En febrero de 1967, Teodoro Petkoff Malec tenรญa 36 aรฑos y era un importante dirigente del Partido Comunista de Venezuela. Por aquellos dรญas, el legendario comandante guerrillero que ya era Petkoff escapรณ espectacularmente, junto con otros dos importantes jefes comunistas, a travรฉs de un tรบnel que los sacรณ de la prisiรณn militar de San Carlos, un viejo cuartel caraqueรฑo cuya construcciรณn se remonta al siglo XVIII. No fue esta su รบnica fuga ni la mรกs desconcertante para sus captores. En 1969, Petkoff todavรญa se hallaba prรณfugo cuando el presidente Rafael Caldera propiciรณ un proceso polรญtico de pacificaciรณn que, en breve tiempo, llevรณ a muchos jefes guerrilleros de entonces a incorporarse al juego electoral propio de la vida democrรกtica.
Petkoff es hijo de un quรญmico bรบlgaro y de una mรฉdico polaca, de origen judรญo; tras conocerse en Checoslovaquia a fines de los aรฑos veinte, y desencantados ambos de las polรญticas del Comintern, decidieron emigrar a Venezuela. Ambos fueron a trabajar a una central azucarera, en una todavรญa remota regiรณn al sur del Lago de Maracaibo: su padre, como quรญmico de la central, y su madre, como la primera mujer mรฉdico que ejerciรณ en Venezuela. Allรญ, en Bobures, pueblito habitado por descendientes de esclavos, naciรณ el “catire” (entre venezolanos, el “gรผero”) Petkoff. Debรญa transcurrir un lustro todavรญa para que la muerte pusiera fin a la oprobiosa dictadura del general Juan Vicente Gรณmez.
Graduado con honores como economista en la Universidad Central de Venezuela (UCV), alcanzรณ desde muy joven posiciones de direcciรณn en el Burรณ Polรญtico del Partido Comunista de Venezuela (PCV). Actuรณ en la resistencia estudiantil contra la dictadura de Marcos Pรฉrez Jimรฉnez.
Ya desde sus primeros carcelazos, Petkoff comenzรณ a disentir de la estrategia revolucionaria “tricontinental” propugnada por La Habana. Asรญ, desde mediados de los aรฑos sesenta, Teodoro –como es conocido en toda Venezuela– construyรณ, en artรญculos y documentos del partido, un discurso sumamente crรญtico del modo en que muchos movimientos de izquierda latinoamericanos buscaron repetir la exitosa experiencia insurreccional cubana. Esto, desde luego, le valiรณ la excomuniรณn por parte de Fidel Castro.
La irrupciรณn de fuerzas del pacto de Varsovia en Checoslovaquia, a fines de 1968, lo hizo no sรณlo tomar partido por la asรญ abortada “primavera de Praga”, sino tambiรฉn escribir un libro sumamente polรฉmico, Checoslovaquia / El socialismo como problema (1969), que trascendiรณ las fronteras de su paรญs y alcanzรณ la distinciรณn de que Leonid Brรฉzhnev incluyera a su autor en la lista de enemigos de la URSS.
En 1971, junto con otros muchos dirigentes del PCV, Petkoff fundรณ el Movimiento al Socialismo, de tendencia moderada. Veintisiete aรฑos mรกs tarde, en 1998, se separรณ del MAS por estar en desacuerdo con la lรญnea de ese partido, en el sentido de apoyar la candidatura de Hugo Chรกvez. Como independiente, abrazรณ entonces el periodismo polรญtico, primero como director del vespertino El Mundo, y mรกs tarde fundando su propio periรณdico, Tal Cual, cuya polรญtica editorial ha sido de indoblegable crรญtica al presidente Chรกvez.
Su libro Dos izquierdas (Alfa Grupo Editorial, 2005) aborda las recientes oleadas populistas y el resurgimiento de los gobiernos “de izquierda” en Amรฉrica Latina.
Se lo tiene en Venezuela por hombre rรญspido, pero casi siempre atinado en sus juicios, al punto de que aun sus adversarios mรกs enconados en el gobierno rinden respeto a su independencia intelectual, a su valor personal y a su larga experiencia en el duro oficio de estar siempre en lรบcida minorรญa.
