Toda nación necesita mitos y símbolos. El grito de Dolores y la entrada del Ejército Trigarante a México son dos imágenes poderosas que parecen representar el inicio y el fin de un mismo proceso. Nada más alejado de la verdad: ni los símbolos ni el relato alcanzan a explicar las repercusiones sociales y políticas de una guerra que duró más de una década. Tampoco dan espacio a las distintas formas de independencia que se ensayaron por aquellos años ni al clima intelectual dentro y fuera del país. Los cuatro ensayos de este número buscan devolverle la complejidad a eso que llamamos la “consumación”. Más allá de las celebraciones, apegados a la comprensión histórica.