Que Haití fuera una nación olvidada por muchos no significa que tras el terremoto del 12 de enero haya sido apenas descubierta o haya que inventarle el hilo negro. Numerosos medios mexicanos, por ejemplo, al mencionar el idioma criado o nutrido del francés dieciochesco que hoy hablan alrededor de diez millones de haitianos dentro y fuera de su país, cargado de africanismos, con influencias del árabe, el español, el taíno y hasta el inglés, lo llaman creole (su nombre en inglés) o créole (en francés), cuyo equivalente castellano es “criollo”, vocablo con que se designa lenguajes o dialectos de todas partes del mundo que, nacidos de alguna lengua madre, combinan los rasgos lingüísticos locales más diversos (véase en el drae criollo, sexta acepción, aunque advierto que solo admite el empleo adjetivo y omite el sustantivo). Si se quiere evitar ambigüedad, el de Haití puede ser apellidado criollo haitiano, pero en textos y contextos haitianos como los que presenta este número de Letras Libres no debe quedar duda de que cuando se alude al criollo se hace referencia a dicho idioma, y no a un individuo u otra cosa. ~
es miembro de la redacciรณn de Letras Libres, crรญtico gramatical y onironauta frustrado.