En el curso de esta “dรฉcada de Chรกvez”, Teodoro Petkoff ha perseverado como vocero de una grave advertencia que preferimos poner en sus propias palabras: “Existe hoy la manifiesta voluntad del gobierno de Chรกvez de controlar nuestros actos y hasta nuestro pensamiento. Se trata de tendencias que todavรญa podemos detener, pero a condiciรณn de que tomemos conciencia de la gravedad de la situaciรณn y actuemos en consecuencia.” ~
โ โ โ
Has manejado los conceptos de izquierda borbรณnica e izquierda no borbรณnica para referirte a lo que รlvaro Vargas Llosa llama izquierda vegetariana e izquierda carnรญvora. ¿Quรฉ izquierda crees que va a prevalecer?
Creo que ambas son, por decirlo de alguna manera, inmortales. En algunos paรญses prevalecerรก o continuarรก prevaleciendo la izquierda democrรกtica, moderna, y en otros, la izquierda mรกs atrasada. Tenemos que hablar de casos nacionales. En tรฉrminos generales, en los paรญses mรกs grandes y modernos del continente, en los institucionalmente mรกs desarrollados, el espacio polรญtico estรก abierto para la izquierda democrรกtica; en cambio, en paรญses menos estructurados, con instituciones mรกs frรกgiles y con grados menores de desarrollo econรณmico, la prรฉdica ultra podrรญa encontrar, como en efecto lo ha hecho, terreno apropiado. Pero si queremos echar una mirada en conjunto, desde mi perspectiva el desenvolvimiento histรณrico del continente apunta a la afirmaciรณn creciente de una izquierda democrรกtica.
¿Cรณmo encaja el proyecto de Venezuela ahรญ? Estamos ante un discurso de izquierda radical, pero con mucho dinero.
El caso de Venezuela es atรญpico. Aquรญ hay una izquierda –si es que queremos seguir llamรกndola asรญ, aunque yo creo muy inapropiada la utilizaciรณn del tรฉrmino para calificar al chavismo– que estรก en el poder y que no es fruto de procesos semejantes a los ocurridos en los demรกs paรญses de Amรฉrica Latina. Tanto en Ecuador como en Bolivia y Nicaragua, los movimientos izquierdistas son fruto de dรฉcadas de lucha y de fuerzas de izquierda “clรกsicas”, con toda esa mezcolanza de marxismo, leninismo, trotskismo, peronismo y fidelismo. Ese no es el caso venezolano. Aquรญ Chรกvez accediรณ al poder por medio de una conspiraciรณn militar fracasada. Aprovechando el halo de bravura que suele rodear a los conspiradores militares y el anchรญsimo vacรญo institucional partidista que existรญa en Venezuela, este hombre ganรณ las elecciones, pero no a la cabeza de las fuerzas de izquierda. Ganรณ las elecciones acompaรฑado de los sectores dominantes de Venezuela; llegรณ cabalgando la ola mediรกtica que le proporcionaron los mรกs importantes medios de televisiรณn del paรญs. En los dรญas iniciales de su gobierno se agolpaban todos los grandes empresarios del paรญs en Miraflores, y allรญ comenzaron a percibir que estaban ante un animal polรญtico diferente. Una vez Chรกvez los reuniรณ a todos y les dijo que no les debรญa nada, cuando en realidad les debรญa todo: el apoyo mediรกtico y financiero, los aviones y automรณviles que le habรญan prestado, los recursos logรญsticos… Esto sรณlo podรญa ocurrir en Venezuela, es decir, en las circunstancias histรณricas de un paรญs dominado durante dรฉcadas por dos gigantescos partidos populistas, democrรกticos, uno un poquito a la izquierda del centro, y otro un poquitito a la derecha, Acciรณn Democrรกtica y el Partido Social Cristiano, dos mรกquinas polรญticas que no tenรญan equivalente en Amรฉrica Latina; ni siquiera el PRI, creo yo, se podรญa comparar con la maquinarรญa polรญtica que era Acciรณn Democrรกtica. Cuando las instituciones fueron capturadas por los sectores mรกs corruptos de estos partidos y fueron envilecidas, cuando comenzรณ a degradarse la economรญa venezolana, se creรณ ese ambiente especรญfico donde se cocinan los lรญderes carismรกticos, los lรญderes providenciales, y surgen ese tipo de movimientos que levantan el lรฉgamo de la sociedad. Son olas de fondo que mueven a una parte muy grande de la sociedad, en Venezuela no tanto a las clases medias empobrecidas –como en la Alemania de Hitler–, sino a los pobres mรกs empobrecidos.
