Elaborados con las prisas de fin de sexenio y sin el cuidado editorial que su importancia requería, los libros de texto de la llamada Nueva Escuela Mexicana llegaron recientemente a los planteles para el periodo escolar 2023-2024. Rechazados por gobiernos de oposición y asociaciones de padres y defendidos por el aparato oficialista, la controversia sobre su distribución no siempre ha dado espacio para el análisis puntual de estos materiales, cuyos errores pedagógicos y conceptuales están lejos de ser meras minucias.
Entre las numerosas deficiencias –que afectan el aprendizaje de asignaturas fundamentales como el español y las matemáticas–, las relacionadas con la historia llegan a ser agraviantes. Como pocos países, México es rico en historia y, sin embargo, los libros de primaria no reflejan esa riqueza. Peor aún, la omiten. Con su reducción de contenidos, sus errores, olvidos, distorsiones y otras fallas analizadas a detalle por los historiadores Enrique Krauze y Javier Lara Bayón, los nuevos libros de texto gratuito reflejan el desdén por la historia que, a pesar de su discurso rebosante de figuras patrias, caracteriza a la actual administración.