ÂżCĂłmo entender la marcha de Yevgeny Prigozhin sobre MoscĂș y su repentino final? A menudo hay complots sin golpe; este parecĂa un golpe sin complot. Sin embargo, por extraño que fuera el motĂn del jefe mercenario, podemos sacar algunas conclusiones de su curso y de su conclusiĂłn.
1. Putin no es popular. Todos los sondeos de opiniĂłn de que disponemos tienen lugar en un entorno en el que su poder se considera mĂĄs o menos inevitable y en el que responder a la pregunta de forma equivocada parece arriesgado. Pero cuando su poder se vio afectado, como cuando Wagner se apoderĂł de Rostov del Don, a nadie pareciĂł importarle. Ante el motĂn de Prigozhin, algunos rusos se mostraron eufĂłricos, y la mayorĂa parecĂan apĂĄticos. Lo que no se vio fue a nadie en ninguna ciudad rusa expresando espontĂĄneamente su apoyo personal a Putin, ni mucho menos a nadie asumiendo algĂșn tipo de riesgo personal en nombre de su rĂ©gimen. La euforia me sugiere que algunos rusos estĂĄn dispuestos a que los gobierne un rĂ©gimen explotador diferente. La apatĂa indica que la mayorĂa de los rusos, en este momento, dan por sentado que serĂĄn gobernados por el gĂĄngster con mĂĄs armas, y seguirĂĄn con su vida cotidiana independientemente de quiĂ©n sea ese gĂĄngster.
2. Prigozhin era una amenaza para Putin, porque hace prĂĄcticamente lo mismo que Putin, y aprovecha los propios activos de Putin. Tanto el Estado ruso como la empresa mercenaria de Prigozhin, Wagner, son regĂmenes extractivos con grandes brazos militares y de relaciones pĂșblicas. El rĂ©gimen de Putin existe, y las ciudades de MoscĂș y San Petersburgo son relativamente ricas, gracias a la explotaciĂłn colonial de los recursos de hidrocarburos en Siberia. La riqueza estĂĄ en manos de muy pocas personas, y la poblaciĂłn rusa asiste regularmente a un espectĂĄculo de guerras sin sentido âUcrania, Siria, Ucrania de nuevoâ para distraer la atenciĂłn de este estado bĂĄsico de cosas, y para convencerles de que hay algĂșn tipo de enemigo externo que lo justifica (pista: en realidad no lo hay). Wagner funcionaba como una especie de intensificaciĂłn del Estado ruso, que realizaba el trabajo mĂĄs sucio mĂĄs allĂĄ de Rusia, no solo en Siria y Ucrania, sino tambiĂ©n en Ăfrica. Estaba subvencionada por el Estado ruso, pero como ganaba dinero de verdad fue extrayendo recursos minerales por su cuenta, especialmente en Ăfrica. A diferencia de la mayorĂa de sus otras empresas, la guerra de Wagner en Ucrania era una propuesta perdedora. Prigozhin aprovechĂł la desesperaciĂłn de la propaganda rusa por una victoria atribuyĂ©ndose el mĂ©rito de la victoria en Bajmut. Esa ciudad menor estaba completamente destruida y abandonada cuando Wagner la tomĂł, a costa de decenas de miles de vidas rusas. Pero como fue la Ășnica ganancia en la horriblemente costosa pero estratĂ©gicamente insensata ofensiva rusa de 2023, los medios de Putin la retrataron como una especie de Stalingrado o BerlĂn. Prigozhin fue capaz de dirigir la falsa gloria hacia sĂ mismo incluso cuando luego retirĂł a Wagner de Ucrania. Mientras tanto, criticĂł a los mandos militares de la FederaciĂłn Rusa en tĂ©rminos cada vez mĂĄs vulgares, impidiendo asĂ que el Estado ruso (y Putin) ganaran mucho con el sangriento espectĂĄculo de la Ucrania invadida. En resumen: Wagner fue capaz de hacer que el rĂ©gimen de Putin trabajara para Ă©l.
