque pueden impulsar una extrema forma de gobierno de la mayorรญa organizado en torno a un ejecutivo dominante, pocas veces han buscado el fin de la democracia como tal (es decir, de la soberanรญa popular y el gobierno de la mayorรญa).

 

ยฟUna teorรญa del populismo?

No solo no existe ninguna teorรญa dominante del populismo, sino que poca gente ha intentando desarrollar una. El sociรณlogo austriaco Werner W. Ernst escribiรณ un capรญtulo titulado โ€œHacia una teorรญa del populismoโ€ en 1987, pero en realidad se trata mรกs bien de un intento de llegar a una definiciรณn (mรกs) clara del populismo.[16] Recientemente, un grupo de economistas desarrollรณ โ€œuna teorรญa polรญtica del populismoโ€. Sin embargo, puesto que definen el populismo como โ€œla ejecuciรณn de medidas que reciben el apoyo de una parte significativa de la poblaciรณn, pero que en รบltimo tรฉrmino perjudican los intereses econรณmicos de esa mayorรญaโ€,[17] su teorรญa carece claramente de la neutralidad acadรฉmica y la precisiรณn analรญtica necesarias para que resulte รบtil en cualquier estudio serio del populismo.

Ante las diferentes formas en las que el populismo encuentra expresiรณn, incluso en similares regiones geogrรกficas y perรญodos histรณricos, no creo que la bรบsqueda de una teorรญa aplicable a todos los populismos sea particularmente รบtil. Me temo que conducirรญa a teorรญas muy abstractas que son esencialmente triviales: por ejemplo, las distintas teorรญas de la modernizaciรณn que sostienen que los procesos modernizadores (la globalizaciรณn serรญa el รบltimo de ellos) dan lugar al populismo. En primer lugar, esa tesis es muy vaga. ยฟQuiรฉnes son los โ€œperdedores de la modernizaciรณnโ€? ยฟSe les define en tรฉrminos de una privaciรณn absoluta o relativa? En segundo lugar, la tesis estรก muy poco teorizada en sus formas actuales. ยฟDe quรฉ manera el proceso abstracto de la globalizaciรณn hace que un โ€œperdedorโ€ particular apoye a un actor populista especรญfico? En tercer lugar, y de forma mรกs grave, existen crecientes pruebas empรญricas que muestran que โ€“al menos en Europaโ€“ los โ€œperdedores de la modernizaciรณnโ€ (como quiera que los definamos) no son el principal sostรฉn de los partidos populistas.[18]

Por tanto, creo que el desarrollo de teorรญas de nivel medio sobre el populismo puede dar mejores frutos. En vez de explicar todos los populismos, sin tener en cuenta su contexto, las teorรญas deberรญan en primer lugar intentar explicar de forma adecuada ciertos tipos de populismo en regiones o perรญodos concretos (por ejemplo, el neoliberalismo latinoamericano a finales del siglo XX o la derecha populista radical de la Europa contemporรกnea). Despuรฉs, los estudiosos del populismo pueden pasar a teorรญas de un tipo especรญfico en distintas regiones y perรญodos (por ejemplo, una comparaciรณn entre el populismo de izquierda latinoamericano de los aรฑos setenta y el de comienzos del siglo XX), o de distintos tipos de populismo en la misma regiรณn o perรญodo (por ejemplo, el populismo del Tea Party y de Occupy Wall Street en los Estados Unidos contemporรกneos).

Como el populismo va (casi) siempre acompaรฑado de otros rasgos ideolรณgicos (por ejemplo, agrarismo, nacionalismo, neoliberalismo), uno de los mayores desafรญos de los estudios sobre el populismo es identificar la contribuciรณn especรญfica del populismo a los fenรณmenos populistas. Por ejemplo, gran parte de la literatura sobre los partidos de la derecha radical populista considera la xenofobia un elemento intrรญnseco del populismo y, por tanto, explica el ascenso del populismo como una reacciรณn a la inmigraciรณn de masas. Aunque esta explicaciรณn puede merecer algรบn crรฉdito con respecto al populismo de la derecha radical en Europa occidental, no resulta muy adecuada para los muchos fenรณmenos populistas que se producen en otras partes del mundo, como en Latinoamรฉrica, donde el populismo no va unido a la xenofobia, y donde la inmigraciรณn de masas no es un fenรณmeno o asunto importante.

ยฟQuรฉ aรฑade el populismo a los partidos de la derecha radical? ยฟLa oposiciรณn de esos partidos al pluralismo se debe a su populismo o a su xenofobia? Idealmente, serรญamos capaces de comparar los partidos de la derecha radical con los partidos populistas de la derecha radical en un escenario similar. Sin embargo, en la actualidad, acaso como consecuencia de un โ€œZeitgeist populistaโ€,[19] en Europa no hay partidos de la derecha radical que no sean populistas. Quizรก resulte mรกs prometedor establecer una comparaciรณn entre los lรญderes de la izquierda populista y la izquierda no populista en la Amรฉrica Latina contemporรกnea.[20] Dicho esto, la mayorรญa de los populistas de izquierda tambiรฉn se diferencian de los no populistas de izquierda en factores distintos al populismo.

