Jorge SemprĂșn se sube a las tablas

Se reĂșne en Teatro Completo, por vez primera en castellano, su mĂĄs desconocida literatura dramĂĄtica
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Se nos ha muerto el padre, el camarada

Se nos ha muerto el Jefe y el Maestro

CapitĂĄn de los pueblos, Arquitecto

del comunismo en obras gigantescas.

Se nos ha muerto. Ha muerto. No hay palabras

Redoblen los tambores del silencio.

Se nos ha muerto Stalin, camaradas.

Apretemos las filas en silencio.

 

El mundo respiraba con alivio tras la muerte del despiadado tirano Iosif VissariĂłnovich Dzhugashvili, en marzo de 1953, pero la tristeza del joven comunista Georges SemprĂșn era honda, y decidĂ­a rendirle un particular tributo a su lĂ­der con estos y otros emotivos versos. MĂĄs tarde, en 1977, el escritor se exponĂ­a al no esconder su Ă©poca de inspiraciĂłn estalinista en AutobiografĂ­a de Federico SĂĄnchez –en el que se incluyen el texto citado– donde recuerda sus experiencias como militante comunista clandestino en la España franquista. Lo hacĂ­a para cauterizar sus heridas y distanciarse mĂĄs aĂșn de esa ceguera que le habĂ­a invadido y que le habĂ­a llevado a escribir cosas de las que no se sentĂ­a, como es fĂĄcil de entender, orgulloso. Rectificar es de sabios.

El SemprĂșn narrador que conocemos todos empieza a forjar su Ă©xito en 1963, cuando se publica El largo viaje, su primera obra concentracionaria, que le vale el Formentor. Pero antes de esta llegada oficial a la literatura, no solo habĂ­a escritos odas a Koba el Temible –quĂ© gran libro, por cierto, el asĂ­ llamado de Martin Amis– o la Pasionaria. TambiĂ©n redactĂł obras de teatro como Soledad y ÂĄLibertad para los 34 de Barcelona!, escritas en 1947 y 1951, respectivamente, cuyo interĂ©s reside, no tanto en su calidad, sino en lo que revelan sobre la situaciĂłn vital y el pensamiento del autor en esa Ă©poca. Ambas han sido rescatadas, junto a las mucho mĂĄs tardĂ­as El regreso de Carola Neher (1995), Gurs: una tragedia europea (2004) y Yo, Leonor, hija de Carlos Marx, ÂĄjudĂ­a! –escrita en el año 2000, pero aparecida, de forma pĂłstuma, en 2014– por Manuel Aznar Soler y Felipe Nieto, dos de los mayores especialistas en la obra del madrileño, en el volumen Teatro Completo de Jorge SemprĂșn (2021, Renacimiento).

La publicaciĂłn supone una excepcional noticia, ya que es la primera vez que aparecen en castellano todas las obras originales que escribiĂł para el teatro. En su literatura dramĂĄtica se observan los temas y preocupaciones que forman parte de su universo creativo y que aparecen, tambiĂ©n, en sus libros de memorias, novelas, guiones cinematogrĂĄficos o, incluso, en su filme Les deux mĂ©moires (1974): la militancia comunista, la barbarie del siglo xx al evocar el desarrollo y las consecuencias de sus mĂĄs relevantes conflictos bĂ©licos, los campos de concentraciĂłn y exterminio, la reflexiĂłn sobre la cultura judĂ­a y el antisemitismo o el compromiso polĂ­tico. Su quehacer teatral es, hasta la fecha, poco conocido, por lo que este volumen supone la oportunidad de adentrarse en otra faceta escritural de uno de los autores mĂĄs polifacĂ©ticos y destacados del pasado siglo europeo. Fuera de este libro han quedado dos adaptaciones teatrales que SemprĂșn realizĂł: la de El vicario, en 1963, de Rolf Hochhuth; y la de Las troyanas, de SĂ©neca, en 2000, que se estrenĂł en Sevilla. Sobre estas y las cinco anteriores Aznar publicĂł un estudio crĂ­tico en 2015.

