Debido a una restricciรณn contractual, no pudimos publicar en lรญnea el cuento de Lorrie Moore que aparece en nuestro nรบmero de junio. Aquรญ, algunos comentarios sobre el proceso de traducciรณn.
– La redacciรณn
♦ ♦ ♦
Algunas notas sobre la traducciรณn del cuento Referential de Lorrie Moore.1
Mi mรกs reciente rencuentro con Signs and symbols de Vladimir Nabokov fue en voz de Mary Gaitskill, y por ello recuerdo con claridad detalles que el cuento omite: la ropa gris de los inmigrantes rusos, la escalera de madera en la que el marido espera resignado a su esposa y el ambiente de austeridad anรญmica y desesperanza. Suelo ver Nabokovs donde no los hay, pero al leer Referential, me fue evidente, desde la primera mermelada, que ahรญ habรญa Nabokov encerrado.
Referential es ya en sรญ una traducciรณn –horizontal, si se quiere– de Signs and Symbols. Lorrie Moore lo llama “homenaje”, pero bastan un par de lecturas para saber que es mucho mรกs. En ambos cuentos, el personaje principal sufre de una suerte de esquizofrenia (descrita como “manรญa referencial” por Nabokov) que lo hace encontrar referencias ocultas a su personalidad en el mundo que le rodea, donde los libros hablan de su vida y la naturaleza le esconde mensajes. La madre en el cuento de Moore se pregunta si no comparte la manรญa del hijo y, despuรฉs de haber saltado durante semanas entre un cuento y otro, entendรญ (quizรก contagiada del mismo mal) que Referencial no lo es sรณlo de forma intertextual sino meta-literaria. Moore pareciera por instantes saltar la barrera y mirar discretamente al lector a los ojos, recordรกndole que detrรกs del texto estรก siempre ella.
Cuando Umberto Eco terminรณ El nombre de la rosa, en un gesto de novelista neรณfito y entusiasta de la traducciรณn, enviรณ a sus traductores copias anotadas de su novela, llenas de parรฉntesis aclaratorios: aquรญ hay una alusiรณn que quizรก le escaparรก, acรก otra que funciona sรณlo en italiano, etc. En Referential, como en las copias anotadas de Eco, los parรฉntesis de Moore estรกn en su sentido del humor, en su sintaxis tropezona y el cuidadoso emplazamiento de algunas frases de Nabokov.
Referencial es un cuento excelente y conmovedor; el homenaje a Signos y sรญmbolos lo enriquece justamente porque las dos historias tratan de referencias y obsesiones, la prosa de Lorrie Moore es, con o sin guiรฑos a Nabokov, compleja y llena de metรกforas y tropos casi imposibles de traducir. La estructura del cuento, como el universo de sus personajes, estรก delicadamente compuesta de mensajes a descifrar: un esfuerzo lector que pocos realizarรกn; una evidencia que nos hace preguntarnos si Moore (a diferencia de Perec o Calvino y sus diagramas faro) quiere que se descubra su tras bambalinas o si –peor aรบn– tales cรณdigos y referencias existen realmente. En una simbiosis involuntaria, esta traducciรณn se fue transformando en una ediciรณn crรญtica “de burรณ” que, como las referencias ocultas de Moore, no serรก aparente para casi nadie.
Desde el principio y hasta la รบltima versiรณn marquรฉ en azul las frases tomadas directamente de Nabokov para evitar que se alteraran en alguna correcciรณn. Corrรญa ese riesgo: las frases correctas pero secas de la traductora de Nabokov, languidecen ante la prosa carismรกtica de Moore.
Durante aรฑos Lydia Davis se negรณ a traducir Madame Bovary: lo habรญa leรญdo en su juventud, traducido al inglรฉs, y no le interesรณ particularmente. Cuando por fin aceptรณ, consultรณ las veinte versiones de Madame Bovary en inglรฉs y se dio cuenta de que estaban llenas de errores, torpezas e invenciones. Comprendiรณ que aquello tan poco remarcable que habรญa leรญdo de joven no era realmente Flaubert. Lamentablemente, la versiรณn espaรฑola de Signs and Symbols no es realmente Nabokov.
Aรบn asรญ, decidรญ respetar el proceso de Moore y enlazar a Nabokov desde su –รบnica– traducciรณn al espaรฑol, asรญ como intentar traspasar al espaรฑol las brillantes rarezas y excentricidades sintรกcticas de Lorrie Moore. En la introducciรณn a su Madame Bovary, Davis explica cรณmo y por quรฉ decidiรณ preservar los “fallos” de Flaubert que otros traductores habรญan corregido. Lo hizo “a peticiรณn” de sus editores, preocupados de que pudiera tomarse como un descuido de su parte. Las rarezas en Referencial son mรญas (o, espero, de Lorrie Moore), la revisiรณn de este cuento (por parte de Letras Libres y de un cuarteto de amigos generosos) ha sido todo menos descuidada.
Cuando hablo sobre mis experiencias con la traducciรณn (con un fervor y celo que rozan la obsesiรณn con el texto original), los traductores profesionales me miran con una mezcla de ternura, solidaridad y condescendencia. No me pretendo traductora, no podrรญa, no sabrรญa cรณmo traducir bien sin dedicarle a cuatro pรกginas un mes. Traduzco como artista visual y cada traducciรณn (para mรญ un acto casi plรกstico que no dista mucho de la ediciรณn y montaje de video) se inserta en el conjunto de mi trabajo como una obra mรกs. De haber sido escritora lo habrรญa sido traduciendo: la traducciรณn, tan parecida a la construcciรณn poรฉtica, es mi gรฉnero literario preferido.
1 (Mi traducciรณn) de una frase que Lorrie Moore usa en el cuento Dance in America y que, a lo largo de los aรฑos, he tomado prestada para mรกs de un proyecto.
Ejerce la polivalencia diletante, vive entre Mรฉxico y Parรญs y, cuando no le queda otro remedio, trabaja como artista.