Cartas a Pedro Henríquez Ureña

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En diciembre de este año se cumplen setenta años de la muerte de Xavier Villaurrutia. Queremos sumarnos a esa conmemoración presentando estas dos cartas dirigidas a Pedro Henríquez Ureña. Las cartas y las notas hablan por sí mismas. Los documentos provienen del Archivo General de la Nación (AGN) de Santo Domingo donde fueron depositados por Emilio Rodríguez Demorizi, discípulo de don Pedro. Dichas cartas me fueron facilitadas por el historiador Bernardo Vega y la escritora Soledad Álvarez, a quienes agradezco su generosidad.

En 1928, año de la primera carta, Xavier Villaurrutia tenía 25 años y Pedro Henríquez Ureña, 45. Villaurrutia se dirige al dominicano que se encuentra residiendo en La Plata en Argentina y en contacto con Alfonso Reyes, quien había llegado como embajador a Argentina en 1927. La afinidad que había entre ambos estaba normada por el gusto literario. Xavier Villaurrutia tenía muy presente el interés de Pedro por la vida literaria mexicana y, por ese motivo, le expone el proyecto de Ulises (teatro y revista) y da noticias de sus proyectos y los de sus amigos. En 1931, cuando le envía la segunda, Villaurrutia tenía 28 años y Henríquez Ureña, 48. El mexicano le hace saber que no ha escrito nada en doce meses y que por el momento acaba de hacer la edición de los Sonetos de sor Juana, al cuidado tipográfico de Salvador Novo. ~

– Adolfo Castañón

Huixquilucan, 5 de abril de 1928

Muy estimado amigo:

Le escribo desde un pueblecillo del Estado de México adonde he venido a pasar tres o cuatro días, vacaciones necesarias después del trabajo de varios meses que he dedicado a la formación y primeras representaciones del teatro de Ulises.

((Sobre el grupo Ulises, Antonieta Rivas Mercado le escribe a Alfonso Reyes desde México el 13 de noviembre de 1927: “Quizás le interese saber quiénes somos ‘Nos’ [los del grupo Ulises]: pintores: Best, Rodríguez Lozano, Castellanos, Montenegro, Ruiz, Orozco. Escritores: Villaurrutia, Torres Bodet, Jiménez Rueda, Owen, González Rojo, Ortiz de Montellano, Cuesta. Sin oficio ni beneficio, aficionados: Amalia Castillo Ledón, Rafael Nieto, Matilde Urdaneta, una Dolores del Río inédita que se llama Pepita Valdés, y yo.” Sobre las representaciones dice más adelante: “Hemos pensado dar cada quince o veinte días una representación ante un público selecto, cuarenta o cincuenta personas a lo sumo. Una vez que tengamos seis o siete funciones probadas en esa forma, darlas nuevamente en algunos teatros de la ciudad, si no logramos construir antes una carpa para ese fin. La primera función, con Simili de Roger Marx y La puerta resplandeciente de Dunsany tendrá lugar del 15 al 20 del próximo mes de diciembre. Ya le enviaremos el programa.” Antonieta Rivas Mercado. Obras. Tomo II (Diario, epistolario y apéndices), recopilación, presentación, cronología, notas y apéndices de Tayde Acosta Gamas, México, Siglo XXI Editores/Secretaría de Cultura, 2018.
 
))

 ¿Ha recibido usted las invitaciones? De cualquier modo, y para ponerlo al tanto se las enviaré en cuanto llegue a México. Cinco autores nuevos (relativamente): [Lord] Dunsany, [Claude] Roger Marx, [Eugene] O’Neill, [Charles] Vildrac y [Jean] Cocteau han sido representados ya. Admírese usted: con un éxito grande de atención y curiosidad. [Salvador] Novo, Antonieta Rivas [Mercado] (¿la conoció usted?), [Gilberto] Owen, [Manuel] Rodríguez Lozano, [Julio] Castellanos, [Roberto] Montenegro trabajan cada uno a su manera. El Orfeo de Cocteau ha sido hasta ahora lo mejor logrado. Dos representaciones seguidas. La tercera se transfirió para el mes próximo por mi luto imprevisto. Ahora estudiamos Cándida de [Bernard] Shaw. Seguirá un arreglo mío de L’éternel mari de Dostoievsky, tres actos que estoy terminando.

Se preguntará usted el porqué de estos datos. La razón es sencilla, quisiera –quisiéramos– su consejo e inspiraciones. Si usted supiera, mejor dicho, usted sabe la dificultad, la tensión nerviosa que requiere cualquier empresa como esta en países como los nuestros en los que es fuerza ser a un solo tiempo actor, pintor, crítico, espectador y hasta de cuadro –como en nuestro caso.

