BOLETÍN DE PRENSA
Portarrelatos, un delicioso paseo
imaginario: Ignacio Trejo Fuentes
•El más reciente libro de José de la Colina se presenta el domingo, a las 12 horas, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes
En Portarrelatos están implícitas mis lecturas. Hay cuentos que se inician en otros textos que pueden, o no, ser cuentos. Doy la otra versión posible de los hechos: la otra cara de la luna. Eso es algo que me ha fascinado desde que de niño leía la Historia Mundial, de Charles Seignobos; me gustaba imaginar otros probables destinos de las historias que allí se cuentan. No soy el primero en esto; Borges ha hecho cosas así con absoluta genialidad.
La voz es de José de la Colina, quien el próximo domingo 14 de octubre, a las 12 horas, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, presenta su más reciente libro, Portarrelatos, obra coeditada por la UNAM y Ficticia Editorial, en la que el autor de Traer a cuento. Narrativa (1959-2003), (2004, FCE), estará acompañado por los también cuentistas Javier García-Galiano y Marcial Fernández.
Reconocido por Octavio Paz como “un autor singular”, pues “su prosa es una de las mejores de México”, la nueva obra de De la Colina es posiblemente, la más asombrosa y arriesgada de su producción literaria, ya que, los micro, macro y relatos que componen este libro, son una apuesta por el abandono artístico y el ludismo creativo en estado puro, en el que se trasgreden reglas, técnicas y cánones para dejar florecer la voz de un cuentista polifónico que sabe, con una naturalidad pasmosa, recrear las diversas voces de la literatura universal.
Así, por la páginas de Portarrelatos se pasean los fantasmas de Kafka, Shakespeare, Cervantes, Butler, Sade, Pascal, Carroll, Revueltas, Lautremont y Beckett que, junto otros espectros no menos reales, Sheherezada, Pandora, Salomé y Narciso, aparecen y desaparecen para crear un mundo en el que la imaginación es la única moneda de uso.
De la obra reciente de José de la Colina, Felipe Garrido ha dicho: “La irreverencia, el humor, la capacidad para jugar con las ideas y las palabras, la habilidad para armar una historia, el gusto por las diversas formas del lenguaje que conocemos en otros de sus libros, se encuentran concentrados en las noventa páginas de esta obra, que ciertamente hace falta leer y releer”.
Es escritor, cinéfilo y periodista. Fue secretario de redacción de la revista Vuelta.