Dios misericordioso,
escoge a otras personas,
elige a otros mรกs.
Nos encontramos cansados de la muerte y de morir.
Ya se nos terminaron las plegarias.
Escoge a otras personas,
elige a otros mรกs.
Ya no tenemos sangre
para ofrecernos en sacrificio.
Nuestra casa se convirtiรณ en desierto.
Ya no alcanza la tierra para nuestras tumbas.
No mรกs lamentaciรณn para nosotros,
no mรกs endechas
en los libros antiguos y sagrados.
Dios misericordioso,
santifica otro paรญs,
otra montaรฑa.
Hemos regado todos los campos y las piedras
con ceniza, con sagrada ceniza.
Con ancianos,
con jรณvenes
y con reciรฉn nacidos, pagamos
cada letra de tus Diez Mandamientos.
Dios misericordioso,
alza tu fiera frente
y mira a las personas de este mundo;
dales las profecรญas, los Dรญas del Temor.
Cada lengua balbuce Tu palabra.
Ensรฉรฑales los hechos milagrosos
y los caminos de la tentaciรณn.
Dios misericordioso,
danos prendas sencillas
de pastores que estรกn con sus ovejas,
de herreros que trabajan con martillos,
de lavanderas y desolladores,
y hasta de alguien inferior, incluso.
Y haznos un favor:
Dios misericordioso,
despรณjanos del genio y su Divina Presencia. ~
Versiรณn de Hernรกn Bravo Varela
(Bereza Kartuska, Rusia Blanca [รielorrusia], 1894-Filadelfia, Pensilvania, 1974) fue una poeta y escritora judรญa. En 1935 emigrรณ a Estados Unidos.