Sus dos textos dramĂĄticos de juventud son de irrefutable defensa de la causa comunista. Pero son muy diferentes. El primero, Soledad, se centra en los meses siguientes a las huelgas que tuvieron lugar en Bilbao en mayo de 1947. Al igual que parte del PCE, sindicatos y otros miembros de diferentes organizaciones polĂ­ticos, un iluso SemprĂșn –de tan solo 24 años–, creĂ­a que en esta huelga se ponĂ­an las bases para una prĂłxima y previsible derrota del franquismo. Temas como la tortura, el exilio o la militancia aparecen en este escrito que presentĂł al secretario de prensa y propaganda del BurĂł, Antonio Mije, que decidiĂł no publicarla. Si bien, como defiende Nieto, no es esta una obra de partido, a diferencia de ÂĄLibertad para los 34 de Barcelona!, un trabajo netamente marxista, al que SemprĂșn prefiriĂł sacar de su memoria conforme pasaba el tiempo y se alejaba de estos años de fervor ideolĂłgico y militancia entregada. En esta glorifica la lucha comunista en los sucesos de Barcelona de 1951, poniendo en valor la figura de Gregorio LĂłpez Raimundo. Es la Ășnica de las cinco escrita en castellano.

MĂĄs de cuatro dĂ©cadas despuĂ©s retorna a la escritura teatral con El regreso de Carola Neher. Poco queda ya del militante comunista que fue otrora. Al revĂ©s, en este trabajo no solo ataca al nazismo, tambiĂ©n al comunismo estalinista, los dos totalitarismos que hundieron la vida de Neher, actriz alemana que triunfĂł en los años de Weimar hasta la llegada de Hitler, de la mano de dramaturgos como Bertold Brecht –cuya influencia se deja notar en el teatro de SemprĂșn–, y que fue vĂ­ctima del Gran Terror y las purgas de Stalin, falleciendo en el gulag en 1942, acusada de trotskista. IntĂ©rpretes de renombre como Hanna Schygulla, en el papel principal; y Bruno Ganz como El Superviviente –alter ego sempruniano– representaron esta obra, estrenada en el cementerio militar soviĂ©tico prĂłximo a Buchenwald. Son muchos los puntos en comĂșn de esta obra con la extraordinaria La escritura o la vida (1994), aparecida tan solo unos meses antes, culmen de su literatura. Es interesante el paralelismo que realiza en su obra teatral entre la figura del “musulmĂĄn”, de la que Primo Levi hablaba en Si esto es un hombre (1947), y el joven “musulmĂĄn de verdad”, como escribe SemprĂșn, que dice venir de un campo de Bosnia. No hay que olvidar que en 1995, fecha en que se escribe la que, probablemente, sea la pieza mĂĄs interesante de su repertorio teatral, la guerra de los Balcanes alcanza un punto ĂĄlgido con el genocidio de Srebrenica a cargo de Ratko Mladic y sus milicias de la RepĂșblica Srpska. Sobre la masacre acaba de estrenarse, precisamente, la muy interesante pelĂ­cula de Jasmila Zbanic Quo vadia, Aida? (2021).

Gurs: una tragedia europea y Yo, Leonor, hija de Carlos Marx, ¥judía! cierran su producción dramåtica, escritas ya en el presente siglo. En la primera vuelve, como ya hiciese en Las deux mémoires, a evocar los campos de concentración franceses en los que fueron encerrados los exiliados republicanos tras la Guerra Civil, y en la segunda reflexiona sobre el antisemitismo, un tema que le preocupó notablemente en la recta final de su vida.

En el quinteto teatral el lector encontrarå fórmulas típicas de sus narraciones: desde el juego entre realidad y ficción hasta la introducción constante de lo intertextual para evocar su memoria y, a la par, reflexionar sobre cualquier temåtica. Zambullirse en su Teatro Completo es, por lo tanto, una vía para seguir comprendiendo un siglo incomprensible: del Lager al Gulag, del terror totalitario a la crudeza de ciertas pråcticas del régimen franquista. Lo vivió en sus propias carnes, por lo que se trata de una voz autorizada. Sirva, pues, como homenaje a uno de nuestros grandes autores, que nos dejó, este 7 de junio, hace diez años. Por suerte, permanece su obra.

 

 

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Elios Mendieta es periodista. Es autor de 'Memoria y guerra civil en la obra de Jorge SemprĂșn' (Escolar y Mayo).


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