Los seris: alegres y temidos

La idea de que los seris eran crueles, ladrones y rebeldes sirviรณ para justificar su exterminio. Sus canciones revelan una imagen distinta: la de gente alegre que aboga por su derecho a la diferencia.
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No hay seris en Canadรก ni en los Estados Unidos, aunque pasaron por el estrecho de Bering (tardรญamente, quizรกs en el siglo XVII) y llegaron a Sonora, donde fueron nรณmadas. Se volvieron sedentarios (pero no agricultores) en el siglo XX.

Han evitado el mestizaje. Hablan una lengua aislada, sin parecido con otras. Se llaman a sรญ mismos comcaac โ€˜genteโ€™. Segรบn la Wikipedia, fueron llamados seris โ€˜gente de la arenaโ€™, o sea del desierto, por los yaquis. Segรบn Horacio Sobarzo (Vocabulario sonorense, quinta ediciรณn, Hermosillo: Instituto Sonorense de Cultura, 2017) fueron llamados seris โ€˜gente que corre a gran velocidadโ€™ por los รณpatas, porque son tan veloces que pueden alcanzar un caballo. Los considera inteligentes, pero โ€œsin aptitud espontรกnea para la evoluciรณnโ€ ni el deseo de mejorar o amalgamarse con el resto de la poblaciรณn.

Nunca fueron evangelizados por los misioneros catรณlicos, aunque sรญ por los protestantes del Instituto Lingรผรญstico de Verano, que en 1982 tradujeron el Nuevo Testamento al seri.

Francisco R. Almada (Diccionario de historia, geografรญa y biografรญa sonorenses, tercera ediciรณn, Hermosillo: Instituto Sonorense de Cultura, 1990) los pinta en su etapa nรณmada como vรกndalos, โ€œflojos, atรกvicamente rebeldes y belicosos; vivieron largos aรฑos en pie de guerra y su principal actividad era el pillaje y el robo de ganadoโ€. Pero tambiรฉn menciona las expediciones genocidas de los siglos XVIII y XIX para exterminarlos.

Ya en 1764, el jesuita alemรกn Juan Bautista Nentwig, Nentvig o Nentuig hablaba de los seris como la naciรณn โ€œmรกs cruel e indomitiba de todasโ€ las de Sonora; aunque โ€œno se puede negar [que] el repartimiento de sus tierras entre los vecinos acabรณ por indisponerlos y enconarlosโ€ (Rudo ensayo vi, 3).

El Instituto Nacional de Antropologรญa e Historia publicรณ en 1977 una ediciรณn del Rudo ensayo: tentativa de una prevencional descripciรณn geogrรกfica de la provincia de Sonora, sus tรฉrminos y confines; o, mejor: colecciรณn de materiales para hacerla quien lo supiere mejor. Compilada, asรญ de noticias adquiridas por el colector en sus viajes por casi toda ella, como suministradas por los padres misioneros y prรกcticos de la tierra. Dirigida al remedio de ella, por un amigo del bien comรบn. Pero estรก agotada, aunque parece haber demanda, porque Amazon vende numerosas ediciones de la obra, incluso una bilingรผe de la University of Arizona Press.

La imagen terrible de los seris (รบtil para justificar su exterminio) contrasta con la alegrรญa de sus canciones. Es la imagen adversa que los sedentarios tienen de los nรณmadas. Asรญ fueron vistos los gitanos en Europa: extraรฑos, vagos, irreductibles, ladrones.

Quedaban unos doscientos cuando empezaron a recuperarse (aunque todavรญa no llegan a dos mil) gracias a dos presidentes que les crearon una especie de reservaciรณn. Lรกzaro Cรกrdenas (que apoyรณ a los misioneros protestantes) los organizรณ en cooperativas dotadas con equipo pesquero. Luis Echeverrรญa les dio una franja desรฉrtica de cien kilรณmetros a la orilla del Mar de Cortรฉs, como tierra ejidal. Tambiรฉn les dio la explotaciรณn comunal de la isla Tiburรณn (mil doscientos kilรณmetros cuadrados), que estรก enfrente, asรญ como derechos exclusivos de pesca en el estrecho del Infiernillo, entre la costa y la isla.