Lula, por el contrario, es producto de veinticinco aรฑos de trabajo tesonero en la clase obrera, de un partido no comunista surgido de la clase trabajadora. Si hay un partido en el mundo que puede clasificarse como un partido de la clase obrera, aparte del francรฉs y el italiano, es el de Lula, que surge del movimiento sindical, que va avanzando poco a poco en la sociedad, que gana alcaldรญas, consejos municipales, gobernaciones; que participa en procesos electorales, que elude las trampas de la violencia. Hay un sustrato democrรกtico que deriva de la prรกctica democrรกtica del petismo brasileรฑo. Ellos hacen suya la democracia: no la perciben como un instrumento รบtil mientras se es oposiciรณn, y olvidable cuando se llega al poder; les es consustancial porque nacieron luchando por ella.
El caso del Frente Amplio Uruguayo es incluso mรกs paradigmรกtico, porque los partidos que lo componen son partidos centenarios. Ahรญ estรกn el Partido Socialista y el Partido Comunista mรกs viejos de Amรฉrica Latina. Son movimientos muy vinculados a la clase obrera. Es un siglo de luchas sociales lo que estรก detrรกs del gobierno de Tabarรฉ Vรกzquez; y ni hablar del socialismo chileno y de la larguรญsima tradiciรณn de un partido que nace prรกcticamente con la Segunda Internacional… Esa es un poco la historia del continente, pero no la de Chรกvez. Chรกvez no es un luchador social ni un lรญder formado en la lucha social o en el estudio. Chรกvez es un conspirador afortunado, simplemente un hombre de gran audacia y, es verdad, de mucho instinto polรญtico. Para nuestra desgracia, llega al poder sin saber quรฉ hacer con รฉl: sin un programa, sin formaciรณn, sin un conocimiento del paรญs y sus problemas. Despuรฉs, cuando comienza a tantear soluciones, va apareciendo un utopista, un utopista por fortuna no sanguinario, al menos hasta ahora. Un utopista que no considera necesario cortarle los dedos de los pies a la muchacha para que le calcen las zapatillas de la Cenicienta, sino que aplica sus ideas –que van fracasando casi todas– sin meter presos a sus adversarios. Ahora, ¿por quรฉ podemos tener nosotros un utopista no sanguinario? Porque “tiene la plata que jode”. Este utopista no sanguinario puede permitirse estos experimentos en Venezuela porque tiene un dinero que no tiene nadie. Somos un paรญs de veintisiete millones de habitantes que va a recibir este aรฑo setenta mil millones de dรณlares provenientes de sus exportaciones petroleras. ¡Hombre, quรฉ paรญs en el mundo se puede dar ese lujo! Chรกvez no halla quรฉ hacer con el dinero: puede alimentar todas sus fantasรญas.
Dices que Chรกvez es un utopista no sanguinario, pero en su rรฉgimen el funcionariado estรก lleno de militares, presidido por un militar con un discurso belicista…
Ese es otro rasgo que diferencia el caso venezolano de los demรกs. La izquierda democrรกtica de Amรฉrica Latina, e incluso la no democrรกtica, no es militarista: es civilista y no le debe nada a los militares. El eje articulador del poder en Venezuela son las fuerzas armadas, no un partido polรญtico. Han pasado nueve aรฑos y a lo largo de ellos Chรกvez ha emprendido distintos experimentos organizativos de su partido, pero sรณlo para hacer de รฉl una mรกquina para los procesos electorales.
Se calcula que hay quinientos militares en activo repartidos en cargos de alto nivel.
Sรญ, esa cifra puede estar bastante prรณxima a la verdad, si no es que se queda corta. Pero el nรบmero no es tan importante como la concepciรณn que tiene Chรกvez del rol de las fuerzas armadas en la sociedad venezolana, concepciรณn que por cierto estรก muy bien plasmada no sรณlo en la reforma constitucional derrotada, sino en el proyecto de currรญculo educativo. A lo largo de los cinco aรฑos de bachillerato, el รบnico tema que se repite sistemรกticamente es el de las fuerzas armadas. Por supuesto, esto no tiene nada que ver con la gran tradiciรณn del socialismo mundial ni con la tradiciรณn de las izquierdas latinoamericanas.