3. Prigozhin dijo la verdad sobre la guerra. Eso debe tratarse como una especie de accidente interesado: Prigozhin es un mentiroso y propagandista extravagante y hĂĄbil. Pero su actitud en los dĂas previos a su marcha sobre MoscĂș hizo que la verdad le resultara Ăștil. QuerĂa ocupar una posiciĂłn en la opiniĂłn pĂșblica rusa: el hombre que luchĂł lealmente por el paĂs y obtuvo la Ășnica victoria significativa de Rusia en 2023, a pesar de la incompetencia del rĂ©gimen y el sinsentido de la propia guerra. No estoy seguro de que se haya prestado suficiente atenciĂłn a lo que Prigozhin dijo sobre los motivos de Putin para la guerra: que no tenĂa nada que ver con la ampliaciĂłn de la OTAN o la agresiĂłn ucraniana, y que era simplemente una cuestiĂłn de querer dominar Ucrania, sustituir su rĂ©gimen por un polĂtico amigo de MoscĂș (Viktor Medvedchuk), y luego apoderarse de sus recursos y satisfacer a la Ă©lite rusa. Teniendo en cuenta cĂłmo funciona el sistema polĂtico ruso, eso tiene visos de verosimilitud. Los diversos razonamientos de Putin son radicalmente incoherentes con el funcionamiento real del sistema polĂtico ruso.
4. Rusia estĂĄ mucho menos segura de lo que estaba antes de invadir Ucrania. Es una observaciĂłn bastante obvia que han hecho muchos antes que yo, desde la primera invasiĂłn de 2014. Nunca hubo ninguna razĂłn para creer, al menos desde entonces, que a Putin le preocuparan los intereses nacionales rusos. Si lo hubiera estado, nunca habrĂa iniciado un conflicto que ha obligado a Rusia a subordinarse a China, que es la Ășnica amenaza real en sus fronteras. Cualquier realista en MoscĂș preocupado por el Estado ruso buscarĂa el equilibrio entre China y Occidente, en lugar de seguir una polĂtica que tuviera que alienar a Occidente. A Putin le preocupaba que Ucrania pudiera servir de modelo. A diferencia de los rusos, los ucranianos podĂan votar y gozaban de libertad de expresiĂłn y asociaciĂłn. Eso no era una amenaza para Rusia, pero sĂ para el propio poder de Putin. Sin duda, Putin vio en Ucrania una oportunidad para generar un espectĂĄculo que distrajera la atenciĂłn de la intensa corrupciĂłn de su propio rĂ©gimen, y para consolidar su reputaciĂłn como lĂder que podĂa reunirse en lo que Ă©l presentaba falsamente como tierras ârusasâ. Pero nada de esto tiene que ver con la seguridad de Rusia como Estado ni con el bienestar de los rusos como pueblo. El Putin de 2022 (mucho mĂĄs que el Putin de 2014) parece haberse creĂdo su propia propaganda, ha sobrevalorado el poder ruso y desestimado al mismo tiempo la realidad del Estado ucraniano y de la sociedad civil ucraniana, algo que ningĂșn realista harĂa. Eso significĂł que la segunda invasiĂłn fracasĂł, y eso significĂł (como ya escribĂ en febrero de 2022) una oportunidad nueva para un caudillo rival. Prigozhin era ese caudillo y aprovechĂł esa oportunidad. Todo esto podrĂa parecer abstracto hasta que condujo a sus fuerzas en una marcha hacia MoscĂș, derribando seis helicĂłpteros rusos y un aviĂłn, y deteniĂ©ndose sin encontrar nunca una resistencia significativa. Sin duda, Wagner tenĂa muchas ventajas, como que los lugareños lo perciben como ruso y conoce el funcionamiento de la infraestructura local. La marcha de Prigozhin demuestra que una fuerza pequeña no tendrĂa muchos problemas para llegar a MoscĂș. Eso no era asĂ antes de que la mayorĂa de las fuerzas armadas rusas se comprometieran en Ucrania, donde muchas de las mejores unidades esencialmente dejaron de existir.
5. Cuando se ve acorralado, Putin se salva. En Occidente nos preocupan los sentimientos de Putin. ÂżQuĂ© podrĂa hacer si se siente amenazado? ÂżPodrĂa hacernos algo terrible? Putin alienta esta lĂnea de pensamiento con constantes bravatas sobre una âescaladaâ y cosas por el estilo. El sĂĄbado Putin pronunciĂł otro discurso lleno de amenazas, esta vez dirigidas contra Prigozhin y Wagner. Luego se subiĂł a un aviĂłn y volĂł a otra ciudad. Y luego hizo un trato con Prigozhin. Y entonces se retiraron todos los cargos legales contra Prigozhin. Y despuĂ©s los propagandistas de Putin explicaron que todo esto era perfectamente normal.
