Nueve abogados memorables

Desde Atticus Finch hasta Saul Goodman, la ley es un oficio eminentemente filmable. Aquรญ una lista arbitraria de los mejores (o peores) abogados que han dado el cine y la televisiรณn.
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                                                           Para Kao. Y Matรญas (claro),

Bien decรญa Jerry Seinfeld que, para รฉl, un abogado es una persona que conoce las reglas del paรญs: “Todos vamos por allรญ, tirando los dados, jugando el juego, moviendo nuestras piezas por todo el tablero, pero si hay un problema, el abogado es la รบnica persona que de verdad leyรณ la parte de adentro de la caja”. En cine es lo mismo: sean dechados de virtudes o autรฉnticas encarnaciones del diablo —literalmente—, los abogados aparentan saber cรณmo funciona el mundo. Aunque no sea del todo cierto. —Daniel Krauze, Luis Resรฉndiz

 

Saul Goodman de Breaking Bad

La reciรฉn terminada Breaking Bad nos dejรณ un montรณn de personajes memorables que probablemente sean mรกs interesantes que los personajes principales: Badger, Skinny Pete, Mike Ehrmantraut, Gustavo Fringe y, por supuesto, Saul Goodman —entre otros. El abogado de Walter White y Jesse Pinkman es un hombre que claramente conoce las reglas del juego como pocos otros, y eso le permite no seguirlas al pie de la letra. Goodman es el arquetรญpico leguleyo marrullero, tramposo, lleno de maรฑas y mezquindad, dispuesto a torcer la ley a la menor provocaciรณn siempre y cuando eso le represente algรบn beneficio a รฉl —o a los suyos, que en este caso son sus clientes. Los fans de Goodman, entre los que me cuento, no tendremos abasto de sus trajes chillones y maniobras legaloides ahora que se estrene su nueva serie —llamada, como no podรญa ser de otra forma, Better Call Saul!: lo รบnico que pedimos es que sea tan efectiva como รฉl tramitando una nueva identidad. —LR

 

Tom Hagen de El Padrino I y II

El abogado mesurado por excelencia, Tom Hagen es la extrapolaciรณn de un venerable topos literario: el consigliere. El poder detrรกs del poder, Hagen es el hijo adoptivo y amado de la familia Corleone, un tipo en quien se puede confiar en cualquier circunstancia. Su entereza e inteligencia quedan de manifiesto en su mesura; Hagen sabe guardar la calma en los momentos mรกs tensos —como despuรฉs de la muerte de Sonny Corleone—, pero que su frialdad y aparente tranquilidad no nos engaรฑe: es perfectamente capaz de ordenar un asesinato. Interpretado por el gran Robert Duvall en El Padrino I y II, solo nos queda soรฑar con lo que habrรญa sido la tercera parte si Duvall hubiera aceptado participar en ella: la propuesta original presentaba un enfrentamiento entre Michael Corleone, encarnado por Al Pacino, y Tom Hagen. Al cajรณn de las grandes pelรญculas que nunca fueron. —LR

 

Jackie Chiles de Seinfeld

En los Detrรกs de Cรกmaras de Seinfeld, el reparto confiesa su sorpresa inicial ante la longitud de los guiones, la cantidad de diรกlogos y la extensiรณn de cada escena, dos o hasta tres veces mรกs verbosas que las de cualquier otro sitcom. El dato revela una de las caracterรญsticas principales del programa: Seinfeld estรก anclado en personajes que hablan y hablan y no paran de hablar, cada uno con una voz singularรญsima. A pesar de que tuvo momentos memorables de comedia fรญsica (mi favorito es el capรญtulo en el que Kramer se compra unos jeans entallados que lo obligan a caminar como Frankenstein), los instantes en verdad legendarios son puro diรกlogo: el hilarante enfrentamiento entre Jerry y Mr. Bookman, un detective de biblioteca que cree estar en un noir; el famoso monรณlogo con tintes de Hemingway en el que George platica cรณmo salvรณ a una pobre ballena (“The sea was angry that day, my friends”) y cada una de las escenas en las que aparece J. Peterman, ese vendedor de ropa que se cree Theroux, relatando cada viaje con un barroquismo somnรญfero.

