I
En 2018, Alejandra Frausto, la primera secretaria de Cultura de la 4T, acuñó el lema: “la cultura nunca más será un accesorio”. Aunque nunca la cultura lo fue, era entendible que se asumiera como la fundadora de una nueva etapa en la historia de la política cultural, y prometiera sin mesura alguna lo que al final no cumplió.
Larga fue su lista:
- una “redistribución de la riqueza cultural” que trascienda el centralismo en la Ciudad de México;
- darle “vida a la infraestructura cultural” existente en lugar de la creación de otra nueva;
- “estrategias de inversión, mecenazgo y estímulos fiscales” para las industrias culturales y empresas creativas, en colaboración con las secretarías de Hacienda y Economía;
- financiamiento y créditos blandos otorgados por la banca de desarrollo para galeristas, compañías de teatros, librerías y diversas empresas culturales;
- un fondo para la reconstrucción de carácter “preventivo y prospectivo” ante las contingencias sísmicas;
- “exposiciones itinerantes en México y el mundo” y
- seguridad social para los trabajadores, entre varias más.
Luego de seis años, la relectura de sus promesas, al contrastarlos con los resultados, causa hilaridad, estupor, malestar.
II
En el documento “Proyecto de Presupuesto de la Federación” para el sector cultural, correspondiente al primer año de su gestión, Claudia Curiel de Icaza, la segunda secretaria de Cultura de la 4T, enarbola como lema de su “Estrategia Programática 2019-2025” [la primera errata del sexenio]: “no dejar a nadie atrás, no dejar a nadie afuera”.
A diferencia de su antecesora, cuyo atropellado comienzo ocasionó un inolvidable motín, Curiel de Icaza visitó de inmediato y sin aviso previo a estudiantes y maestros del Conservatorio, que se encontraba en paro, y de la ENAH. En ambas escuelas se comprometió al diálogo e instituyó comisiones para las negociaciones. En el Conservatorio se le pidió el relevo de la titular.
Expresó Curiel: están en su derecho, “les hemos ido a dar la cara”, hay libertad de expresión, pero están evaluándose no una sino treinta escuelas –manda así la señal de que en principio su visión es integral–. El Conservatorio parece darle su beneplácito y, en respuesta, reabre “en paro activo”. Finalmente, Gladys Zamora es designada directora interina.
La titular anuncia sus primeros nombramientos. Hay relevo generacional junto al rescate de algunos funcionarios de amplia trayectoria, lo cual convence en general. Existe en el INAH rechazo a la tercera ratificación de Diego Prieto al frente del instituto, pero Curiel defiende su decisión en su primera conferencia a los medios. Le pone fecha a la apuesta de largo plazo, que anticipó en el Conservatorio: la reforma a la educación en dos años, en principio.
En esa ocasión, define posturas: descarta la propuesta de reglamento para la Secretaría de Cultura que le heredó Frausto. El traslado de la colección Dolores Olmedo al Parque Aztlán como parte del Proyecto Chapultepec no es competencia del INBAL, a diferencia de la postura planteada en su momento por la directora saliente, Lucina Jiménez. Igualmente, evaluará la pertinencia de la sede de la secretaría en Tlaxcala, acaso un tácito reconocimiento a que fracasó la descentralización.
La ayuda que es carismática y de buen carácter, al menos en el espacio público. Durante su gestión como titular de cultura en la capital, y por cuestiones de temperamento, tuvo roces con una parte de su personal de nivel medio y alto, y a algunos los corrió. El presupuesto para las distintas áreas de la SC local escaseó o no existió, y se olvidó de los Faros y los Pilares. En cambio, privilegió los conciertos en el Zócalo que promovieron la imagen de candidata a la presidencia de Sheinbaum Pardo, fuera de los tiempos de campaña. Sea como sea, Curiel busca proyectar la imagen de que se esfuerza.
La secretaria se encontró también con representantes de los sindicatos de cultura del INAH, INBAL, Estudios Churubusco y Radio Educación, entre otros. Les solicitó “paciencia”, pues apenas llega al puesto, insistió otra vez en que está dando la cara, y anticipó que trabajará en un plan de trabajo “realista” sin “falsas expectativas”. No fue cordial: a los representantes sindicales se les retiraron los celulares antes de acceder a la reunión.
III
Entonces llegó la Secretaría de Hacienda.
Solo algo de lo esencial. Para el 2025, el recorte al sector cultural será de casi el 30%. La asignación, de 12 mil 081.5 millones de pesos (mdp), es la más baja en la historia de la Secretaría de Cultura. El recorte al INAH será de 44.02% aunque, en la mencionada “Estrategia Programática” se establece que, a través del “Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza”), el instituto está obligado a dar “continuidad a las acciones de investigación, protección y puesta en valor del patrimonio prehispánico de nuestro país, en el marco del proyecto prioritario Tren Maya”.