Mientras Putin estĂ© en el poder, eso es lo que harĂĄ. AmenazarĂĄ y esperarĂĄ que esas amenazas cambien el comportamiento de sus enemigos. Cuando eso falle, cambiarĂĄ el rumbo. Su rĂ©gimen se basa en la propaganda, y al final el espectĂĄculo generado por los militares estĂĄ ahĂ para servir a la propaganda. Incluso cuando ese espectĂĄculo sea tan humillante como pueda imaginarse, como lo fue el sĂĄbado cuando los rebeldes rusos marcharon sobre MoscĂș y Putin huyĂł, su respuesta serĂĄ intentar cambiar de tema.
Merece la pena subrayar que el sĂĄbado la amenaza era real, tanto para Ă©l personalmente como para su rĂ©gimen. Tanto el riesgo como la humillaciĂłn eran incomparablemente mayores que cualquier cosa que pudiera ocurrir en Ucrania. Comparado con el poder en Rusia, el poder en Ucrania carece de importancia. DespuĂ©s de lo que acabamos de ver, nadie deberĂa argumentar que Putin podrĂa verse acorralado en Ucrania y tomar alguna decisiĂłn terrible. No se le puede arrinconar en Ucrania. Solo se le puede arrinconar en Rusia. Y ahora sabemos lo que hace cuando eso ocurre: grabar un discurso y salir corriendo.
(Y lo mĂĄs probable es que extienda un cheque. Una nota de especulaciĂłn. Nadie sabe todavĂa cuĂĄl era el acuerdo entre Putin y Prigozhin. En Rusia se rumorea que Sergei Shoigu, el principal objetivo de Prigozhin, se verĂĄ obligado a dimitir tras ser acusado de algĂșn tipo de corrupciĂłn. Hay informaciones que dicen que Prigozhin tenĂa motivos para preocuparse por la vida de los miembros de su propia familia y la de otros dirigentes de Wagner. Imagino, personalmente, que uno de los elementos era el dinero. El 1 de julio, Wagner iba a dejar de existir como entidad separada, al menos formalmente hablando. Como todos los ejĂ©rcitos privados, debĂa subordinarse al Ministerio de Defensa, es decir, a Shoigu. Esto ayuda a explicar, creo, el momento del motĂn. Si Wagner hubiera dejado de funcionar, Prigozhin habrĂa perdido mucho dinero. No es descabellado suponer que marchĂł sobre MoscĂș en un momento en el que aĂșn tenĂamos potencia de fuego para generar un Ășltimo pago. Las metĂĄforas mafiosas pueden ayudar aquĂ, entre otras cosas porque apenas son metĂĄforas. Se puede pensar en el Estado ruso como un negocio de protecciĂłn. Nadie estĂĄ realmente a salvo, pero todo el mundo tiene que aceptar la âprotecciĂłnâ sabiendo que es menos arriesgada que la rebeliĂłn. Un sistema de protecciĂłn siempre es vulnerable a otro sistema de protecciĂłn. Al marchar de Rostov del Don a MoscĂș, Prigozhin rompiĂł un sistema de protecciĂłn y propuso otro. Siguiendo esta lĂłgica, podemos imaginar la propuesta de Prigozhin a Putin de la siguiente manera: Despliego la fuerza mayor y ahora te exijo dinero por protecciĂłn. Si quieres continuar con tu propio tinglado de protecciĂłn, pĂĄgame antes de que llegue a MoscĂș).
6. Los principales participantes eran fascistas, y los fascistas pueden enemistarse. No usamos mucho el tĂ©rmino âfascistaâ, ya que los rusos (especialmente los fascistas rusos) lo usan para sus enemigos, lo que resulta confuso; y de alguna manera parece polĂticamente incorrecto usarlo. Y por otra razĂłn: a diferencia de los italianos, los rumanos y los alemanes de los años treinta, el rĂ©gimen de Putin ha dispuesto de enormes beneficios procedentes de los hidrocarburos, que ha utilizado para influir en la opiniĂłn pĂșblica occidental. De todos modos, si Rusia no es hoy un rĂ©gimen fascista, es realmente difĂcil saber quĂ© rĂ©gimen serĂa fascista. Es mĂĄs claramente fascista que la Italia de Mussolini, que inventĂł el tĂ©rmino. Los fascistas rusos han estado al frente de ambas invasiones sobre Ucrania, tanto en el campo de batalla como en la propaganda. El propio Putin ha utilizado un lenguaje fascista en todo momento y ha perseguido el objetivo fascista del genocidio en Ucrania.
