Harold Bloom
Anatomรญa de la influencia. La literatura como modo de vida
trad. Damiร Alou, Madrid, Taurus, 2011, 450 pp.
Para tristeza de sus lectores, Harold Bloom ha comenzado a despedirse. A sus ochenta aรฑos nos advierte que esta serรก la รบltima vez que repase en voz alta los postulados planteados desde la publicaciรณn de La ansiedad de la influencia,[*] en 1973, hasta la reciente apariciรณn de la Anatomรญa de la influencia, en el 2011. La sustituciรณn operada en el tรญtulo de esta nueva entrega, del tรฉrmino โangustiaโ o โansiedadโ por el de โanatomรญaโ, nos revela la intenciรณn actual de escrutinio sobre su propio cuerpo teรณrico, al mismo tiempo que juega con el eco de otros modelos, como la Anatomรญa de la melancolรญa (1621), de Robert Burton, al que รฉl mismo alude. Al tomar como referencia el tratado enciclopรฉdico sobre un estado de รกnimo (que Borges considerรณ โinagotableโ por su caudal de citas y โuna de las obras mรกs personales de la literaturaโ, en la lรญnea de Montaigne, โinventor de la intimidadโ, y de รฉl mismo en Historia de la noche) nos vuelve a dejar clara la defensa del punto de vista รบnico que Bloom nunca ha pretendido disimular. La elecciรณn de ese modelo podrรญa cumplir otras funciones aรฑadidas, como la de jugar a ofrecer una resistencia frente a las crรญticas que se le han hecho por sus enfoques claramente freudianos. Y la de ubicar su identidad, digamos que un poco mรกs cerca de Shakespeare, a quien considera el precursor de Freud (quien, a su vez, es descrito como โel Montaigne o el Emerson del siglo XXโ). Pero hay algo mรกs que los une. La escritura como remedio contra un mal: โLa influencia nos acecha a todos en forma de influenza.โ
El trueque terminolรณgico de โansiedadโ por โanatomรญaโ pudiera crear la ilusiรณn de que nos toparemos con un Bloom mรกs moderado. Falso. Aunque nos confiese haber atemperado algunos de sus juicios, volverรกn a tomarnos desprevenidos los delirios geniales de Bloom en todas y cada una de sus pรกginas. Dirรญa algo mรกs. La conciencia de estarlo haciendo por รบltima vez confiere por momentos a sus declaraciones el tono mรกs alto de la escala: no el de la estridencia sino el de la suavidad conquistada (parafraseando su idea freudiana de la ansiedad conquistada y evocando a Leonard Cohen en โAinโt no cure for loveโ). Amor, absoluto e incurable amor por la poesรญa, por la lectura, por la reflexiรณn sobre la literatura, es lo que encontraremos de vuelta en sus meditaciones, impregnadas a ratos por una melancolรญa contagiosa, provocada por la conciencia explรญcita de la vejez y por la irrenunciable certeza de estar hablando en un mundo en el que la lectura apasionada de โlos difรญciles placeres de lo sublimeโ estรก agonizando y, por lo tanto, de que habla para unos cuantos, nosotros, los desconocidos (muchos de sus interlocutores ya no estรกn), los que resistimos al โsuicidio intelectual en el ocรฉano gris de internetโ. Que la literatura es su forma de vida queda demostrado no solo en el subtรญtulo de este โautorretrato crรญticoโ.
La obsesiรณn por desentraรฑar el mecanismo nada inocente de las influencias literarias incluye su propia obra: โQuizรกs yo escribo para curarme de la sensaciรณn de haberme visto demasiado influido desde la infancia por los grandes autores occidentales.โ Gracias a su paranoia personal y a una integridad intelectual que nunca le parece suficiente, podremos seguirlo de cerca mientras rastrea con un olfato finรญsimo sus fuentes de inspiraciรณn, volviendo a oรญr y hacernos oรญr la โsublime extraรฑezaโ que hay en los mismos y diferentes versos, mientras revisa sus propias afirmaciones. Llevรกndonos por el laberinto de las influencias literarias, volverรก a afirmarnos que no existe manera de huir, aunque se eluda conscientemente o no a un genio precursor. Y agregarรก a la escena la lucha entre crรญticos y textos crรญticos, haciรฉndonos ver aquellos que lo han formado o los rivales poderosos de los que nadie podrรญa prescindir. Freud, el ineludible (cuyo nombre hebreo, Salomรณn, prefiere al del wagneriano Sigmund por ser โparte integrante de la sabidurรญa hebreaโ, afirmaciรณn que vale honorablemente para รฉl mismo).
Su capacidad de rendir cuentas (tanto a lectores como detractores por igual) de cada uno de los conceptos por los cuales fuera criticado o aplaudido nos enseรฑa sobre su propia definiciรณn de crรญtica literaria, una crรญtica ejercida a su vez como autocrรญtica, y quizรกs como โla รบnica forma de autobiografรญa civilizadaโ (Wilde). Declarรกndose โalegremente culpable de ser un canonizador incesanteโ predicarรก de nueva cuenta โla shakespearolatrรญa como la mรกs benigna de todas las religionesโ, y pondrรก a Walt Whitman (cuya voz, prescindiendo de toda metรกfora, nos dirรก que invoca la masturbaciรณn) a compartir el escenario junto a muchos otros. Enumerarlos no solo no nos darรญa la summa exacta, sino que distraerรญa nuestra atenciรณn de lo relevante: el radio de la visiรณn de Bloom, que extiende el campo de acciรณn de las influencias literarias mรกs allรก de lo esperado.
โComprender mediante la sensaciรณn es habitar el cosmos imaginativoโ que este lector nos regala en sus insรณlitos y exigentes anรกlisis de poemas que parecen nacer mientras los desgrana frente a nosotros. Fijarse en el desvรญo, dar prioridad a la percepciรณn de tonos, texturas y sonidos para ver cรณmo โse activa el sentidoโ es una invitaciรณn a โenfrentarse a la grandeza cara a caraโ, una lectura poco comรบn que podremos hacer de la mano de Harold Bloom. ~
[*] La primera traducciรณn al espaรฑol de The anxiety of influence se llamรณ La angustia de las influencias, y fue publicada por Monte รvila, Caracas, 1977.
(Buenos Aires, 1957) es ensayista, poeta, traductora y profesora-investigadora de tiempo completo de la Universidad Autรณnoma Metropolitana, Iztapalapa. Ha difundido la obra del poeta israelรญ Yehuda Amijรกi en espaรฑol. Es autora de La ciudad de los poemas. Muestrario poรฉtico de la Ciudad de Mรฉxico moderna (Ediciones del Lirio, 2021).