En "Las 25 empresas que más invirtieron" en México en 2010 (Expansión, 17-31 de enero 2011), la inversión promedio fue de 500 millones de dólares.
Encabeza la lista Goldcorp, minera canadiense que completó sus inversiones de 1,500 millones de dólares en dos minas a cielo abierto para extraer oro, plata, plomo y zinc en Zacatecas. Creó 2,500 empleos en un estado que expulsa población en busca de oportunidades. Según el Consejo Nacional de Población (Geografía de la migración México-Estados Unidos), Zacatecas es el estado con mayor intensidad migratoria. Se dice que hay más zacatecanos en los Estados Unidos que en Zacatecas.
¿Frenarán las minas de Goldcorp la emigración? Algo, sobre todo considerando los empleos indirectos; pero no tanto, aunque su producción de oro sea la mayor del continente, y su producción de plata la segunda en el mundo. Invertir 600,000 dólares para crear un empleo (1500 / 2500) no permite crear muchos. Un millón de empleos semejantes exigiría una inversión equivalente a 400 veces la de Goldcorp: algo así como el 60% del pib, cosa absolutamente imposible.
No es el caso extremo. Volkswagen está invirtiendo en Puebla 550 millones de dólares en un proyecto que generará 700 empleos; o sea que invertirá 800,000 dólares por empleo. Praxair invirtió 150 millones de dólares en plantas procesadoras de gases industriales en Nuevo León y generó 150 empleos: un millón de dólares por empleo. Tenaris (la siderúrgica argentina que compró Tubos de Acero de México) terminó una nueva planta en Veracruz con una inversión de 850 millones de dólares y generó 600 empleos: 1.4 millones de dólares por empleo. Grand Coral, inmobiliaria española, anuncia que en los próximos diez años invertirá 5,000 millones de dólares en Quintana Roo y generará 2,000 empleos: 2.5 millones de dólares por empleo.
ProMéxico (órgano promotor del gobierno federal) declaró a la revista que las nuevas inversiones extranjeras superaron sus metas. Esperaba atraer 5,100 millones de dólares en 2010, y para octubre había logrado casi el doble: 9,070 en 57 proyectos que van a generar 20,337 empleos. Con tales éxitos (446,000 dólares por empleo), jamás se alcanzarán las metas de empleo, aunque se rebasen las de inversión.
Según El Universal (1 de febrero 2011), el Grupo Carso anunció inversiones en México por $44,650 millones (unos 3,600 millones de dólares) que generarán 20,000 empleos directos e indirectos. Suponiendo que los directos sean 10,000, la inversión será de 360,000 dólares por empleo. Según Reforma (25 de febrero y 3 de marzo 2011), Walmart anunció inversiones en México por $14,090 millones (unos 1,100 millones de dólares) que crearán 20,000 empleos: 55,000 dólares por empleo; mientras que Ternium (la siderúrgica argentina que compró Hojalata y Lámina) anunció inversiones en Monterrey de 2,300 millones de dólares que crearán 500 empleos: 4.6 millones de dólares por empleo.
Abundan los empleos microempresariales que pueden crearse con mil dólares. Si Goldcorp hubiera invertido en eso, habría creado 1.5 millones de empleos y resuelto el problema del país (no sólo Zacatecas) por un año. En forma semejante, los 57 proyectos de ProMéxico habrían generado 9.1 millones de empleos, cantidad que rebasa las metas para todo el sexenio; más 3.6 de Carso, 1.1 de Walmart y 2.3 de Ternium.
¿Hay que desalentar, entonces, las grandes inversiones? Por supuesto que no. Pero no hay que hacer cuentas alegres. Las inversiones intensivas de capital ayudan a competir en el mundo trasnacional intensificando la productividad laboral. Por lo mismo, no pueden ser la solución para el empleo. Producir más con menos gente hace más productivos a los que conservan el empleo, no a los que salen sobrando. En las cifras anuales que publica Expansión sobre las 500 mayores empresas de México está claro que las grandes inversiones pueden aumentar la producción sin aumentar el personal.
Los países donde sobra capital, pero falta gente (hasta el punto de que necesitan importar mano de obra), desarrollan tecnologías que permitan producir más con poca gente. Los países donde falta capital y sobra gente (hasta el punto de expulsarla) necesitan tecnologías que permitan producir más con poco capital. En ambos casos aumenta la productividad, pero de maneras distintas, que responden a situaciones diferentes.
Usar grandes dosis de capital para aumentar 20% o 30% la productividad de los que ya alcanzaron un buen nivel productivo está bien. Pero usar pequeñas dosis para aumentarla 200% o 300% en los de nivel más bajo está mejor: le saca más partido al capital (lo vuelve más rentable, genera más empleo, hace crecer más el pib).
Esta oportunidad no se aprovecha porque las pequeñas inversiones no tienen sex appeal. Son sumamente productivas, pero no atraen los reflectores. La vanguardia económica de México está orgullosa (y con razón) de que cada vez más mexicanos demuestran que son iguales o superiores a sus contrapartes internacionales. Pero se resiste a creer que el México pobre tiene que recorrer el camino de los países que hoy son ricos: empezaron por producir más con poco capital, antes de producir más con poco personal.
No aceptar las etapas intermedias y empezar por el final es perfectamente posible para una parte de la población. Para el resto no queda más que irse a donde falta mano de obra y sobra capital.
Nuestras políticas económicas han tenido los ojos puestos en la cumbre, no en la base, de la pirámide. Por eso han creado millones de empleos para el México pobre… en los Estados Unidos.
(Reforma, 24 abril 2011)
(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.