Desde 1992, la electricidad y la televisiรณn aceleraron el cambio. Ahora estรกn concentrados en dos lugares: Desemboque y Punta Chueca. Viven de la pesca, las artesanรญas y el turismo. Sus artesanรญas โ€œtradicionalesโ€ (pueden verse en Google Imรกgenes) fueron creadas en el siglo XX (lo cual desmiente su ineptitud โ€œpara la evoluciรณnโ€): collares, muรฑecas con vestimenta tรญpica, pequeรฑas esculturas talladas en palo fierro (un รกrbol local de madera muy dura) y cesterรญa de jatrofa. Las cestas gigantes (mรกs de un metro cรบbico) tardan tanto en tejerse (hasta dos aรฑos) que la terminaciรณn de una es celebrada con fiesta. No las usan: las exportan a museos de los Estados Unidos.

Abundan libros y documentales sobre los seris en Amazon y YouTube. En algunos, sonrรญen maliciosamente como conscientes de haberse vestido, pintado y bailar (una especie de zapateado) para las cรกmaras. En otros, filmados por ellos mismos, abogan por su derecho a ser distintos.

Son cantadores, como puede verse en casi todos los videos. Y componen canciones nuevas, ademรกs de las tradicionales. Lo hicieron para despedir (en un ataรบd moderno) al presidente del Consejo de Ancianos, muerto en la Navidad de 2017:

Despedida

Adiรณs para siempre,

mis amigos.

De este mundo

ya me separรฉ.

Soldado de Cristo convertido,

Cristo viene

y con รฉl me irรฉ.

Gloria, gloria a Dios siempre daremos.

Aleluya, aleluya. Amรฉn.

Mis hijos,

mis hermanos,

se quedaron.

En la Gloria esperarรฉ.

Fuente: Amalia Escobar, โ€œCon rituales, dan รบltimo adiรณs a lรญder de tribu seriโ€, Mรฉxico: El Universal, 28 de diciembre de 2017.

El viento alegre

Ay comรกnave dava sima,

sรกveda vรกtama mana cabei pane

dรกvida bece none.

Viento rรกpido, viento alegre,

tรบ que haces saltar el agua,

haz que los peces del mar

llenen la red que he tendido.

Viento rรกpido, viento alegre,

tรบ que vienes en la maรฑana,

hazme llegar a la orilla

con huellas de pies que aguardan.

Fuente: Vicente T. Mendoza, Panorama de la mรบsica tradicional de Mรฉxico, Mรฉxico: Instituto de Investigaciones Estรฉticas de la Universidad Nacional Autรณnoma de Mรฉxico, 1956.

Caguama

[la diosa tortuga]

Todo el mundo encendido.

El cielo tambiรฉn se encendiรณ.

Va a haber un terremoto.

La Caguama aplacarรก todo.

La Caguama quiere volar.

Otra vez el mundo va a acabar.

Por eso quiere volver.

Fuente: Mรฉxico Indรญgena nรบmero 13,

octubre de 1990, p. 10

Canciรณn del viento

El viento nace allรก lejos.

Lejos, mar adentro.

De mar adentro viene el viento

y sopla, frรญo, por aquรญ y por allรก.

Sopla por todo el monte,

frรญo, el viento.

Canciรณn para curar

El cielo se acerca,

baja hasta el enfermo

y todas las fuerzas

del firmamento

ayudan a curarlo,

si logra levantarse.

Si no se levanta,

muere.

Canciรณn de la muerte

Muy bonito camino

sigue el seri muerto

que volรณ al cielo.

Se fue bailando.

Canciรณn de la ballena

La ballena surca el agua;

de aquรญ para allรก, en el agua.

Alegre, se embriaga de agua.

Surca de aquรญ para allรก,

de allรก para acรก, en el agua.