Mi favorito es Jackie Chiles (Phil Morris), un personaje que entrรณ tarde a la serie, supuesta imitaciรณn de Johnnie Cochran, el abogado de O.J. Simpson (solo Community se le compara a Seinfeld a la hora de homenajear y parodiar cultura pop y personajes de la vida real). Jackie probablemente gana todos los casos en los que no representa a Kramer. El tipo es un diccionario de sinรณnimos: si no convence con un adjetivo inmediatamente saca otros dos, siempre con una ceja levantada hasta la mitad de la frente y con gesto indignado. Chiles es el tipo de persona que demandarรญa a McDonalds si a un dependiente se le olvidara poner mostaza a su hamburguesa. No hay escena en la que aparezca que no sea un ping pong de diรกlogos desternillantes, velocรญsimos… ¡inigualables!

A pesar de que solo apareciรณ en 12 minutos de toda la serie, Chiles merece estar en la lista de los mejores abogados de la pantalla chica, compartiendo el podio con Saul Goodman (su gemelo malvado) y Lionel Hutz (lo que Jackie probablemente serรญa si nunca hubiera ido a la universidad). -DK

 

Lionel Hutz de Los Simpson

Los Simpson estรก repleta de hombres y mujeres que detestan su trabajo, lo hacen mal y les importa poco. A Krabappel le entusiasma la docencia tanto como a Homero le interesa la ingenierรญa quรญmica, y lo mismo podrรญamos decir de Moe, que odia su cantina, el Reverendo Lovejoy, que desprecia a sus feligreses, Krusty, que detesta a los niรฑos, y hasta de personajes ultra secundarios como Nick Riviera, uno de los peores mรฉdicos en la historia de la televisiรณn.

Durante las diez temporadas en las que formรณ parte de Los Simpson, el gran Phil Hartman prestรณ su voz para crear a dos de los mรกs patรฉticos habitantes de Springfield. Troy McClure, actor venido a menos, encargado de dar la cara en todos y cada uno de los infomerciales y videos corporativos de la ciudad, y Lionel Hutz, el abogado oportunista y pusilรกnime por excelencia, incapaz de ganar un solo caso, con una conciencia tan sucia que no puede evitar alarmarse cada vez que escucha la sirena de una patrulla (ademรกs de que insiste en venderle productos de dudosa calidad a sus clientes, como un chango fumador). Alcohรณlicos, ridรญculos, pero lo suficientemente astutos como para seguir empleados, tanto McClure como Hutz eran aportaciones inmejorables para la cloaca de Springfield. La muerte de Hartman en 1998 nos robรณ a un cรณmico polivalente, quizรกs el mejor actor de reparto en la historia de Saturday Night Live. Y tambiรฉn hizo de Springfield un lugar mรกs noble, limpio y honesto. Desgracias, ambas. -DK

 

Paul Newman de The Verdict

Mientras mรกs pedregoso sea el camino hacia la redenciรณn mรกs glorioso el triunfo final. Y para que el camino sea autรฉnticamente complicado es necesario situar al protagonista en el escalรณn mรกs bajo posible. En The Verdict, el gran Sidney Lumet, de la mano de David Mamet (que en 1982 era el dramaturgo joven mรกs emocionante de Estados Unidos), lleva esa regla tรกcita hasta el margen del absurdo: Frank Galvin es un abogado alcohรณlico que pasa sus maรฑanas desayunando horrorosos cocteles con huevos crudos, jugando pinball, antes de lanzarse a “trabajar” en los distintos velorios de la ciudad, donde sin un รกpice de pudor (o รฉxito) intenta convertir en clientes a las vรญctimas. Lo รบnico que salva a Frank de ser el personaje mรกs patรฉtico de la dรฉcada de los ochenta es que lo interpreta Paul Newman, un actor que volverรญa entraรฑable hasta a un diputado priista. The Verdict narra la milagrosa victoria de Frank frente a un enemigo aparentemente imbatible. Y es, hasta la fecha, uno de los courtroom dramas mejor armados, gracias a Lumet (¿quiรฉn mejor para dirigir actores?), el texto de Mamet y, por supuesto, a Newman, en una de las actuaciones inolvidables de su carrera. -DK