Igual con el Proyecto Chapultepec:
El documento establece que se “culminará la construcción y rehabilitación del Complejo Cultural Bosque de Chapultepec” y –se respeta la sintaxis del original– que se proyectan “acciones de remediación ambiental; con el propósito de mejorar la movilidad de las personas a lo largo de las 4 secciones del Bosque; así como ampliar la oferta cultural del Bosque y de la Ciudad de México, para contribuir con el desarrollo social y cultural de los visitantes; habilitando áreas de esparcimiento y de difusión cultural al aire libre; implementando acciones de interconexión y movilidad con pasos de peatones y calzadas flotantes; procurando una constante acción de restauración ambiental”.
Es la aceptación oficial de que falta mucho aún.
Tampoco se ha concluido la bodega del INBAL, y a ese instituto se le recortará el 7%. A la Cineteca Nacional se le recorta el 6%, y no es un monto bajo: a las diez salas de Mayorazgo se sumaron diez más en el CENART, las diez del Proyecto Chapultepec y se firmó un convenio para que la Cineteca utilizara como salas 34 teatros del IMSS ubicados en 23 entidades del país. En octubre del año pasado, el entonces director de la Cineteca, Alejandro Pelayo, anticipaba que se requería de un presupuesto extraordinario, únicamente para las salas del CENART.
Está también la nueva Dirección General de Formación y Gestión Cultural, que no aparece en el proyecto de presupuesto, que no se explicó de qué se trata, como debió haberse hecho al menos en sus aspectos generales, y que encabezará Lucina Jiménez. “Formación y Gestión Cultural” se presta para muchas interpretaciones. La nueva área, ¿capacitará a maestros y funcionarios? La ex directora del INBAL figura, junto con la ex secretaria Frausto, el titular de INAH y el ex titular de la Fonoteca Pavel Granados, entre los funcionarios más cuestionarios de la pasada administración.
Más recortes.
A la subdirección de Desarrollo Cultural que encabeza la ratificada Marina Núñez Bespalova, que absorbió además parte de las funciones de la subsecretaría de Diversidad Cultural desde la renuncia de Natalia Toledo el 1 de diciembre de 2020, se le quita el 44.5%. A la Dirección General de Bibliotecas, la infraestructura cultural de más alcance a nivel nacional, el 9%. A la Dirección General de Vinculación Cultural, el 7.4%.
IV
Larga es la lista de promesas de Curiel acerca de los “Proyectos de Infraestructura Social”.
Es cierto que algunos rubros figuran en la propuesta de presupuesto. Es cierto también que hay algunos que no se sabe en dónde quedan ubicados, que no son claros y que hay redundancias.
Incluye:
- estímulos a la creación artística;
- reconocimientos a las trayectorias y apoyo al desarrollo de proyectos culturales;
- fomento al cine mexicano;
- Programa Nacional de Reconstrucción (es decir, aún no acaban tampoco);
- apoyos a la cultura; las becas artísticas y culturales y
- desarrollo cultural e investigación científica, arqueológica y antropológica para la protección y conservación del patrimonio cultural.
Y, además, el Fondo Nacional de Fomento a las Artesanías (FONART) sobre el cual Sheinbaum Pardo exhortó a que se volviera una “verdadera institución de comercialización de las artesanías y particularmente de los vestidos”.
¿De dónde saldrá el presupuesto?
Al recorte del 30% para 2025 ¿se añadirá un recorte del 25% o de algún otro porcentaje al conjunto de las instituciones, tal como se aplicó desde 2021 a consecuencia del anuncio del Proyecto Chapultepec y que básicamente benefició a la obra urbana y vial de la ex jefa de gobierno Sheinbaum Pardo?
V
En la “Estrategia Programática” de la Secretaría de Cultura figuran asimismo los seis “ejes y líneas de trabajo” que conformarán el Programa Cultura 2025-2030.
Es decir, más promesas:
- reducir la desigualdad en el ejercicio de los derechos culturales de personas y comunidades;
- consolidar la tarea educativa del sector;
- garantizar el acceso a los bienes y servicios culturales a través del incremento y diversificación de la oferta cultural en el territorio y del intercambio cultural de México con el extranjero;
- proteger y conservar la diversidad, la memoria y los patrimonios culturales de México;
- fortalecer la participación de la cultura en la economía nacional a través del estímulo y profesionalización de las industrias culturales y empresas creativas, así como de la protección de los derechos de autor, y
- enriquecer la diversidad de las expresiones creativas y culturales de México mediante el reconocimiento y apoyo a los creadores, académicos, comunidades y colectivos.
Los “ejes y líneas de trabajo” son más bien un recuento de lo que debe incluirse en un documento institucional, aunque la brecha con la política presupuestal sea abismal.
Una interrogante: ¿esta fue la propuesta de presupuesto que planteó la ex secretaria Frausto a la Secretaría de Hacienda?
Tal como se sabe, las autoridades de las instituciones culturales envían sus solicitudes de presupuesto a la Secretaría de Cultura, en tanto cabeza del sector Ramo 48, que las evalúa, ajusta e integra en un documento que envía a Hacienda, quien a su vez evalúa, ajusta e integra a la propuesta del Programa de Egresos de la Federación, que envía a Palacio Nacional para los últimos cambios y aprobación final.
