Mi hijo pequeรฑo, el de ojos pensativos
y andadura y lenguaje de persona mayor,
habiendo transgredido siete veces mi ley,
le peguรฉ, y despedรญ
con รกsperas palabras, sin besarlo
โsu madre, tan paciente, muerta ya.
Y luego, temeroso de haberlo desvelado,
hasta su cama fui,
mas lo encontrรฉ dormido en un sueรฑo profundo,
los pรกrpados sombrรญos, y las pestaรฑas hรบmedas
del sollozo final.
Y yo, con un gemido,
sus lรกgrimas besรฉ, dejando en vez las mรญas,
pues vi que en una mesa, muy cerca de su almohada,
habรญa puesto a su alcance
unas fichas, su piedrita veteada de rojo,
un pedazo de vidrio pulido por la playa,
cinco o seis caracoles,
un frasco con calรฉndulas azules,
dos o tres centavitos franceses, todo en orden
para aliviar su triste corazรณn.
De modo que al rezar aquella noche
a Dios, llorando dije:
โAh, cuando al fin, frenado ya el aliento
para no molestarte con mi muerte,
y tรบ recuerdes los juguetes
El aroma del original
A Diego Garcรญa Elรญo
En Conversaciรณn con los difuntos, una selecciรณn de las traducciones que he podido, no querido, hacer a travรฉs de los aรฑos, y que fue publicada en Mรฉxico por Ediciones del Equilibrista en 1992, argumentaba yo que uno escribe los poemas que se le imponen, no los que quisiera escribir. Como prueba aducรญa precisamente โLos juguetesโ, de Coventry Patmore, pues jamรกs he distinguido entre los procesos de escribir y traducir poesรญa. De pronto, como para contradecirme, aparecieron โLos juguetesโ en la pรกgina.
Cierto es que la dificultad mayor se ocultaba en un solo verso del original inglรฉs. En el poema, Patmore se refiere a un incidente con su pequeรฑo hijo, huรฉrfano de madre. El verso en cuestiรณn dice, con desgarradora e intraducible sencillez โHis mother, who was patient, being deadโ.
Estas palabras tienen una fuerza escueta, inapelable. La clave estรก en el gerundio: being. โBeing deadโ supone una duraciรณn, una continuidad de la estancia en la muerte. La soluciรณn mรกs fรกcil, โestando muertaโ, no me parece buen espaรฑol.
El incidente familiar de que hablรฉ me presionaba desde adentro a buscar una soluciรณn rรกpida y satisfactoria. Sucede que mi hijo mayor habรญa regaรฑado con inusitada violencia a mi nieto, y yo deseaba llamarle discretamente la atenciรณn.
La fรณrmula apareciรณ como un relรกmpago. No podรญa ser mรกs breve. El adverbio ya sugiere algo que ha sucedido antes del momento en que se habla:
su madre, tan paciente, muerta ya.
A mi parecer, el adverbio sugerรญa una continuidad, una duraciรณn en la muerte. Ademรกs, tiene toda la fuerza de un monosรญlabo.
Lo que se aviene con mi modestรญsima tesis โtomada, como se advierte en el prรณlogo de aquella selecciรณn, del poeta inglรฉs Walter de la Mareโ de que a lo mรกs que puede aspirar un traductor es al eco, o mejor, โel aromaโ, del original.
Roto asรญ el hechizo que me paralizaba, fueron apareciendo los otros versos que sin duda esperaban pacientes su turno, y ahรญ estรกn.
Nota y versiรณn de Eliseo Diego