I
Mi demonio, no me habรญas avisado
que un virus letal saldrรญa
de alguna selva o mercado oriental,
infectando a todo el mundo habitado.
ยฟAcaso eres uno de sus secretos aliados?
Por mi edad y enfermedad hace tiempo que estaba abatido
y ahora una insignia de muerte por doquier
ondea. En los campos que recorro solitario
incluso los sarmientos de vid echan humores
que no son triunfos de Baco, sino del luto,
aunque el sol refulja, insolente, sobre todo.
Mientras, en ciudades populosas como
en poblados menores, suenan sin parar
sirenas angustiantes, saciando hasta el reflujo
las bocas de hospitales, cementerios, crematorios.
ยฟNo habรญa ya suficiente dolor en la tierra?
ยฟO acaso por eso justamente una feroz
advertencia nos ha sido enviada por la oscura
potencia que gobierna la existencia?
ยฟQuerrรก decir que nuestra especie, si no muda
sistema de vida, estรก acabada, para ser por otras
sustituida? El errรกtico virus se mofa de nosotros si,
ciegos que se agarran a otros ciegos,
solo buscamos poder y ganancias.
No estamos listos para las trompetas del Juicio,
ni ahora ni en un prรณximo futuro:
ยกla tierra es nuestra รบnica morada!
Mas quisiรฉramos que ese dรญa nefasto
fuera, si no conjurado, al menos
por cuanto sea posible alejado.
II
Solรญamos temer una tercera guerra mundial,
pero ahora ha llegado algo que tal vez sea peor.
El nuevo virus es ignoto, invisible y ubicuo:
nunca habรญamos conocido a tal enemigo.
โEx Oriente luxโ, insinรบa mi demonio inconexo,
pero bien informado, agregando con despiadado
sarcasmo: โAcuรฉrdate de lo que decรญa aquel pensador
a veces citado, pero bastante poco escuchado: โTodas
las desgracias del hombre nacen del deseo de salir,
en vez de quedarse tranquilo en la propia moradaโ.โ
โEntonces tรบ eres realmente un maldito bastardoโ,
he susurrado adentro mรญo,
no menos furioso que desanimado.
III
Descartes, ยฟde quรฉ sirven tu cogito y tu
sum, si un virus esquivo derrumba
en un hรกlito el cogito y el sum y solo el ergo
queda flotando en el aire infectado,
ya no anillo demostrativo, sino extraviada pregunta?
Tu fรณrmula cierta siempre ha sido una burbuja
sospechosa, lista a explotar entre las manos
del hombre-niรฑo, pero se pueden apreciar
tiempos y grados diversos de la revelaciรณn.
Lo que ahora vas viendo en el fortรญn
de tu mente muestra solo una certeza:
no hay filosofรญa que no sucumba a la naturaleza.
IV
De golpe es como si hubiรฉramos sido
arrojados por una mano invisible
a una distinta condiciรณn del ser
y del sentir, como quien cae del dรฉcimo piso.
En un momento todas las mamparas, las convenciones,
las costumbres, las construcciones, los proyectos se han desplomado:
solo queda el hueso tembloroso de nuestro pobre yo.
Como para el individuo cualquier enfermedad,
para la humanidad la pandemia revela el รบnico
meollo de verdad de la filosofรญa,
ese que desde siempre en abstracto conocemos,
pero que ahora, como un fruto amargo, mordemos.
V
En mi jardรญn, en este mes de abril,
que es realmente el mรกs cruel entre los meses
y, si quedamos vivos, difรญcilmente se podrรก
olvidar, todo estรก retoรฑando:
ยกay, por quรฉ la creaciรณn no ha detenido
al mundo vegetal!
VI
Tomรกs, Pilato y los que le dijeron a Jesรบs:
โSi tรบ eres el Hijo de Dios, baja de la Cruzโ,
ยฟno fueron ante lo incomprensible
nuestros hermanos? ยฟNo tuvieron todos,
siempre variamente denigrados por los creyentes,
el mรกs humano y razonable entre los sentimientos,
por mรกs que Cristo fuera inocente,
y, por otro lado, que quisiera o debiera morir para
realizar un oscuro designio providencial?
Ahora que en la nueva tragedia el papa
declara que la fe en Dios nos debe alentar,
surge la misma eterna pregunta: ยฟpor quรฉ el Padre
โยกel Padre!โ, siempre que exista, en vez de enviarnos
un dudoso o vano consuelo, no interviene
รฉl mismo para rescatarnos? Si no puede, ยฟquรฉ Dios es?
Si no quiere, es malvado. Tertium non datur.
O bien, como ha sido ya pensado, tiene que lidiar
con otro Dios, al que sucumbe en este
mundo condenado. Ademรกs, ยฟno fue el mismo Jesรบs quien dijo que,
sin ser molestado, Satanรกs reina en el mundo?
ยกCuรกl delirio! ยฟDe veras hace falta que en nuestras heridas
tambiรฉn se eche la hiel de esta fรกbula o farsa cruel?
VII
La espada de Damocles ya no es una exhausta
metรกfora, la delgada crin de caballo
se ha roto y el filo corta por cientos
de millares la vida a las personas. Nunca vimos
con nuestros ojos tal carnicerรญa,
de la que no adivinamos el fin. รl,
mรกs afortunado que nosotros, si por un dรญa perdiรณ
el gusto de lujos, manjares y jovencitos atrayentes,
al menos se fue ileso del banquete
de Dionisio, nosotros desde mucho ya, cada dรญa,
rechinamos los dientes. ~
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Versiรณn del italiano
de Stefano Strazzabosco.
(Asiago, 1948) es una de las figuras centrales de la literatura italiana contemporรกnea. Interlocutor de Cioran y exรฉgeta de Leopardi, ha cultivado el ensayo filosรณfico, la crรญtica literaria, el aforismo, la narrativa y la poesรญa. โEn el tiempo del coronavirusโ pertenece a Coloquios con mi demonio, que Ai Trani publicarรก este aรฑo en Mรฉxico, con introducciรณn de Christopher Domรญnguez Michael y ediciรณn, selecciรณn y traducciรณn de Stefano Strazzabosco.