Everything that needs to be said has already been said.
But since no one was listening, everything must be said again.
Andrรฉ Gide
De lejos, Being and Having parece el retrato de un montรณn de hombres rudos. Entre arracadas de metal, paliacates, bigotes y barbas tupidas, los trece son dueรฑos de una virilidad incuestionable y hasta retadora. Lo mejor serรญa seguir caminado โsi no fueran retratosโ, sacarles la vuelta, evitarlos. Pero no es tan sencillo despegar la mirada del fondo amarillo de las fotos; una trampa cromรกtica, que fue puesta ahรญ โno hay dudaโ para atraer a los ojos como a un par de moscas (un color inusual como pocos para este gรฉnero).
El imรกn amarillo funciona, y ya de cerca uno empieza a preguntarse si los retratados de veras son hombres. Enseguida nos entregamos al escrutinio, convencidos de que la cercanรญa fรญsica es la clave para descifrar el asunto; con urgencia nos aproximamos a los cuerpos de Being and Having en un intento por definirlos. En ese sentido, la serie es semejante a la experiencia de toparse con una persona queer โen la mera fila de la tiendita disponemos la mirada a examinarlo. Pero hay cuerpos que no permiten la inspecciรณn rรกpida y atrofian el screening automรกtico que usamos para procesarlos โaquel que sรณlo es capaz de arrojar uno de dos resultados: hombre o mujer. Confiamos tanto en el sentido de la vista que Catherine Opie nos propuso una apuesta: ยฟbasta la cercanรญa para definir el sexo y el gรฉnero de un cuerpo?
Es imposible tomar fotos mรกs de cerca. Tantito mรกs zoom les rebanarรญa la cabeza, les recortarรญa el mentรณn, y entonces saldrรญan del marco los datos que Being and Having nos llama a investigar. Los de Opie son close-ups extremos: pueden verse los poros de la piel; los cuatro lunares que, de lejos, parecรญan una sola mancha; los vasos sanguรญneos que estallan como una red en la mejilla, los granos repletos de grasa que adornan las sienes (es cierto que las orejas estรกn fuera de foco, ยฟpero habrรก alguien que haya podido determinar el sexo de una persona por medio de ellas?).
Opie no sรณlo metiรณ el zoom a fondo. La luz cae de lleno en la cara, la ilumina completa. No es comรบn que un fotรณgrafo renuncie al juego de luces y sombras; ella lo descarta โno vaya a ser que el espectador piense que el sexo y el gรฉnero son ambiguos debido al caprichoso efecto de un claroscuro.
Este montรณn de hombre rudos, ยฟson mujeres?, parece que Opie va ganando la apuesta. Quizรก en el marco haya una pista. Despuรฉs de todo, es una convenciรณn registrar el nombre de pila, el apellido y hasta los cargos polรญticos del retratado. Familiares como los apodos, estos nombres tambiรฉn fueron tomados de cerca (Bo, Papa Bear, Chicken), y es poco o nada lo que nos dicen.
ยกLa barba es postiza! โpor fin, un indicio mรกs cierto. Sobre la piel quedaron los residuos medio blancos, medio transparentes del pegamento que sirviรณ para colocar una red artificial de vellos en el mentรณn del tal Papa Bear. Si la mirada pudiera dar un manazo que tirara los lentes, la barba y el resto de los adornos de esta masculinidad, la anatomรญa se revelarรญa como el criterio decisivo del sexo, ยฟno es asรญ?
Opie fotografiรณ Being and Having un aรฑo despuรฉs de que en la costa opuesta de Estados Unidos Judith Butler publicara el libro que terminรณ de meter en problemas al gรฉnero (Gender Trouble). โ[รste] se mantiene por medio de la estilizaciรณn del cuerpoโ, la cita podrรญa servir de nota para el retrato de Jake, quien echa la cara hacia atrรกs para que sobresalga la mandรญbula y la barbilla se haga mรกs prominente โen vez de los femeninos pรณmulos. No, de nada servirรญa despegarle el bigote: con su postura y sus gestos, Jake reta a la mirada que se acerca para clasificarlo.
Habrรก quien busque informaciรณn de Being and Having, descubra que Opie fotografiรณ a sus amigas lesbianas y concluya que la serie no muestra mรกs que a un montรณn de mujeres vestidas de hombres. Sin embargo, y parafraseando a Butler, esta oraciรณn se monta en tres supuestos: sรณlo existen dos sexos, son excluyentes (uno puede ser macho o hembra de la especie, no hay de otra) y complementarios (ยฟgracias, heterosexualidad?). ยฟPero cรณmo comprobarlos? ยฟSon los genitales la prueba definitiva? De ser asรญ, uno le cerrarรญa la puerta a los intersexuales. ยฟPueden serlo los niveles hormonales, aunque รฉstos varรญen con las terapias de reemplazo de gรฉnero? Tampoco los cromosomas dan con la respuesta: ademรกs de XX y XY, existen otras combinaciones (como XXY). La variedad deberรญa convencernos del error, la necedad y la violencia de insistir en que sรณlo hay dos sexos, y sus correspondientes gรฉneros.
Preocupada por las estructuras de lenguaje (โes una mujer disfrazada de hombreโ), pues provocan que ciertas personas sean ininteligibles, Butler publicรณ Gender Trouble. ยฟQuรฉ hay de los Jake, Papa Bear, Bo y Chief que no tienen o no desean tener una alineaciรณn โperfectaโ de cromosomas, genitales, hormonas, sexo, gรฉnero y sexualidad? ยฟDe verdad hay que forzarlos a ocupar un lugar en el molde โhombres o mujeresโ?
Opie se encargรณ de llevar esta inquietud teorizada por Butler โy padecida por tantos otrosโ a la representaciรณn visual: si sus amigos eran ininteligibles dentro del lenguaje, tambiรฉn lo eran para la fotografรญa. De ahรญ que encontrara una manera de que el retrato mantuviera la ambigรผedad. Fue asรญ que Being and Having terminรณ ganando la apuesta contra la mirada: ni la cercanรญa del zoom extremo, ni la luz completa, ni la nitidez absoluta de la imagen hacen que los cuerpos dejen de ser queer.
(Ciudad de Mรฉxico, 1986) estudiรณ la licenciatura en ciencia polรญtica en el ITAM. Es editora.