Antithriller sanchista

El documental 'Moncloa. Cuatro estaciones' es un soporรญfero ejercicio de propaganda a pesar de sus buenas intenciones.
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En el tercer capรญtulo de la serie documental Moncloa. Cuatro estaciones, que se rodรณ entre febrero de 2022 y marzo de 2023 y muestra el dรญa a dรญa del gabinete del presidente pero tambiรฉn de los miles de trabajadores del recinto presidencial, un grupo de ciudadanos visita la Moncloa en el dรญa de puertas abiertas. El presidente Pedro Sรกnchez es el guรญa. Enseรฑa salas, cuadros, jardines, cuenta historias. Los visitantes estรกn encantados. Es obvio que es una ocasiรณn especial: hay cรกmaras. Por eso el presidente enseรฑa uno de los bonsรกis de Felipe Gonzรกlez o explica la historia de una de las fuentes del recinto, donde Antonio Machado se reunรญa con su amante Pilar de Valderrama. Moncloa. Cuatro estaciones podrรญa ser el vรญdeo que se proyecta al final de esa visita turรญstica. Es un vรญdeo pedagรณgico para institutos, un intento de documental de Netflix que se queda en anuncio de empresa de seguros, un vรญdeo de campaรฑa. Y es un ejemplo de la idea de transparencia de Sรกnchez. Es una transparencia teatralizada. El presidente habla mucho de transparencia para asรญ no tener que ejercerla.

Pensaba que lo peor serรญa la propaganda, que hay mucha. Pero lo peor es el sopor, la superficialidad, el absoluto desinterรฉs. Son mรกs de tres horas de reuniones falsas, llenas de frases lubricantes, sin contenido: โ€œvenga, avanzamosโ€, โ€œlo encarrilamosโ€, โ€œqueda pendiente estoโ€, โ€œvamos a seguirlo, vamos a prepararloโ€. ยฟEl quรฉ? Eso no se puede decir. Ademรกs, ยฟpara quรฉ quieres saberlo? ยฟNo te fรญas del presidente? Todas las frases de las reuniones son perfectamente intercambiables. Valen para la cumbre del clima, la cumbre de laย OTANย o la aprobaciรณn de los presupuestos. Podrรญan ser reuniones del Ministerio de la Presidencia o de una empresa de fertilizantes de Molina de Segura.

Es un documental puramente logรญstico, de movimientos y aspavientos, de la superficie del protocolo. Estรก lleno de imรกgenes de relleno, totales como de telediario. Y cuando no es institucional, estรก lleno de una falsa naturalidad, de un small talk embrutecedor. El presidente y su mujer Begoรฑa Gรณmez desayunando. Sรกnchez: โ€œPues yo no voy a desayunar mucho, porque ayer con la cena ya tuve suficiente.โ€ Gรณmez: โ€œยฟQuรฉ dicen los periรณdicos hoy?โ€ En otra conversaciรณn, Sรกnchez y su por entonces jefe de gabinete, ร“scar Lรณpez: โ€œMi hija mayor saca unas notasโ€ฆโ€, dice el presidente. โ€œEso estรก bien, es lo importanteโ€, responde Lรณpez. No quiero ni pensar en los cortes que se quedaron fuera. Viendo las apasionantes interpretaciones del presidente recordรฉ la paradoja que seรฑala el cineasta Manuel Gutiรฉrrez Aragรณn: Sรกnchez es guapo pero no es fotogรฉnico.Y aรฑadirรญa: Sรกnchez actรบa fatal, pero solo sabe actuar.

Todo es ademรกs desangelado. El recinto de la Moncloa parece un platรณ. Ese es un problema estatal. La Moncloa es fea. La habitaciรณn donde el presidente recibe las visitas oficiales parece la sala de espera de un dentista. Es todo millennial gray. โ€œLa Moncloa es un complejo por el que Espaรฑa debe sentirse orgullosaโ€, dice uno de sus trabajadores. Precisamente es una frase llena de complejos. The bar is so low. Todo tiene un aroma provinciano, acomplejado. La visita oficial de Biden. โ€œYa solo ver el coche, ya solo ver la caravana, la cantidad de escoltas que traeโ€, dice ilusionado Sรกnchez, el presidente de la cuarta economรญa de la Uniรณn Europea. โ€œNo es fรกcil relajarseโ€, โ€œExiste una curiosidad por conocerleโ€, continรบa. Subdesarrollo.