Prigozhin ha sido, sin embargo, el propagandista fascista mĂĄs eficaz durante esta guerra, utilizando estratĂ©gicamente sĂmbolos de violencia (un mazo) e imĂĄgenes de muerte (cementerios, cadĂĄveres reales) para solidificar su posiciĂłn. Wagner incluye a un gran nĂșmero de combatientes abiertamente fascistas. El conflicto de Wagner con Shoigu tiene tintes racistas: en los canales de Telegram favorables a Wagner se refieren a Ă©l como âel degenerado de Tuvaâ y cosas similares.
Dicho esto, la diferencia entre fascistas puede parecer muy significativa cuando eso es todo lo que se ofrece, y estĂĄ absolutamente claro que muchos rusos se vieron profundamente afectados por el choque de los dos bandos fascistas. Es importante especificar una diferencia entre el fascismo de Putin y Prigozhin y el de la dĂ©cada de 1930. Los dos hombres estĂĄn muy preocupados por el dinero, cosa que no hacĂa la primera generaciĂłn de fascistas en general. Son fascistas oligĂĄrquicos, una raza que merece la pena vigilar tambiĂ©n aquĂ en Estados Unidos.
7. La divisiĂłn en Rusia era real y probablemente perdurarĂĄ. Algunos rusos celebraron que Wagner derribara helicĂłpteros rusos, y otros se asombraron de que pudieran hacerlo. Algunos rusos querĂan acciĂłn, otros no podĂan imaginar el cambio. A la mayorĂa de los rusos probablemente no les importe mucho, pero aquellos a los que sĂ les importa tienen opiniones distintas entre sĂ. El rĂ©gimen de Putin intentarĂĄ cambiar de tema, como siempre, pero ahora carece de poder ofensivo en Ucrania (sin Wagner) y, por tanto, de capacidad para crear mucho espectĂĄculo. La propaganda rusa ya se ha vuelto contra Wagner, cuyos mercenarios por supuesto ayer eran hĂ©roes. El principal propagandista ruso, Vladimir Solovyov, participĂł en un vĂdeo de reclutamiento de Wagner. El hijo del portavoz de Putin supuestamente sirviĂł en Wagner. Aunque es casi seguro que se trata de una mentira, revela que Wagner fue en su dĂa un lugar de prestigio.
Puede que a los propagandistas rusos les resulte difĂcil encontrar algĂșn hĂ©roe en la historia, ya que en su mayor parte nadie se resistiĂł a la marcha de Wagner sobre MoscĂș. Si Wagner era tan horrible, Âżpor quĂ© todo el mundo lo dejĂł avanzar? Si el Ministerio de Defensa ruso es tan eficaz, Âżpor quĂ© hizo tan poco? Si Putin estĂĄ al mando, Âżpor quĂ© huyĂł y dejĂł incluso la negociaciĂłn en manos de Lukashenko de Bielorrusia? Si Lukashenko es el hĂ©roe de la historia, ÂżquĂ© dice eso de Putin?
Tampoco estĂĄ claro quĂ© ocurrirĂĄ ahora con Wagner. El Kremlin afirma que sus hombres se integrarĂĄn en las fuerzas armadas rusas, pero es difĂcil ver por quĂ© aceptarĂan eso. EstĂĄn acostumbrados a que se les trate con mĂĄs respeto (y a que se les pague mejor). Si Wagner permanece intacto de alguna forma, es difĂcil ver cĂłmo se podrĂa confiar en Ă©l, en Ucrania o en cualquier otro lugar. En tĂ©rminos mĂĄs generales, Putin se enfrenta ahora a una mala elecciĂłn entre la tolerancia y las purgas. Si tolera la rebeliĂłn, parecerĂĄ dĂ©bil. Si purga su rĂ©gimen, se arriesga a otra rebeliĂłn.
8. Uno de los crĂmenes de Putin contra Rusia es el trato que dispensa a la oposiciĂłn. Esto puede parecer otro asunto. ÂżQuĂ© tiene que ver la oposiciĂłn encarcelada o exiliada con el motĂn de Prigozhin? La cuestiĂłn es que el encarcelamiento y exilio de la oposiciĂłn significĂł que poco pudieron hacer para promover sus propias ideas para el futuro de Rusia en un momento que parecĂa ideal para ello. El rĂ©gimen de Putin estĂĄ obviamente agotado, pero no hay nadie cerca para decirlo y proponer algo mejor que otro fascista envejecido.