Ahora viene hacia mรญ,

alegre, hacia la playa.

Canciรณn de la sardina

Nado y me deslizo

en la corriente de agua

que viene frรญa.

Si me deslizo y nado mรกs allรก,

un poco mรกs lejos

en el frรญo, morirรฉ.

Mejor nadarรฉ hacia el hombre que canta:

asรญ รฉl no morirรก.

La isla

Mรญrame bailar,

soy enorme y pesada,

pero puedo bailar.

Mira las franjas de mi falda

que ondean de allรก para acรก,

de aquรญ para allรก.

Son las olas del mar

sobre mis playas.

Canciรณn de cesterรญa

He terminado mi corita.

Ocho dรญas para hacer la mitad;

seis dรญas mรกs para terminarla.

Arriba tiene boca pequeรฑa.

Ahora que he terminado mi corita

me siento mรกs mujer.

Estoy feliz.

Canta la montaรฑa

Triste,

triste estoy

porque no llueve.

Todos mis รกrboles

y pastos y flores

estรกn muriendo.

Estoy triste

porque no ha venido la lluvia,

muy triste.

Muchas flores y pastos y รกrboles

estรกn muriendo.

Canciรณn de la cueva

A la profunda cueva de la montaรฑa,

llega de allรก,

de la luz del dรญa,

y se sienta acuclillado.

Fuma su pipa en la oscuridad.

Con la mano sobre el pecho,

sentado, pasa la noche.

La cueva estรก iluminada

como si fuera dรญa.

En el dรญa, la cueva estรก obscura.

En la noche, la cueva estรก iluminada

como si fuera una antorcha

o una luminaria.

Canciรณn del coyote viejo

A la luz de la luna,

alegre estรก el coyote.

Con largo aullido, canta

a la luna mientras danza.

Aun asรญ, la paloma torcaz

puede, mejor que รฉl,

bailotear, brincar, danzar

a la luz de la luna.

Si el coyote viejo brincara

como pรกjaro que levanta el vuelo,

irรญa muy lejos en su danza.

Fuente: Alonso Vidal, Los testimonios de la llamarada. Cantos y poemas indรญgenas del Noroeste de Mรฉxico y Arizona, Hermosillo: Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Sonora, 1997, pp. 55-72.

El mundo mรญo

El mundo mรญo

se hace como remolino.

Viene hacรญa mรญ

el zumbido del mundo.

Y el fuego viene hacia mรญ como remolino.

Fuego del cielo, fuego del mundo,

ese has de beber: luz del sol.

Se arremolina y viene hacia mรญ.

Canto del nรกufrago

Estoy en medio del mar.

Me mueve el viento fuerte

y la subida de la marea

y la bajada de la marea.

Y se oyen ruidos de la orilla

en la lejanรญa.

Canto a la luna

Por donde paso

camino en el cielo.

Por donde paso

es asombroso.

Gaviotas

Los pรกjaros estรกn allรก cantando.

Cantan y cantan hasta que no se oyen.

Los pรกjaros cantan

y se escuchan mรกs allรก,

en donde no se oye.

Se van, se van.

Hablarรฉ con dios esta noche

Canto a todas las cosas vivientes con raรญces.

Mientras canto,

las flores de todos los รกrboles caen bellamente.

Todos los pรฉtalos han caรญdo,

pero aรบn no hay frutos.

Todos los รกrboles, plantas y flores conocen este canto;

pero yo lo he olvidado.

Hablarรฉ con Dios esta noche, y tal vez me lo diga.

Fuente: Carlos E. Ogarrio Perkins, Cantos de los comcaac. El legado de los Barnett, Hermosillo: Universidad de Sonora, 2011/Mรฉxico: Jorale Editores, pp. 27, 50, 58, 60 y 67. โ€œEl mundo es mรญoโ€ es de Miguel Barnett Aguilar (1899-1999), los demรกs de Francisco Barnett Astorga (1937). Las traducciones al espaรฑol, de Raymundo Barnett Morales (1969). ~

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(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.


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