 

John Milton de El abogado del diablo

Al Pacino ya habรญa interpretado a un vendedor diabรณlico —que es una especie de variante del abogado— enGlengarry Glen Ross; tambiรฉn habรญa interpretado ya a una encarnaciรณn del diablo en la saga de El Padrino; y bueno: Pacino ya tenรญa en su haber a una serie de personajes con un temperamento del demonio. Por eso la elecciรณn de John Milton —que es tambiรฉn el nombre del autor de Paradise Lost— no suena tan descabellada: aquรญ los famosos berrinches de Pacino se encuentran en su estado natural porque, ¿cรณmo no va a ser el diablo un gran berrinchudo? Ademรกs: ¿cรณmo no va a brillar Pacino, si estรก a un lado del inexpresivo Keanu Reeves? El abogado del diablo es una pelรญcula mediocre, cierto, pero nos regalรณ este memorable berrinche, y ya por eso vale la pena. -LR

 

Harvey Birdman de Harvey Birdman, Attorney at Law

Despuรฉs de sus aventuras como superhรฉroe —donde se hacรญa llamar Birdman a secas—, Harvey Birdman iniciรณ una carrera como abogado defensor. Su cartera de clientes, previsiblemente, estรก compuesta de personajes de la รฉpoca sesentera de Hannah-Barbera. Muestra de comedia delirante y surrealismo pop, Harvey Birdman, Attorney at Law es una tambiรฉn una รกcida parodia de la abogacรญa, de las caricaturas, del superheroรญsmo. Como apรฉndice, habrรญa que decir que Birdman ha demostrado ser un personaje especialmente jugoso para las adaptaciones: allรญ estรก tambiรฉn su retrato como superhรฉroe deprimido en Space Ghost Coast to Coast, y su apariciรณn en la prรณxima pelรญcula de, gulp, Alejandro Gonzรกlez Iรฑรกrritu, Birdman. Lo confieso: la espero con ansias. —LR

 

Jonathan Wilk de Compulsion

Ademรกs de ser uno de los mejores directores de la historia, el gran Orson Welles era uno de los grandes actores del cine. En Compulsion se encuentra en uno de sus mejores y mรกs apasionados roles, representando a un abogado que defiende —y salva de la horca— a dos jรณvenes que cometieron un crimen, como Johnny Cash en Folsom Prison Blues, nomรกs por el puro gusto de hacerlo. (Aquรญ esta joven pareja de asesinos se une a otros asesinos recreativos del cine, como los deThe Rope de Hitchcock o los mรกs acelerados Peter y Paul de Funny Games.) Su Jonathan Wilk, claramente inspirado en Clarence Darrow —el abogado del caso de Leopold y Loeb, en el que estรก basada Compulsion—, es un abogado pero tambiรฉn es un orador y un actor: por su manejo de los silencios, su voz grave, la contundencia de sus argumentos, Jonathan Wilk es tambiรฉn el arquetipo por el que se rigen muchos de los aspirantes a abogados —y de los actores a los que se les encargan esos papeles. Diez minutos de pura y vibrante actuaciรณn. -LR

 

Bola extra: Howard Hughes de The Aviator

Cierto: Howard Hughes no fue abogado, pero se defendiรณ a sรญ mismo como los grandes durante las audiencias que el senado le realizรณ. Las escenas de las audiencias en The Aviator, de Martin Scorsese, revelan que su vena litigante no era delgada: habรญa pasiรณn, humor, acidez y, principalmente, un amplio sentido del american way of life que le granjeรณ las simpatรญas de los asistentes. Una de esas ocasiones en que podemos ver a DiCaprio —en una de esas grandes actuaciones que el Oscar gusta de ignorar olรญmpicamente— en estado de gracia. —LR

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