Fusiles y mujeres

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Eduard Limรณnov

El libro de las aguas

Traducciรณn de Tania Mikhelson y Alfonso Martรญnez Galilea

Logroรฑo, Fulgencio Pimentel, 2019, 350 pp.

Eduard Limรณnov (Dzerzhinsk, Rusia, 1943) en realidad no se apellida Limรณnov, sino Savienko. Como explica Emmanuele Carrรจre en la biografรญa que escribiรณ sobre รฉl (Limรณnov, Anagrama, 2013), ese apellido se lo dieron a modo de apodo, a mediados de los sesenta, los poetas de Jรกrkov que se reunรญan en casa de su primera mujer: โ€œun homenaje a su humor รกcido y belicoso, porque limon significa limรณn, y limonka, granadaโ€. Limonka se llamarรก la publicaciรณn del Partido Nacional Bolchevique (PNB), fundado por รฉl en 1993, y una granada es lo que tiene tatuado en el brazo.

Que es รกcido y belicoso, o mรกs bien amante de la guerra, se comprueba al leer El libro de las aguas, una suerte de memorias que han sido traducidas recientemente al espaรฑol. La portada del volumen no podรญa ser mรกs acertada: una bala sustituye una de las patas de la eme y las OES son sendos preservativos sin usar. En el prรณlogo dice el autor: โ€œFusiles y semen en los orificios de mis hembras amadas: he ahรญ el modesto resumen de mi vida.โ€ E insiste en ello en varias ocasiones a lo largo libro. Por ejemplo: โ€œCada cosa tiene su tiempo, eso es todo. Hay uno para las tetas y los muslos de la santa Maggie, reina de la cocaรญna, y otro para el fusil de asalto Kalรกshnikovโ€; โ€œguerra y mujer (la puta y el soldado) son los asuntos esenciales del mundoโ€. Quizรก no sea la mejor invitaciรณn a la lectura, ni la mejor presentaciรณn de este personaje โ€“porque la excesiva extravagancia de Limรณnov le hace mรกs personaje que personaโ€“, sobre todo en estos tiempos de censuras a veces gratuitas. Y aun asรญ, o precisamente por eso, resulta fascinante. Incluso cuando su descaro y su sinceridad revuelven el estรณmago. ร‰l dice que todos deberรญan reconocerle su honradez.

Estas memorias se llaman El libro de las aguas porque el hilo conductor es el agua, ya sea en forma de mar, rรญo, fuente, sauna o incluso lluvia. A cada uno de esos elementos va asociado un recuerdo, una anรฉcdota de su vida. No es el tiempo lo que ordena la narraciรณn, sino el lรญquido. Limรณnov hace un guiรฑo a la conocida mรกxima de Herรกclito en su versiรณn mรกs popular, la que dio Platรณn: โ€œNo es posible baรฑarse dos veces en el mismo rรญo.โ€

Por no citarse apenas fechas y porque el autor salta de un lugar a otro, tanto geogrรกfica como temporalmente y obedeciendo el capricho de su memoria, se agradecen tanto el apรฉndice firmado por la traductora, Tania Mikhelson, como la cronologรญa que se incluyen al final del libro. De hecho, quien no sepa nada de Limรณnov quizรก deberรญa empezar por ahรญ. O mejor, por el texto de Carrรจre antes citado, para tener la visiรณn del biรณgrafo y la del biografiado. Ambas se complementan.

Eduard Limรณnov ha cosido ropa por encargo en Moscรบ; ha intentado suicidarse varias veces y estuvo en un psiquiรกtrico, del que se escapรณ; ha trabajado como mayordomo en Nueva York; ha vivido en Parรญs (en 1974 perdiรณ la ciudadanรญa rusa al emigrar y no tuvo ninguna otra hasta 1987, cuando le dieron el pasaporte francรฉs); ha compartido su vida con numerosas mujeres, una de ellas menor de edad, que es a quien dedica indirectamente este libro; ha combatido junto a los serbios en los Balcanes; ha sido conspirador en Rusia, cabecilla de los nazbols y ha estado en la cรกrcel acusado de terrorismo, organizaciรณn de banda armada y trรกfico de armas. Fue en la prisiรณn de Lefรณrtovo, en 2002, donde escribiรณ El libro de las aguas.

Sus dotes como escritor no pueden discutirse, aunque solo sea por motivos cuantitativos: tiene mรกs de cuarenta obras publicadas, poesรญa incluida, de las cuales solo cuatro han sido traducidas al espaรฑol. Las mรกs conocidas son de contenido autobiogrรกfico, como serรญa de esperar de alguien que afirma que โ€œlos dos libros mรกs importantes de la รฉpoca del yoโ€ son suyos: Soy yo, ร‰dichka y Diario de un fracasado. Al fin y al cabo, Limรณnov hace gala de sus delirios de grandeza e incluso los considera necesarios, a menos que uno quiera ser un miserable popov, un anรณnimo cualquiera: โ€œSรฉ arrogante, desarrolla tu megalomanรญa, ponte a la altura de los grandes. [โ€ฆ] De lo contrario te pasarรกs la vida sentado a la vera de la fuente de tu pueblo.โ€

En El libro de las aguas puede comprobarse ese talento literario. El autor selecciona hรกbilmente quรฉ contar y cรณmo, los detalles mรกs significativos. Y se muestra un hรกbil observador de las tierras que visita y sus culturas, como cuando a raรญz de su estancia en Italia explica que โ€œlas naciones pobres se suelen echar el resto en vestir bienโ€. Es precisamente en las descripciones de los medios acuosos donde despliega su vena mรกs poรฉtica. El color del Adriรกtico es como el del โ€œagua de la lavadoraโ€; el Volga es โ€œuna mujerona acuรกticaโ€; el Neva, โ€œuna sopa espesa, como gelatinaโ€; el Danubio es โ€œformidable y gris, igual que un viejo oficial con su capote de galaโ€. El que peor parado sale es el Tรญber, una โ€œhendidura hedionda y putrefactaโ€.

Limรณnov es garantรญa de incomodidad, incluso de repulsiรณn, especialmente en lo que a las mujeres se refiere. Ha amado a muchas, siempre con honestidad y entrega total. Eso dice รฉl. Aunque justifique haber pegado a alguna hasta dejar salpicaduras de sangre en las cortinas, porque en su opiniรณn se lo merecรญa. Estas memorias merecen ser leรญdas porque no vale acercarse solo a lo que nos reconforta. ~

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Es editora y miembro de la redacciรณn de Letras Libres.


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