Un trabajo de benedictinos

Nadie quiere hacer libros de referencia: implican muchísimo trabajo y nada de prestigio. Por eso, "Octavio Paz entre claves", el índice de nombres en las "Obras completas" del poeta, resulta un esfuerzo encomiable y generoso con las nuevas generaciones de lectores.
AÑADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

Hay trabajos de la vida intelectual que requieren inteligencia, laboriosidad, saber especializado, exactitud y, sobre todo, paciencia. Son llamados “trabajos de benedictino”, en recuerdo de los monjes medievales.

Adolfo Castañón y Eduardo Mejía hicieron un trabajo de benedictinos que les tomó años y ahora publica El Colegio Nacional: Octavio Paz entre claves. Índice consolidado de nombres propios de personas, personajes, títulos e ilustraciones en las dos ediciones de sus Obras completas (El Colegio Nacional, 2024, 612 páginas).

Cada tomo de las Obras tiene su propio índice, pero sería pesado leer uno por uno (desde la A hasta la Z, desde la A hasta la Z, desde la A hasta la Z…) para encontrar lo que se busca. Es mejor consolidar todos en uno (desde la A hasta la Z), como si las Obras estuviesen en un solo tomo.

Entre los primeros registros del índice consolidado está el título de la traducción de un poema de Bashō que hizo Paz y se encuentra en el tomo XII, página 640, de la primera edición y tomo VII, página 1135, de la segunda:

“A caballo en el campo” (Matsuo Bashō; Trad. Paz): t. XII, 640 / t. VII, 1135.

Y si se buscan las docenas de lugares donde Paz cita, comenta o traduce al poeta japonés, se encuentra: Bashō, Matsuo [seudónimo de Matsuo Munefusa] con todas las referencias.

De las Obras completas de Octavio Paz se han hecho tres ediciones:

Barcelona: Círculo de Lectores, 15 tomos, 1991 a 2002.

México: Círculo de Lectores / Fondo de Cultura Económica, 15 tomos, 1994 a 2003.

México: Fondo de Cultura Económica, 8 tomos, 2014.

Los indexadores se refieren como primera y segunda edición a las dos publicadas en México. En la segunda, hay menos tomos más gruesos de las mismas obras.

Paz murió en 1998, y dejó sin asignar en qué tomo irían algunos materiales. Lo hicieron en Barcelona los editores españoles y en México los mexicanos.

Además del índice consolidado, el libro incluye los 23 índices generales de cada tomo (de utilidad para situar en su contexto cada referencia). También incluye un índice de ilustraciones, tomo por tomo, de la última edición. Así como una “Advertencia”, “Diferencias entre las dos ediciones”, “Epílogo” y “Agradecimientos”.

Se ha perdido la buena tradición de incluir en los libros publicados una fe de erratas advertidas cuando ya era tarde para corregirlas. Ninguna de las tres ediciones de las Obras tuvo fe de erratas. Ojalá que estos nuevos benedictinos hayan registrado las que encontraron para añadir una fe de erratas, tomo por tomo, a la segunda edición de su libro.

La creación de índices, como la de abstracts, bases de datos, bibliografías, catálogos, calendarios, códigos, concordancias, cronologías, diccionarios, directorios, enciclopedias, fe de erratas, guías de calles, guías turísticas, instructivos, inventarios, libros de cocina, listas de precios, mapas, nomenclaturas, notas al pie, prontuarios, recetarios, resúmenes y toda clase de obras de referencia, enriquece el patrimonio de la vida intelectual. Facilita y multiplica el aprovechamiento del trabajo de otros. Son obras subordinadas a otras obras, no-libros, auxiliares de los verdaderos libros.

Quizá las concordancias bíblicas fueron las primeras obras de referencia. Lo que dice un versículo se relaciona con lo que dicen otros. Referir unos textos a otros permite una mejor lectura de todos. Los textos sagrados, clásicos, legislativos, de consulta frecuente o importantes por cualquier razón, se frecuentan con mayor facilidad y aprovechamiento provistos de índices.

La obra de Octavio Paz será mejor leída, estudiada y aprovechada, no solo por los interesados en sus textos, sino también por los interesados en los temas que tocó, gracias a Adolfo Castañón y Eduardo Mejía.

Su obra es más de agradecerse porque en el mundo de habla española, desgraciadamente, escasea este tipo de trabajos fatigosos y de poco reconocimiento. En el de habla inglesa, las reseñas de libros, sobre todo académicos, señalan la falta de un índice onomástico como una inferioridad. Existe una Society of Indexers (www.indexers.org.uk) desde 1957. Tiene un directorio de miembros clasificados por especialidad. Guías sobre honorarios. Un boletín internacional trimestral (The Indexer) editado por la Universidad de Liverpool. Blogs. Talleres para aprendices. Congreso anual. Y hasta un Día del Indexador.

El activista creador e impulsor de la asociación fue Gilfred Norman Knight (1891-1978), autor de un libro sobre el tema con título perfecto: Indexing, the art of. ~

+ posts

(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.


    ×

    Selecciona el país o región donde quieres recibir tu revista: