La del profeta es una profesión cansina, demasiado cercana al “se los dije” de los moralistas del instante. Sin embargo hay momentos en que es pertinente escuchar lo que fue dicho, recordar qué anuncios, qué sugerencias fueron arrastradas por el torrente de información diaria.
A continuación ofrecemos un fragmento de una entrevista que el ermitaño y recién fallecido Aleksandr Solzhenitsyn concedió en 1994 al periodista David Remnick, actual editor en jefe del New Yorker (quien a su vez, en este video, hace un balance de la vida y la obra del escritor ruso). Entre los muchos temas que tratan, le dedican un momento a la situación de Rusia y las antiguas repúblicas soviéticas.
“¿Intervenir en Georgia, en Armenia y Azerbaiyán? ¡Ni lo quiera Dios! Esta esfera de influencia, esta presencia militar es un remanente del pensamiento imperial. No debe de estar ahí. Claro, también hay una explicación técnica. ¿Por qué Rusia se ha comportado de este modo? Después de la separación de la Unión Soviética, Rusia se encontró sin fronteras protegidas. Podías hacer lo que quisieras, introducir al país cualquier cosa por esas fronteras: drogas, materiales radioactivos, armas y demás. Y es por eso que, atemorizados porque esas fronteras no se protegieran suficientemente rápido, Rusia decidió proteger las fronteras antiguas. Pero debemos reestructurar, ajustarnos. Debemos dejar de insistir en el derecho a actuar sobre las repúblicas independizadas.Por cierto, hay un gran núcleo islámico en crecimiento. Hubo una conferencia de naciones islámicas en Alma-Ata en 1991 y ahí proclamaron la creación de una gran región turca, de Anatolia a Altái. Esto es lo que ellos están pensando. No diría necesariamente que esto es mejor para el mundo que la presencia de Rusia en Asia Central. Dejemos que los eventos sigan su curso. Dejemos que el mundo lidie con ese problema. Quizá sea una amenaza, pero intervenir no es asunto nuestro.”
(Fragmento tomado de la entrevista realizada por David Remnick “The exile: Solzhenitsyn in Vermont”, publicada en su libro Reporting, Vintage, Nueva York, 2006)
(Foto: AFP/Getty Images)
El actual conflicto armado entre Rusia y Georgia, ese “remanente del pensamiento imperial”, incluye entre sus frentes el ataque web. En un afán por descubrir cómo funciona esta ofensiva, Slate publica el testimonio de un reportero infiltrado en las filas del combate virtual. Además, rescata de sus archivos los textos de su enviado a Osetia del Sur en Mayo de 2008.
Apenas a finales del mes pasado, el Orwell Prize decidió publicar los diarios de George Orwell. A manera de celebración por el setenta aniversario de que fueron escritos, abrieron un blog que irá consignando las entradas según las fechas que correspondan. En la entrada publicada el 12 de agosto, ese mismo día en 1938, Orwell escribió, tal vez como anuncio de algo que termina: Blackberries beginning to redden.
– La redacción