Hay que hacer aquรญ un pequeรฑo parรฉntesis. De un tiempo para acรก, desde el gobierno de Nรฉstor Kirchner, el peronismo comenzรณ a recibir el baรฑo lustral de la definiciรณn izquierdista. Yo creo que el peronismo no tiene nada que ver ni con la izquierda ni con la derecha; es un fenรณmeno argentino, y con esto quiero decir que ya es una definiciรณn por sรญ mismo. Hay semejanzas y diferencias entre el chavismo y el peronismo. Una primera gran semejanza es la dependencia que tienen estos movimientos del liderazgo carismรกtico. Claro que Chรกvez no tiene una Evita al lado que complemente su liderazgo carismรกtico. Una segunda semejanza es esta: si bien las raรญces fascistas del pensamiento de Perรณn son muy claras, en el caso de Chรกvez no hay un comportamiento motivado ideolรณgicamente por el fascismo; muchas de sus acciones, sin embargo, entran en el cuadro de lo que Umberto Eco llama urfascismo, es decir, el fascismo cotidiano que segregan las sociedades. En Chรกvez es muy prominente el culto a la tradiciรณn, a los hรฉroes, a la violencia, el tono bรฉlico, la mitologรญa belicista… y todo eso forma parte del urfascismo. Si antes dije que es un utopista no sanguinario, esto no significa que no sea represivo.
Tiene presos y hace una utilizaciรณn polรญtica y casi personal del sistema judicial…
Sรญ, el uso de la violencia del Estado y la manipulaciรณn de las instituciones en su provecho personal son rasgos muy visibles en Chรกvez. Este es un segundo elemento que lo asemeja con Perรณn. Pero tambiรฉn hay diferencias: el peronismo organizรณ a la clase obrera y Chรกvez no ha podido con la clase obrera de Venezuela, que se ha mostrado refractaria al chavismo. A diferencia de Perรณn, que tenรญa el apoyo de una clase obrera grandรญsima, Chรกvez logrรณ otra suerte de milagro: organizar a un sector que parecรญa imposible de organizar: la pobreza urbana, por llamarla de alguna manera. Desempleados crรณnicos, amas de casa de hogares pobrรญsimos, trabajadores informales, vendedores callejeros, incluso gente que llevan vidas mรกs o menos delictivas… El discurso chavista, animado por una cierta resonancia redentora, logrรณ organizar a este sector y allรญ han surgido una mirรญada de organizaciones populares de distinto tipo que han creado centros de poder populares.
Para cambiar un poco los tercios, hablemos del antiamericanismo. En Estados Unidos muchos analistas creen que la polรญtica exterior de este paรญs hacia Cuba, pasado el periodo fidelista, estรก por cambiar. ¿Quรฉ consecuencias podrรญa traer esto para la izquierda de Amรฉrica Latina y, en particular, para Chรกvez?
Creo que van a ocurrir cosas muy interesantes en las relaciones cubanonorteamericanas, sea quien sea el prรณximo presidente de Estados Unidos. Los analistas del Departamento de Estado, aunque miopes, no son ciegos y no pueden dejar de ver los cambios que estรกn ocurriendo en Cuba. Puede resultarnos hasta divertido saber que un cubano ya puede comprar un celular, pero eso significa que Cuba estรก entrando en el siglo XXI, que estรก comenzando a salir tรญmidamente a la modernidad. El fidelismo aislรณ a Cuba –no en el sentido polรญtico, porque Cuba estuvo engranada con muchas corrientes histรณricas y polรญticas del resto del mundo– y Raรบl, que sabe que tiene que legitimar su gobierno puesto que no fue elegido, ha comenzado a dosificar cambios que son enormes, yo me atreverรญa a decir que casi copernicanos. Los analistas norteamericanos estรกn tomando nota de esto, aunque tambiรฉn saben que Raรบl Castro no va a impulsar grandes cambios en las instituciones. La garra del Partido Comunista seguirรก allรญ, y Raรบl no se puede permitir audacias como las chinas o vietnamitas porque Cuba estรก demasiado cerca de la fuerza gravitacional de Estados Unidos. Pero ciertamente se estรกn produciendo cambios en lo polรญtico y cultural.
Todo esto causarรก, por supuesto, cambios en la imagen que se tiene de Cuba en Amรฉrica Latina. Sin Fidel, este icono de la izquierda no democrรกtica, de la izquierda anacrรณnica, dejarรก de ser lo que fue a lo largo de medio siglo. Y esas botas no las puede calzar Hugo Chรกvez. Fidel Castro llenaba esas botas con el peso de su personalidad, de su genio polรญtico, y no con dรณlares. Nuestro caudillo es otra cosa: un hombre al que tรบ le quitas los dรณlares y lo dejas desnudo. Por otra parte, los cambios que se vayan produciendo en Cuba irรกn alimentado las tendencias democrรกticas de izquierda en Amรฉrica Latina.
