Jessica Hernández tiene 28 años y cuida sola de sus cuatro hijos. Vive en Soacha, una localidad con pocos recursos a las afueras de Bogotá donde no hay agua corriente. Un día la agencia para los refugiados de Naciones Unidas, ACNUR, le proporcionó tres lavadoras y con ellas puso en marcha un pequeño y curioso negocio: las alquilaba por horas a domicilio transportándolas de casa en casa. Gracias a un crédito de Bancamía, la entidad colombiana del Grupo Fundación Microfinanzas BBVA, pudo comprar más máquinas, aprendió a arreglarlas y expandió su negocio. Ahora ha montado un taller de ropa infantil con su ex-suegra, que combina cuando puede con el negocio de las lavadoras.
Recientemente, la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA), junto a las delegaciones diplomáticas de España y Colombia, y ONU Mujeres, reunió en la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, a algunos de los principales actores internacionales de desarrollo para hablar de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible y sobre Inclusión Financiera, poniendo el foco especialmente en Mujer e Innovación.
Allí, Jessica habló de su vida, de sus valores y de su nuevo proyecto, con el que está progresando: “Soy mujer, soy emprendedora y no me da miedo empezar un negocio y convertirlo en un éxito”, dijo.
Ella es solo una de los casi 2 millones de personas a las que apoya actualmente la FMBBVA, y sus más de 8.000 empleados comprometidos con el desarrollo de estos emprendedores. En sus 10 años de actividad, se han desembolsado unos 10.800 millones de dólares a 5 millones de personas vulnerables. Con su labor diaria, trabaja alineada con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la hoja de ruta universal de la Naciones Unidas para transformar el mundo en 2030.
Las microfinanzas forman parte de una serie de iniciativas financieras que ayudan a que millones de personas tengan una oportunidad. “Atendemos las necesidades de pequeños emprendedores de bajos ingresos, la mayoría mujeres como Jessica, que con su trabajo y esfuerzo consiguen mejorar sus vidas y las de sus comunidades”, ha afirmado Javier M. Flores, director general de la Fundación, durante su intervención en Naciones Unidas. “Apoyamos a estas personas con una completa oferta de servicios financieros a lo largo del tiempo para promover su desarrollo sostenible, que es nuestra misión”, ha señalado.
Jessica Hernández no solo obtuvo apoyo económico de Bancamía, también pudo hacer talleres de educación financiera: consejos para ahorrar, gestionar el presupuesto de su negocio y sus finanzas personales. Su caso es más que un ejemplo de la importancia de la emancipación y la libertad económica; también pone de relieve cómo dándole una oportunidad a una mujer se puede reducir la brecha de género.
La Fundación Microfinanzas BBVA trabaja en cinco países de América Latina, una región donde por cada 100 hombres de entre 25 y 34 años en extrema pobreza, hay 132 mujeres en esas condiciones. Al reducir la brecha de género, se mitiga también la pobreza. Jessica es un buen ejemplo de ello.
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