Obama en Oak Bluffs
Los metodistas abrieron una primera iglesia en Martha’s Vineyard en 1760. Su liberalismo y tolerancia atrajo a los afroamericanos, que aún sufrían el yugo de la esclavitud. A mediados del siglo XIX, al terminar la Guerra Civil, muchos huyeron allá, y fueron bien acogidos. Allí, y no en la vecina Nantucket, se estableció por ejemplo el único cazador negro de ballenas. Y también Adam Clayton Powell Jr., quien fuera el primer afroamericano trabajando en la House of Representatives, en Nueva York. Él, precisamente, inauguró los ya tradicionales veranos demócratas en Martha’s Vineyard. A Nantucket, en cambio, han ido siempre los republicanos; allá todos los cazadores de ballenas han sido blancos, y los afroamericanos son cocineros.
Así, también Obama fue allá a pasar el verano en una propiedad llamada “Blue Heron Farm”. Muy cerca de allí hay un bed & breakfast, según dicen, a donde va desde hace décadas el profesor de Harvard que estuvo hace poco envuelto en un arresto vergonzoso, Henry Louis Gates Jr. En aquellos días, Obama invitó al Prof. Gates y al policía a tomar una cerveza a la Casa Blanca. Ahora, Obama se reunió con algunos intelectuales y asesores para hablar sobre la crisis, y pasó tiempo con su familia, fumó algunos habanos en el Café Ritz, y bebió cerveza tranquilamente, mientras sus hijas disfrutaban un helado de “Ben & Bill’s Chocolate Emporium”.
“Yes, we tan”, exclaman este verano los vecinos, quienes han sabido aprovechar la ocasión para confeccionar un sinnúmero de souvenirs relacionados con las vacaciones presidenciales. De Nantucket poco se sabe.
Berlusconi en L’Aquila
Nomás pasó el terremoto de abril en L’Aquila, Berlusconi ya estaba prometiendo que para el siguiente verano la situación estaría tan aventajada que las masas llegarían a L’Aquila a vacacionar. Parece que el único que llegó fue él. Asediado los últimos meses por paparazzi y por las bochornosas noticias de su fogosidad, Berlusconi ha optado por pasar más bien desapercibido. Acaso se habrá llevado la novedad que se ve estos días en las vitrinas de todas las librerías italianas: “Pappi”. Es el recuento de una de sus admiradoras.
Así que este verano, Berlusconi no luce ni giovane, ni bello, ni abbronzato, pues le faltó quién le untara bronceador.
Merkel en Sulden
La canciller alemana y su esposo, Joachim Sauer, vacacionan normalmente en el mar y las montañas. Este año fueron a Sulden, un pueblecito enclavado en el Surtirol italiano. Desde que Goethe fue a Italia y regresó encantado de allá, los alemanes no han dejado de ver a Italia como el paraíso terrenal. A Italia había que ir, igual que el año pasado, que fueron a Ischia, en el Golfo de Nápoles. Sauer es profesor de Química en la Universidad Humboldt de Berlín, y tiene vacaciones largas, pues el semestre terminó a principios de julio, y el siguiente comienza a finales de septiembre. Pero Merkel apenas tiene vacaciones: hay elecciones en unos días, y toda su atención se concentra en ello.
En Sulden, Merkel fue a visitar a Reinhold Messner, considerado el mejor alpinista del mundo. Son amigos. Ojalá que Messner le haya sugerido a Merkel algunas estrategias para zafarse de una avalancha, pues la crítica que ha sufrido la canciller los últimos tiempos a raíz de su apoyo a la energía atómica podría sepultarla.
– Enrique G de la G
Información tomada fundamentalmente de “Macht Urlaub!”,
Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, agosto 16, 2009.
Doctor en Filosofía por la Humboldt-Universität de Berlín.