Pienso en el contraste con 1991. Durante la intentona golpista de aquel agosto contra Gorbachov, los rusos se congregaron en MoscĂș. PodĂan ser o no partidarios de Gorbachov, pero veĂan la amenaza que un golpe militar suponĂa para su propio futuro. La resistencia al golpe dio a Rusia la oportunidad de un nuevo comienzo, una oportunidad que ahora se ha desperdiciado. No hubo resistencia a ese golpe, en parte debido a la degeneraciĂłn polĂtica sistemĂĄtica del rĂ©gimen de Putin, en parte porque el tipo de rusos valientes que salieron a las calles en 1991 estĂĄn entre rejas o en el exilio. Esto significa que a los rusos en general se les ha negado la oportunidad de pensar en un futuro polĂtico.
9. Fue un anticipo de cĂłmo acabarĂĄ la guerra en Ucrania. Cuando haya un conflicto significativo en Rusia, los rusos se olvidarĂĄn de Ucrania y prestarĂĄn atenciĂłn a su propio paĂs. Ha ocurrido una vez, y puede volver a ocurrir. Cuando ese conflicto dure mĂĄs que este (que ha durado solo un dĂa), las tropas rusas se retirarĂĄn de Ucrania. En este caso, Wagner se retirĂł de Ucrania, y luego las tropas de Ramzan Kadyrov (Akhmat) partieron de Ucrania para luchar contra Wagner (cosa que, como era de esperar, no hicieron, lo cual es otra historia). En un conflicto mĂĄs sostenido, los soldados regulares tambiĂ©n partirĂan. De lo contrario, serĂĄ imposible defender MoscĂș y sus Ă©lites. Las Ă©lites moscovitas que piensan en el futuro deberĂan querer que esas tropas se retiren ya. En su trayectoria actual, es probable que Rusia se enfrente a una lucha interna por el poder mĂĄs pronto que tarde. AsĂ es como terminan las guerras: cuando la presiĂłn se hace sentir dentro del sistema polĂtico. Los que quieren que esta guerra termine deberĂan ayudar a los ucranianos a ejercer esa presiĂłn.
10. Los acontecimientos en Rusia (como los acontecimientos en Ucrania) estĂĄn determinados en gran medida por las decisiones de los rusos (o ucranianos). En Estados Unidos tenemos el hĂĄbito imperialista de negar agencia a ambas partes en este conflicto. Demasiada gente parece pensar que los ucranianos luchan por culpa de Estados Unidos o de la OTAN, cuando en realidad la situaciĂłn es totalmente la contraria: fue la resistencia ucraniana la que persuadiĂł a otras naciones para que ayudaran. Demasiada gente sigue pensando que Estados Unidos o la OTAN tuvieron algo que ver con la decisiĂłn personal de Putin de invadir Ucrania, cuando en realidad el carĂĄcter del sistema ruso (y las propias palabras de Putin) nos proporcionan una explicaciĂłn mĂĄs que suficiente.
Algunas de esas personas afirman ahora que el golpe de Prigozhin fue planeado por los estadounidenses, lo cual es una tonterĂa. La administraciĂłn Biden ha trabajado sistemĂĄticamente contra Wagner. La principal conexiĂłn estadounidense de Prigozhin fue su arduo trabajo, como jefe de la Agencia de InvestigaciĂłn de Internet de Rusia, para que Trump fuera elegido en 2016. Otros se esfuerzan por explicar la marcha de Prigozhin a MoscĂș y su final como una especie de complejo teatro polĂtico, en el que el objetivo era trasladar a Prigozhin y Wagner a Bielorrusia para organizar un ataque a Ucrania desde el norte. Esto es ridĂculo. Si Prigozhin va realmente a Bielorrusia, no se sabe lo que podrĂa improvisar allĂ. Pero la idea de tal plan no tiene sentido. Si Putin y Prigozhin estuvieran en tĂ©rminos de cooperaciĂłn, simplemente podrĂan haber acordado tal movimiento de una manera que no hubiera dañado la reputaciĂłn de ambos (y dejado a Rusia mĂĄs dĂ©bil).
Putin decidiĂł invadir Ucrania por razones que tenĂan sentido para Ă©l dentro del sistema que habĂa construido. Prigozhin se resistiĂł a Putin por razones que tenĂan sentido para Ă©l como alguien que se habĂa beneficiado de ese sistema desde dentro. El motĂn fue una elecciĂłn dentro de la guerra de elecciĂłn de Putin, y ejemplifica el desastre que Putin ha traĂdo a su paĂs.
Publicado originalmente en el blog del autor.
Timothy Snyder (1969) es un historiador estadounidense, profesor en la Universidad de Yale, especializado en la historia de Europa Central y del Este y en el Holocausto. Su libro mås reciente en español es 'Nuestra enfermedad. Lecciones de libertad en un diario de hospital' (Galaxia Gutenberg, 2020).