En conclusiรณn, los estudiosos del populismo deberรญan dedicar mรกs atenciรณn a distinguir empรญricamente los populismos que realmente existen de los rasgos ideolรณgicos que los acompaรฑan, e intentar aislar los aspectos especรญficos que el rasgo del populismo aรฑade a los fenรณmenos mรกs amplios. Eso exige, antes de nada, cuidadosos anรกlisis empรญricos de casos (comparativos) de estudio, basados en teorรญas mรกs amplias, pero destinados a desarrollar (en el mejor de los casos) teorรญas de nivel medio que expliquen tipos concretos de populismo en escenarios geogrรกficos o temporales especรญficos. ~

 

Traducciรณn de Daniel Gascรณn.

 


[1] K. Weyland, โ€œClarifying a contested concept: populism in the study of Latin American politicsโ€, Comparative Politics, vol. 34, nรบm. 1, octubre de 2001, p. 14.

[2] C. Mudde y C. Rovira Kaltwasser, โ€œPolitical leadership and populismโ€, en P. โ€™t Hart y R. Rhodes (eds.), Oxford Handbook of Political Leadership, Oxford, Oxford University Press, en prensa.

[3] Vรฉase, por ejemplo, H. Bergsdorf, โ€œRhetorik des Populismus am Beispiel rechtsextremer und rechtspopulistischer Parteien wie der โ€˜Republikanerโ€™, der fpรถ und des โ€˜Front Nationalโ€™โ€, Zeitschrift fรผr Parlamentsfragen, vol. 31, nรบm. 3, 2000; M. Canovan, โ€œTrust the people! Populism and the two faces of democracyโ€, Political Studies, vol. 47, nรบm. 1, 1999, pp. 2-16.

[4] C. Mudde, โ€œThe populist Zeitgeistโ€, Government & Opposition, vol. 39, nรบm. 3, 2004, p. 541.

[5] G. Sartori, โ€œConcept misformation in comparative politicsโ€, American Political Science Review, vol. 64, nรบm. 4, 1970, pp. 1033-1053.

[6] Para estos y otros ejemplos โ€œhistรณricosโ€ del populismo, vรฉase G. Ionescu y E. Gellner (eds.), Populism: its meaning and national characteristics, New York, Macmillan, 1969.

[7] J. Held (ed.), Populism in Eastern Europe: Racism, nationalism and society, Boulder (Colorado), East European Monographs, 1996; C. Mudde, โ€œIn the name of the peasant, the proletariat, and the people: populisms in Eastern Europeโ€, East European Politics and Societies, vol. 14, nรบm. 2, 2001, pp. 33-53.

[8] H.-G. Betz, Radical right-wing populism in Western Europe, Basingstoke (Hampshire, Inglaterra), Macmillan, 1994; C. Mudde, Populist radical right parties in Europe, Cambridge, Cambridge University Press, 2007.

[9] Vรฉase C. Mudde, โ€œWhoโ€™s afraid of the European radical right?โ€, Dissent, otoรฑo de 2011, pp. 7-11.

[10] T. Pauwels, โ€œExplaining the success of neo-liberal populist parties: the case of Lijst Dedecker in Belgiumโ€, Political Studies, vol. 58, nรบm. 5, 2010, pp. 1009-1029; L. March, Radical left parties in Europe, Londres, Routledge, 2012.

[11] Sobre Asia, vรฉase K. Mizuno y P. Phongpaichit (eds.), Populism in Asia, Singapur, nus Press, 2009.

[12] Vรฉanse, respectivamente, M. Plattner, โ€œPopulism, pluralism, and liberal democracyโ€, Journal of Democracy, vol. 21, nรบm. 1, 2010, pp. 81-92; P. Rosanvallon, Counter-Democracy: Politics in an age of distrust, Nueva York, Cambridge University Press, 2008; R. Hofstadter, โ€œThe paranoid style of politicsโ€, Harperโ€™s Magazine, noviembre de 1964, pp. 77-86.

[13] Vรฉanse, en mรกs detalle, C. Mudde y C. Rovira Kaltwasser (eds.),Populism in Europe and the Americas. Threat or corrective for democracy?, Cambridge, Cambridge University Press, 2012; C. Rovira Kaltwasser, โ€œThe ambivalence of populism: threat and corrective for democracyโ€, Democratization, en prensa.

[14] Vรฉase, entre otros muchos ejemplos, K. Abts y S. Rummens, โ€œPopulism versus democracyโ€, Political Studies, vol. 55, nรบm. 2, 2010, pp. 405-424.

[15] Vรฉase, en mรกs detalle, C. Mudde y C. Rovira Kaltwasser, โ€œVoices of the peoples: populism in Europe and Latin America comparedโ€, Kellogg Institute Working Paper, 378, 2011.

[16] W. W. Ernst, โ€œZu einer Theorie des Populismusโ€, en A. Pelinka (ed.), Populismus in ร–sterreich, Viena, junio de 1987, pp. 10-25.

[17] D. Acemoglu, G. Egorov y K. Sonin, โ€œA political theory of populismโ€, mit Department of Economics Working Paper, 11-22, 2011.

[18] Vรฉase, por ejemplo, T. Spier, Modernisierungsverlierer? Die Wรคhlerschaft rechtspopulistischer Parteien in Westeuropa, Wiesbaden, vs Verlag, 2010.

[19] Mudde (nota 4).

[20] J. G. Castaรฑeda, โ€œLatin Americaโ€™s Left Turnโ€, Foreign Affairs, vol. 85, nรบm. 3, 2006, pp. 28-43.

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(1967) es un politรณlogo holandรฉs. Entre sus numerosos trabajos sobre el populismo destaca 'The ideology of the extreme right' (Manchester University Press, 2003).


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