Dos minutos y 17 segundos: tiempo suficiente para tostar un pan, esperar ansioso en el tráfico a que cambie la luz roja o… para caer en un letargo trascendental y vislumbrar tu futuro.
Imagina que, en ese breve instante, te ves regresando al vicio que lograste dejar. O en la cama con un desconocido que no es tu pareja, o embarazada esperando un hijo que hoy no deseas. Peor aún, presencias cómo te asesinan y estás seguro de que lo mereces. Incluso, más desquiciante: frente a las revelaciones de los demás –alegres, triunfantes, trágicas, tristes, ajenas– tú no ves nada. Te convences de que no hay futuro, de que tú palpaste la muerte.
Basada en la obra homónima del escritor canadiense Robert J. Sawyer, la nueva serie de ABC FlashForward, transmitida en México a través de AXN, parte de un evento puntual: un día cualquiera, la población mundial se desmaya y durante un par de minutos, niños, viejos y adultos de todos los rincones del planeta observan lo qué será de ellos en seis meses, concretamente el 29 de abril –que, por cierto, es la fecha de nacimiento de Robert J. Sawyer–. “No more good days”, título del capítulo inicial, pronostica un futuro indeseado, el cual comienza con el caos que generó el desvanecimiento: accidentes automovilísticos, explosiones, aviones caídos, cientos de muertos y algún suicidio frustrado. Luego, las dudas y la confusión: ¿Se trata de un holocausto nuclear? ¿De un atentado? ¿De una alucinación o de una grieta hacia el futuro, como señala el agente del FBI Mark Benford (interpretado por el reaparecido Joseph Fiennes), quien junto a un equipo de especialistas radicados en Los Ángeles intentará descifrar qué lo causó?
El argumento tiene muchos hilos interesantes que jalar: ¿Es posible tener recuerdos del futuro o la idea es un completa contradicción? ¿Es un evento divino? ¿Cómo lo explica la ciencia? ¿Quién se beneficia de ello? y sobre todo, ¿el futuro es un destino inevitable? ¿Se puede cambiar o al creer conocerlo vamos caminando inconscientemente hacia él? Entre las implicaciones científicas, políticas y filosóficas, la serie opta por abordar la dudas existenciales de sus protagonistas, lo que le da a esta obra de ciencia ficción un toque dramático.
A diferencia de la novela original, cuyo personaje central es un científico que accidentalmente provoca que toda la población mundial sepa qué será de su futuro en veinte años, la serie de ABC se desarrolla en el ámbito policíaco y la visión tiene un alcance de tan sólo seis meses, lo que significa –como han declarado sus productores– que la primera temporada tendrá un final cerrado, es decir, acabará cuando el “destino” alcance a todos los personajes y el atractivo no será saber cómo ni cuándo, sino qué acciones los llevarán hacia su futuro.
La pregunta inmediata es: ¿qué pasará con las siguientes temporadas? Existe el riesgo que se convierta en una serie repetitiva, estilo Prision Break, en la cual el único motor de los protagonistas es salir de la cárcel en turno o quizá, esperemos, los productores y guionistas David S. Goyer (Batman: Batman Begins, The Dark Knight y la trilogía Blade) y Brannon Braga (Start Trek) nos sorprendan con un nuevo enfoque y le den, en las temporadas siguientes, una vuelta de tuerca a la historia.
Lo cierto es que actualmente FlashForward ya está en la lupa de cientos de televidentes y –aunque menos extravagante que Lost (ya no hay osos polares en una isla tropical, aunque sí un canguro que se atraviesa en el caos de la ciudad) y con personajes más tibios, hasta un poco esteriotipados, como el policía ex-alcohólico o la esposa fiel que pronto dejará de serlo– esta serie es, para algunos, la sustituta ideal para llenar el vacío que dejará la singular epopeya de los pasajeros del vuelo 815 de Oceanic Airlines.
Con un argumento multifacético, FlashForward tiene posibilidades de consolidarse como una propuesta interesante y un éxito comercial. El reto para no repetir el insulso destino de Fringe –serie que también buscó competir con Lost– será jalar correctamente los hilos de la historia, jugar más con las explicaciones científicas e inyectarle vida a los personajes y a las actuaciones de los protagonistas, en especial la de los agentes Mark Benford y Demetri Noh (John Cho) y los médicos Olivia Benford (Sonya Walger) y Bryce Varley (Zachary Knighton).
Las apuestas de si logrará consolidarse o no están sobre la mesa e inundan internet. Vale la pena ver FlashForward para formar parte de las quinielas y descifrar cuál será el futuro de esta mezcla de drama, ciencia ficción e intriga policíaca que parte de la idea –simple, pero desgarradora– de Beilby Porteus que “aquel que prevé las calamidades sufre dos veces”.
– Eunice Hernández
Es escritora, historiadora y gestora cultural. Colabora en diversas revistas literarias y próximamente publicará la novela Mundo Espiral.