El documental busca hacerle el traje de presidente internacional a Sรกnchez. Es un traje que le encanta. โ€œPerdonadme, que me espera el presidente de Paraguayโ€, dice Sรกnchez en un acto con jรณvenes, como para fardar. โ€œDe los momentos mรกs emocionantes que he vivido como presidente del gobierno fue el discurso que hice ante el parlamento nacional ucranianoโ€, dice en el รบltimo capรญtulo, donde el equipo viaja a Ucrania. Quizรก lo ha formulado mal; quizรก es un Freudian slip. Se ha escrito mucho sobre un futuro internacional de Sรกnchez: en Espaรฑa no se le valora, serรก un gran estadista en instituciones internacionales. Quizรก Zapatero le puede introducir en el mundo del lobbyismo para dictaduras.

Desde hace aรฑos, el presidente busca la validaciรณn exterior ante la dificultad de conseguir la validaciรณn interior. En el extranjero no le fiscalizan tanto y estรก bien considerado: socialdemรณcrata, joven, habla inglรฉs, guapo, alto, corbatas finas y trajes slim. Se lleva muy bien con la primera ministra neozelandesa Jacinda Ardern, que visita la Moncloa en el documental y se nota cierta tensiรณn/atracciรณn, y con Justin Trudeau, el primer ministro canadiense. Ambos representan un socioliberalismo que estรก cada vez mรกs muerto. Ardern dimitiรณ en enero de 2023; la popularidad de Trudeau estรก por los suelos. Sรกnchez sobrevive, pero su imagen exterior ya no es tan pulcra. โ€œPedro Sรกnchez se aferra al poder a costa de la democracia espaรฑola. Sus adversarios le acusan de subvertir la Constituciรณnโ€, titulaba The Economist a principios de octubre. โ€œPedro Sรกnchez se enfrenta al mayor escรกndalo de corrupciรณn en sus seis aรฑos como presidente del gobierno de Espaรฑa, lo que despierta dudas sobre cuรกnto tiempo serรก capaz de mantenerse en el poderโ€, describรญa Bloomberg el mismo mes, que tambiรฉn publicรณ en noviembre una noticia sobre el caso de las filtraciones del fiscal general รlvaro Garcรญa Ortiz.

ยฟRecuerdan la cรฉlebre foto de la izquierda liberal en la que salรญan Matteo Renzi, Manuel Valls y Sรกnchez, todos con camisas blancas? Fue en 2014, en Bolonia. Se los llamรณ โ€œlos emprendedores de centro izquierdaโ€. Hoy solo sobrevive Sรกnchez, con una estrategia y retรณrica muy diferente a la de entonces. Ya no es la izquierda profesional, es la izquierda de las guerras culturales. En el Congreso Federal de finales de noviembre, se proyectaron imรกgenes de la Guerra Civil y el franquismo. Enย Moncloa. Cuatro estaciones, la ministra Marรญa Jesรบs Montero dice que la Moncloa significa la democracia despuรฉs de la dictadura; lo dice como si la democracia no hubiera llegado hasta que llegaron ellos (y no hablo de Felipe Gonzรกlez en 1982, sino de Sรกnchez). La Transiciรณn no fue a finales de los setenta, sino en 2018. Este documental es, entonces, un manual para nuevos demรณcratas tras una oscura dictadura. Es la podemizaciรณn delย PSOE. Podemos llegรณ al poder en 2014 diciendo que, al fin, el pueblo llegaba a las instituciones. Todo lo de antes habรญa sido un simulacro, la farsa de la democracia burguesa. Diez aรฑos despuรฉs, ese es el discurso delย PSOE.