((En su nota autobiográfica, Gilberto Owen dice: “Con Salvador Novo y otros sisífides fundamos Ulises, revista de curiosidad y crítica, y luego un teatro de lo mismo en que fui traductor, galán joven y tío de Dionisia. Dionisia se llamaba Clementina, pero yo le decía Emel, Rosa y qué sé yo.” Gilberto Owen, Obras, FCE, p. 198, edición de Josefina Procopio, prólogo de Alí Chumacero, recopilación de textos por Josefina Procopio, Miguel Capistrán, Luis Mario Schneider e Inés Arredondo, 1ª ed. Imprenta Universitaria, 1953, 2ª ed. aumentada, Letras Mexicanas, 1979.
))

Venga pues su consejo. También se actuó de [ilegible] a quien no conozco. (De [Georg] Kaiser conozco algo publicado en la revista de Ortega [y Gasset].)

Me alegra que usted guste también del Return ticket de Novo. No sé si usted encuentra, como yo, que lo mejor de las páginas es la falta de miedo a lo trivial. Y luego, las expresiones directas y la desenvoltura del estilo.

También la novela

(( Margarita de niebla, de Jaime Torres Bodet (Cvltvra, 1927).
))

 –¿novela?– de Jaime me ha gustado, es más, asistí a su desarrollo y hasta ayudé a podarla conversando con él sobre la prosa nueva. Prefiero su relato a su poesía. La vuelta al soneto, creo que antes de tiempo. (Yo pienso que no es la vuelta a la estrofa lo que importa en este momento sino la separación de la estrofa.) Aún no se siente seguro de su libertad y no sabe emplearla en el cauce de la estrofa.

Gilberto Owen tiene dos novelas,

(( Novela como nube (Ediciones de Ulises, 1928) y Examen de pausas (“Contemporáneos”, 1928).
))

 anteriores a las de Jarnés, Espina, etc. Yo mismo tengo un relato que precedió a todos y que no ha hallado editor.

(( Dama de corazones (Ulises, 1928).
))

 Si usted estuviera cerca, su amistad nos animaría a continuar es- cribiendo sin mirar hacia atrás, como sucede en mi caso: ese relato de que le hablo me ha hecho el daño de una estación cuando lo que importa es el viaje o, me- jor, el ansia de seguir viajando.

Ulises aparecerá este año unas cuantas veces más, cinco o seis; después, quién sabe. ¿Recibió el cuaderno 6?

Para terminar quisiera preguntarle por Alfonso que no me escribe y de quien nada sé. Su silencio me llena a veces, de pronto, de tristeza. Yo no lo admiro menos.

Reciba el afecto de

Xavier Villaurrutia

*

[¿Noviembre? de 1931]

Muy querido amigo:

Guillermo Jiménez

((Canciller de México en España (1919-1924) cuando Alfonso Reyes se encontraba en ese país como embajador y el secretario era don Artemio de Valle Arizpe. Villaurrutia le dedicó el poema “Remanso”.
))

 me ha mostrado una carta en que usted me recuerda con amabilidad y afecto. He pasado unos meses, casi doce meses, desligado de todo, hasta de mí mismo. No he escrito a nadie. No he escrito nada o casi nada. Parece que ahora volveré a escribir cosas mías y a recordar a los amigos que como usted le roban tiempo a su tiempo valioso para pensar que en México existe un hombre llamado X. V.

Le mando una edición depurada –no definitiva como dice el colofón que yo no redacté– de los Sonetos de sor Juana.

((Sonetos de Sor Juana Inés de la Cruz. Edición y notas de Xavier Villaurrutia (ediciones de La Razón, 1931). Colofón: “[…] totalmente compuesta a mano con tipos Firmin Didot por el cajista Luis Muñoz bajo la dirección del maestro impresor Salvador Novo […]” Después de la publicación, Villaurrutia dio una conferencia y publicó un ensayo titulado “sor Juana Inés de la Cruz” en el cual citaba a Henríquez Ureña.
 
))

 Muchas veces, cuando trabajaba yo en ella, pensé en usted en su ausencia presente, y en los consejos que de usted habría escuchado mejor que de nadie para realizar el homenaje a nuestra gran poetisa. Ya me dirá lo que este trabajo, en el que yo he pretendido ofrecer lo menos posible, le parece. La edición tipográfica la cuidó Salvador Novo que trabajaba en la edición de las décimas de sor Juana por aquel tiempo, mientras [Francisco] Monterde ponía en claro los romances. Solo lo mío quedó terminado. Lo demás se haría algún día tal vez.

Quisiera mandarle la novela que no he escrito

((Villaurrutia no publicó ninguna novela después de Dama de corazones.
))

o el libro de poesías que aún no termino. Ojalá pueda hacerlo pronto.

A usted lo imagino ocupadísimo en las cosas públicas mejores. No creo tener derecho a esperar, en estos momentos, un libro, una edición suya. Pero una sorpresa me dejaría sin razón y encantado.

Deje usted caer unos renglones para su fiel amigo

Xavier Villaurrutia ~

 

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