INDOAFROIBEROAMÉRICA
Carlos Fuentes lleva algunos años promoviendo la idea de que las palabras “América Latina” o “Hispanoamérica” son inexactas, por lo que deberían ser sustituidas por el justiciero término “Indoafroiberoamérica”.
La idea no ha pegado del todo, porque no es muy práctica. Por un lado, se complica decir, por ejemplo, un domingo frente a la tele: “¿Cuántos indoafroiberoamericanos juegan en el Real Madrid?” Por el otro y como siempre pasa, el esfuerzo por ser políticamente correcto siempre termina desembocando en una discriminación mayor. Decirle “Latinoamérica” a este pedazo de tierra en el que vivimos puede ser incorrecto históricamente, pero el contenido semántico de la palabra ya está fijo. En cambio, si decimos “indoafroiberoamericano” estamos, automáticamente, discriminando el resto de los contenidos de la sangre y la cultura continentales.
– ¿Quién inventó la tele a colores, papá?
– El señor Camarena, mijo; un semitaindoafroiberoamericano.
Está difícil, y eso que no estamos contando a los esenciales chinos de Mexicali o el barrio de Dolores. ¿Sinosemitaindoafroiberoamericano? Por suerte mi amigo Naief Yehya –de origen iranio—vive en Brooklyn, pero cuando está de vacaciones en México, automáticamente hay que renombrar a esto “sinosemitafarsindoafroiberoamericano”.
Como se puede colegir de lo anterior, nadie, nunca jamás, ha dicho ni siquiera “indoafroiberoamericano” además de Carlos Fuentes. Aún así, el propio don Carlos, o porque tiene autocrítica, o tal vez precisamente porque ha tenido que pronunciar la palabra de marras, propuso –en un artículo publicado por “Babelia” el sábado pasado a propósito del Cuarto Congreso Internacional de la Lengua- que ya no la usemos y mejor le digamos a este territorio cultural “La Mancha”, en honor al despliegue cervantino.
No es mala idea y es harto literaria, pero tiene el problema de que “La Mancha” ya existe en España, por lo que para que nuestros posibles interlocutores entendieran a cual de las dos Manchas nos referimos, habría que decir que somos “manchegoamericanos”. Un problemón: ¿Qué van a decir los indios, con razón, cuando se enteren? Hay que arreglarlo. Llamarnos “Indomanchegoamericanos”. ¿Y los catalanes?
“Indomanchegocataloamericanos”. Madres, los negros: “Indoafromanchegoscataloamericanos”. “Sinoindoafromanchegoscataloamericanos”. Y eso que mi amigo Naief no está de vacaciones esta semana.
Tengo una propuesta, modesta como este púlpito y mis trabajos. ¿Qué tal si le decimos a América Latina, “América Latina”? Si queremos incluir a España, podemos decir “América Latina y España” –usar la contracción “y” es difícil, pero no tanto. Si incluimos a los cuarenta millones de más allá del río Bravo: “América Latina, España y Estados Unidos”. La coma, después de todo, no suena.
– Álvaro Enrigue