Atado y bien atado

Mรบsica tensa, incidental. Parece la banda sonora deย Piratas del Caribe. Quizรก ha ocurrido algo grave, un atentado, una crisis diplomรกtica con Marruecos. โ€œยฟJavier? [no sabemos quiรฉn es Javier] No ha venido todavรญaโ€, pregunta nervioso por telรฉfono el entonces secretario general de la presidencia del gobierno Francisco Martรญn Aguirre. Estรก en el Museo del Prado organizando la cumbre de laย OTAN. Al final el problema resultรณ ser poco emocionante. โ€œยฟNo รญbamos a poner cuatro pantallas?โ€ โ€œFue un momento un tanto estresanteโ€, dice inmediatamente despuรฉs ante la cรกmara. La crisis de los misiles de Cuba.

Resulta todo tan artificial, tan forzado, que consigue convencerte de que esta gente realmente no estรก tan ocupada, que solo estรก actuando para la cรกmara. Pero claro que estรกn ocupados. No hay fines de semana, no hay tiempo libre. Hay breves momentos de candor donde se muestra la dificultad de conciliar la vida privada y el trabajo. El ministro de Justicia y Presidencia, Fรฉlix Bolaรฑos, habla por telรฉfono con su hijo y planean cuรกndo hacer algo juntos. Les cuesta coordinarse. En una entrevista, el entonces secretario de Estado de Comunicaciรณn Francesc Vallรฉs admite sentir alivio al pensar que la estancia media de su cargo es de tres aรฑos, y que es una posiciรณn interina. Se lamenta irรณnicamente de que el presidente lo llamรณ cuando ya estaba acostumbrรกndose a tener fines de semana, y de pronto volviรณ a no tenerlos. Dice que es un trabajo โ€œpoco organizableโ€.

Hay otro momento aparentemente sincero, que en realidad es una oportunidad para atacar y ningunear al socio de coaliciรณn delย PSOE, Unidas Podemos. Sรกnchez discute con miembros de su gabinete y del partido (la distinciรณn entre gobierno y partido lleva aรฑos siendo inexistente) sobre si deberรญa ir a un acto feminista del Ministerio de Igualdad, que lo dirige Irene Montero, de Unidas Podemos. El dรญa anterior, otra ministra de Podemos, Ione Belarra, dijo que elย PSOEย era โ€œel partido de la guerraโ€ por defender que Ucrania se defienda de la agresiรณn de Rusia. Sus asesores y cercanos le dicen, indignados, que no deberรญa ir. El lรญder, en cambio, se muestra magnรกnimo: no ir serรญa una falta de respeto al movimiento feminista. Todos asienten.

Un periodista habrรญa entrevistado a Belarra tras esas declaraciones, para aรฑadir la otra perspectiva. Al fin y al cabo, es tambiรฉn ministra del mismo gobierno. Y son conocidas las disputas entre los dos socios. Habrรญa sido interesante ver algo de esas tensiones. Pero aquรญ no hay conflictos. ยกTodo sale bien! Eso transmite una sensaciรณn paradรณjica: como todo parece que sale tan estupendamente, quรฉ mal tiene que salir en realidad.

Los ministros de Podemos salen muy poco. El gobierno es elย PSOE; Unidas Podemos son unos okupas circunstanciales. Irene Montero, la ministra de Igualdad, no sale en ningรบn momento, a pesar de que el feminismo es uno de los ejes centrales del gobierno. Tienen menos minutos los socios de coaliciรณn que el equipo de cetrerรญa de Moncloa (!) o un grupo de ganaderos que traen una escultura de madera que acaba instalada en los jardines. Sรญ hay una entrevista breve a Yolanda Dรญaz, que dice: โ€œEn mi equipo me dicen que tengo mรกs ideas que posibilidades de llevarlas a cabo.โ€ Muchos crรญticos con su gestiรณn estรกn de acuerdo: es una mera espectadora y denunciadora de las cosas que quiere cambiar, pero que no consigue cambiar. Cuando critica alguna injusticia laboral en Twitter, muchos le responden: โ€œOjalรก llegues a ser ministra de Trabajo para poder cambiar eso.โ€ Es unaย lame duck, como todos los ministros de Podemos, que son secretarios de Estado con nombre de ministro.

