El edificio tiene veinte departamentos. Cada mes, cada departamento debe pagar cincuenta pesos por concepto de recolección gratuita de basura. No hay de otra.
Los mil que se juntan pesos van a dar al presidente del condominio. El presidente del condominio dice gracias, señores condóminos, y se guarda trescientos pesos.
El presidente de los condóminos le entrega los setecientos pesos restantes al vigilante del edificio, que dice gracias, patrón. Este vigilante se queda con cien pesos, le da otros cien al vigilante del otro turno (que dice gracias, pareja), y le entrega los quinientos pesos restantes al operador de la Unidad Recolectora Gratuita de Basura, que dice gracias, carnalito.
El ciudadano operador de la Unidad Recolectora Gratuita de Basura guarda cuatrocientos en la bolsita de un cinturón que trae puesto alrededor de la frondosa barriga. Los cien restantes los reparte entre los cuatro ayudantes que suben la basura a la Unidad Recolectora, zarandean los tambos, hostigan a las sirvientas y se van cubriendo con costras de yeso y fideo, y dicen gracias, jefe.
Al final de esa jornada el día último de mes, el ciudadano operador de la Unidad Recolectora Gratuita de Basura se quita el cinturón con la bolsita y cuenta el dinero recolectado: cada mes se guarda lo que esté por encima de los 50 mil pesos que debe entregar al jefe de la Unidad de Limpia y Recolección del Municipio que dice gracias, compañero.
El jefe de la Unidad de Limpia y Recolección del Municipio pone en su escritorio el millón de pesos que entregaron los veinte operadores de las unidades recolectoras bajo su mando. De ese millón de pesos el jefe de la Unidad de Limpia y Recolección se queda con 50 mil y le entrega los 950 mil pesos restantes al director general de Servicios y Mejoramiento Urbano del Municipio que dice gracias, compadre.
El director general de Servicios y Mejoramiento Urbano del Municipio se queda con 100 mil pesos y le entrega 850 mil pesos al director general de Administración de la Ciudad que dice gracias cuñado y se queda con 150 mil pesos. Los 700 mil pesos restantes se los entrega a la secretaria particular del ciudadano presidente municipal que dice gracias, primo.
La secretaria particular del ciudadano presidente municipal se queda con 100 mil pesos y le entrega los 600 mil que restan al presidente municipal que dice gracias, mi amorcito. El presidente municipal se guarda cien mil y le entrega los 500 mil restantes al secretario de Gobierno del Estado Libre y Soberano de Aztlán que dice gracias, licenciado, y lo suma a lo entregado por concepto de recolección gratuita de basura de los demás municipios, que suma 50 millones.
El secretario de gobierno del Estado Libre y Soberano de Aztlán se queda con cinco millones y le entrega los 45 millones que quedan al secretario particular del ciudadano gobernador del Estado Libre y Soberano de Aztlán que dice gracias, doctor, se queda con cinco millones y le entrega los 40 millones que quedan al ciudadano gobernador constitucional del Estado Libre y Soberano del Estado de Aztlán que dice gracias, Pepe.
El ciudadano gobernador constitucional del Estado Libre y Soberano de Aztlán, se queda con 10 millones y manda los 30 millones restantes al compañero secretario particular del presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido que dice gracias, señor gobernador.
El secretario particular del presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido se queda con cinco millones y le entrega los 25 millones que quedan al presidente nacional del Comité Ejecutivo Nacional del Partido que dice gracias, Gabino.
El presidente nacional del Comité Ejecutivo Nacional del Partido se guarda cinco millones y manda los 20 millones que quedan al coordinador de Asistentes Secretos del secretario superior de la Secretaría Íntima del C. Presidente que dice gracias, Erick.
El coordinador de Asistentes Secretos del secretario superior de la Secretaría Íntima del C. Presidente, agrega la suma a lo enviado por los otros veinte estados de la República que gobierna el Partido para un total de 400 millones. Pone 20 millones en una bolsita en el cinturón que trae puesto alrededor de los fornidos abdominales y manda los 380 millones que quedan a las cuentas internacionales que dicen thank you merci danke.
Un mes de basura.
(Nomás la basura).
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.