A veces uno tiene la impresiรณn de que Correa y Evo han seguido un guiรณn mรกs o menos ligado al proceso chavista, pero eso no quiere decir que se vaya a producir el mismo fenรณmeno que en Venezuela.
Creo que los paรญses andinos estรกn en una crisis terrible. Uno de los aspectos de esa crisis es la demoliciรณn del Estado y sus instituciones. Los Estados de los paรญses andinos estรกn desportillados, son casi ficticios. Por lo mismo, el que en Bolivia o en Ecuador se haya planteado una Constituyente no significa que se estรฉ siguiendo el guiรณn chavista. Yo veo esto como un recurso democrรกtico para intentar reconstruir el Estado.
Nunca he creรญdo en esa supuesta influencia desbordante de Hugo Chรกvez en Amรฉrica Latina. Eso es sobre todo un producto de los medios norteamericanos y de la miopรญa de su Departamento de Estado. No considero que Chรกvez haya sido nunca una amenaza para las empresas del imperio, ni que tenga la fuerza que le atribuyen los estadounidenses. Polรญticamente hablando, Chรกvez es un fenรณmeno marginal. El chavismo rebota con fuerza en los sectores ultra de la izquierda continental, pero en el mainstream, entre las grandes fuerzas de izquierda, en los paรญses mรกs grandes del continente, es un fenรณmeno completamente marginal, y esto mรกs aรบn a medida que pasa el tiempo. La agenda polรญtica de Lula no tiene nada que ver con la de Chรกvez, ni tampoco la de Tabarรฉ Vรกzquez o la de Bachelet, y ni siquiera la de los Kirchner… Hay una izquierda que no he mencionado, la izquierda democrรกtica colombiana, que tampoco se identifica con Chรกvez, salvo algunos de sus personajes. Por otra parte, las farc estรกn muy desacreditadas polรญticamente; ya no es un movimiento polรญtico sino de narcotraficantes y secuestradores.
Por รบltimo: hace cuarenta aรฑos hubo dos asesinatos en Estados Unidos, uno de un precandidato y uno de un exitoso promotor de los derechos civiles americanos. Hoy uno de los candidatos a la presidencia de aquel paรญs es negro y otro es mujer. ¿Quรฉ piensas de esto?
Si yo fuera norteamericano votarรญa por Obama con los ojos cerrados. Obama, como Hillary, representa un fenรณmeno que no se puede dejar de subrayar: la condiciรณn revolucionaria de la sociedad norteamericana. No hay ninguna sociedad en el mundo que tenga la capacidad de la sociedad estadounidense para cambiar. Lo que estรก ocurriendo en Estados Unidos es impensable en cualquier paรญs europeo, y mรกs todavรญa en los paรญses no desarrollados, que son sociedades aรบn mรกs conservadoras. Hace todavรญa cuarenta aรฑos los negros tenรญan que sentarse en los sitios traseros de los autobuses y beber en bebederos pรบblicos hechos sรณlo para ellos, y hoy esa misma Norteamรฉrica podrรญa elegir tranquilamente un presidente negro.
Estados Unidos es el paรญs que mรกs temor inspira en el mundo; es una sociedad violenta –tan violenta como se expresa en la pelรญcula No Country for Old Men–; es una sociedad racista y machista; es la sociedad de John Wayne; y su polรญtica exterior, sobre todo en el periodo de Bush, ha expresado toda esa Ugly America. Pero tambiรฉn hay que decir, en honor a la verdad, que la esperanza de que todo eso cambie nos viene tambiรฉn de Estados Unidos. Si va a haber un cambio en la polรญtica norteamericana, serรก porque los estadounidenses votarรกn por ello. De esta sociedad vienen muchos de los miedos del mundo, pero tambiรฉn las esperanzas. Es la รบnica sociedad que ha derrotado al fascismo pacรญfica y democrรกticamente. Es un pueblo crรฉdulo, pero cuando deja de creer, “no masca”, como decimos en Venezuela, con la misma determinaciรณn con que de pronto dicen: “Hay que ir a Iraq a matar a esos moros”, dicen despuรฉs que hay que salir de Iraq porque no hay nada que hacer ahรญ. Creo, pues, que esta campaรฑa electoral norteamericana va a marcar un antes y un despuรฉs. Estados Unidos serรก distinto despuรฉs de las elecciones, incluso si ganara McCain. ~
(Caracas, 1960) es narrador, poeta y guionista de televisiรณn. La novela Rating es su libro mรกs reciente (Anagrama, 2011).