Aún antes de que se diera a conocer su nombramiento oficial, Curiel de Icaza estaba involucrada en el proceso de entrega-recepción. Durante ese periodo, ¿fue informada del estatus de la situación, negoció una asignación más alta, validó sin reparos lo que recibiría?
VI
Para colmo, Sheinbaum, en su matiné del pueblo, falta a la verdad.
Para empezar, asegura que el recorte a la cultura se debió que se concluyeron las faenas del INAH en torno al Tren Maya y las obras del Proyecto Chapultepec –“Chapultepec ya se terminó”, afirmó sin ruborizarse–, lo cual no solo desmienten los hechos sino el propio “Proyecto de Presupuesto de la Federación” para el sector cultural, que a estas alturas ponemos en duda si revisó antes de que su secretario de Hacienda lo entregara al Congreso.
Luego, Sheinbaum Pardo acude a una gracejada que irrita al sector cultural: el dinero que se ahorrará la 4T con la desaparición de los órganos autónomos, cruciales para la salud pública de México, se canalizará a la cultura, la educación y, por supuesto, a los sueldos del Ejército, que se rezagaron ante los de la Guardia Nacional.
Entonces Claudia Curiel de Icaza se mimetiza, repite palabra a palabra lo dicho por la jefa del Ejecutivo, dándole así un puntapié a lo que parecía, por contraste con su antecesora y a menos de dos meses del inicio del sexenio, un arranque decente de gestión. Era inevitable, pero no parecía que llegara a suceder tan rápido. Eso sí, defiende que dará más dinero a los artistas a través de las becas.
Los trabajadores y miembros de la comunidad cultural, muchos de ellos simpatizantes de Morena y votantes de Sheinbaum, intentan recuperarse del pasmo que les causó el anuncio del presupuesto cultural para 2025, Luego de tantas evidencias, lo mismo antes que durante como después de la campaña de Sheinbaum, no se sabe porqué aún los toma por sorpresa. Es el inicio de las cartas a funcionarios, los desplegados, la conformación de frentes integrados por distintas organizaciones, los encuentros en recintos para reflexionar lo que se avecina.
¿Se trascenderán estas acciones ya vistas en el pasado y que no han dado muchos resultados?
El pasado 1 de octubre nos interrogábamos sobre el margen de acción de Curiel.
El presupuesto que se le asignaría a la SC para 2025 anticipa otro sexenio sin futuro. ~
Coda
El 10 de diciembre circuló el dictamen del Presupuesto de Egresos de la Federación que establece una reasignación de mil millones 500 mdp para el INAH y otro tanto para el INBAL. La noticia es bienvenida y no debe escatimársele mérito a Claudia Curiel de Icaza, la titular del sector. A la vez, la decisión amerita dos grandes reservas. En primer lugar: el monto que se le asignaría a la Secretaría de Cultura para 2025 ascendería de 12 mil 81.5 mdp a 15 mil 81.5 mdp. Esto aún implica un recorte del 10%, en relación con el presupuesto de 2024 –que fue de 16 mil 754.9 mdp–, al cual hay que añadir la inflación, que el Banco de México aspira no supere el 3.5%.
Los recursos están etiquetados. En el caso del INAH, la reasignación beneficiará a los “servicios personales para protección y conservación del patrimonio cultural” y, en el caso del INBAL, a “los servicios educativos culturales y artísticos”. La segunda reserva, entonces, compete a los desafíos que enfrenta el conjunto del sector cultural federal: 1) la Cineteca Nacional, 2) el inconcluso Proyecto Chapultepec –aunque insista en negarlo la titular del Ejecutivo–, 3) el salvamento arqueológico y los museos y sitios del también inconcluso Tren Maya, 4) la devastada red de bibliotecas, de alcance nacional, y 5) los institutos de cultura del país, entre otros.
Este 9 y 10 de diciembre en Aguascalientes, se llevó a cabo el Encuentro Nacional de Cultura 2024, que congregó a los titulares del área de cada una de las entidades del país. Recordémoslo: durante la campaña presidencial, Ana Francis Mor, actual secretaria de Cultura de la Ciudad de México, planteó en el debate con Consuelo Sáizar, de Fuerza y Corazón por México, y Ruth Alejandra López Hernández, de Movimiento Ciudadano, organizado por el GRECU en la Escuela Carlos Septién, que a la Federación no le compete apoyar a los institutos y secretarías a nivel estatal.
¿Estará de acuerdo la secretaria de Cultura a nivel federal?
10% de recorte para 2025: sigue sin vislumbrarse un futuro para la cultura.
Es autor del libro digital 80 años: las batallas culturales del Fondo (México, Nieve de Chamoy, 2014), de Política cultural, ¿qué hacer? (México, Raya en el Agua, 2001, y de La palabra dicha. Entrevistas con escritores mexicanos (Conaculta, 2000), entre otros. Ha sido agregado cultural en las embajadas de México en la República Checa y Perú y en el Consulado General de México en Toronto.