En otro de los pocos ejemplos de naturalidad y honestidad del documental, Pedro Sรกnchez debate en el aviรณn presidencial con una de sus asesoras un texto que le han redactado para la Cumbre del Clima en el Cairo. Se burla entre risas de su retรณrica vacรญa: โ€œAvanzar en la transiciรณn ecolรณgica y la reconquista de la seguridad energรฉtica al amparo de las oportunidades que ofrecen las energรญas renovablesโ€ฆโ€ Te lo retocamos, responde sonriendo su asesora, ligeramente avergonzada. La ministra de Transiciรณn Ecolรณgica le sigue la broma: โ€œSuena a la cuenta esa del Mr. Handsome.โ€ Se refiere a una cuenta de Twitter que tenรญa una especie de relaciรณn parasocial con el presidente: no solo defendรญa sus polรญticas, sino que elogiaba constantemente lo atractivo y carismรกtico que era. โ€œMi gรฉnero porno favorito es Pedro Sรกnchez en Bruselas y no lo sabรญaโ€, dice uno de sus tuits, que reproduce un vรญdeo del presidente saliendo del coche. Detrรกs de la cuenta no solo estaba una afiliada alย PSOE, sino que a partir de 2021, y a raรญz de la viralidad de sus tuits desde Mr. Handsome, la contratรณ Ferraz para llevar las redes del partido. Es la institucionalizaciรณn de la vergรผenza ajena. Y es otro ejemplo mรกs de que detrรกs del candor que muestra el documental hay algo deshonesto, una teatralizaciรณn burda. Hasta en lo mรกs banal. Cuando el equipo de redes habla de que hay que llegar a los jรณvenes, aparecen imรกgenes de influencers cercanos, o incluso a sueldo del gobierno. No hay nada que no sirva al argumentario del partido/gobierno.

Moncloa. Cuatro estaciones estuvo maldito desde su anuncio; no lo quiso ninguna plataforma porque pensaban que serรญa excesivamente propagandรญstico. Al final, se publicรณ en El Paรญs (la productora, The Pool, es propiedad de Andrรฉs Varela Entrecanales, consejero del Grupo Prisa). Es cierto que es propagandรญstico, pero no parece esa su intenciรณn; su enfoque es demasiado institucional. El problema es que Sรกnchez es un control freak; no puede quedar ni un cabo suelto. Ninguno de sus subordinados dice nada interesante para no cagarla. Mejor aburrir que correr el riesgo de polemizar. โ€œAl principio, nos costaba mucho. Tiene un control absoluto de lo que estรก pasando en el entornoโ€, dice en una entrevista a El Paรญs el director, Curro Sรกnchez Varela, que ganรณ un Goya por un documental sobre su padre, Paco de Lucรญa. Dice que Sรกnchez le โ€œcontรณ lo que le apetecerรญa ver en un proyecto de estas caracterรญsticasโ€. Pero el verdadero problema no es solo Sรกnchez. Hay una cultura polรญtica que impide ir mรกs allรก. Es una cultura de la opacidad, del poder como algo mรญtico y oscurantista. En Espaรฑa todavรญa estรก vigente la Ley de Secretos Oficiales del franquismo, aprobada en 1968. Al gobierno que exhumรณ a Franco del Valle de los Caรญdos no le interesa mucho acabar con ese franquismo sociolรณgico.

Moncloa. Cuatro estaciones tiene algo meritorio, y es que es el primer intento de romper con esa cultura. Es un fracaso, pero es un importante acercamiento. Es una pena que sea tan profundamente soporรญfero y poco interesante. Si alguna vez te has preguntado dรณnde se guardan los regalos que recibe el presidente en las visitas oficiales, este es tu documental. ~

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Ricardo Dudda (Madrid, 1992) es periodista y miembro de la redacciรณn de Letras Libres. Es autor de 'Mi padre alemรกn' (Libros del Asteroide, 2023).


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