ALBANÉS
La vida de los albaneses […] es como una puesta en escena, regida según las viejas tradiciones. El albanés vive y muere como si estuviera representando un papel, con la única diferencia de que los decorados de cada escena son los valles y las montañas donde transcurre su existencia, carente de lo más elemental […] La vida que arrastran en medio de tantos sufrimientos y privaciones entre estas crestas rocosas, esa vida con la que no pudo el frío, el hambre o un alud, concluye bruscamente tras la expresión de una palabra imprudente, de una broma excesiva o de una mirada de deseo dirigida a cierta mujer. [3]
ALBANIA
Se habían producido acontecimientos importantes, la guerra con Rusia había acabado, Grecia se había separado del Imperio, el resto de los Balcanes permanecía en constante agitación. En cuanto a Albania… Como una estrella lejana y fría, se velaba ante sus ojos, cada vez más distante de él, y se preguntó si acaso era consciente de lo que había en su interior. Y si lo era, ¿tenía derecho a hablar de ello? De este modo permaneció dubitativo mientras la pluma iba haciéndose más pesada en su mano, hasta tocar finalmente el papel y, en lugar de la palabra Albania, escribir: allí. [1]
ANTIGÜEDAD
Es natural que se sienta curiosidad por saber cómo trabaja un escritor, conocer sus antojos, su horario, el estudio que posee. Con los escritores de la Antigüedad, cuya vida entera, y no sólo todo lo anterior, está envuelta en el olvido, ese deseo se torna sueño obsesivo. Todo parece lejano, inexistente. [6]
BÚSQUEDA
A veces nosotros mismos comprendíamos que nuestra búsqueda era imposible. Nuestra indagación se desarrollaba en la frontera misma entre dos mundos. No podía tener otra expresión sino la deformidad, turbiamente reflejada por un espejo del otro lado. En pocas palabras, buscábamos aquello que, por hacer uso del optativo albanés, jamás hubiéramos deseado comprobar que se produjera. [5]
CIELO
El dominio del cielo, de esa zona casi siempre concebida como refugio de la espiritualidad humana, ha sido y, al parecer, continuará siendo todavía durante largo tiempo el objetivo de las ideologías o de las grandes religiones. Para ellas, en sus primeros momentos sobre todo, resultaba inconcebible que dicho dominio pudiera ser compartido con ningún otro. [6]
CÁNTICO
[El magnetófono] es un instrumento maligno, más dañino que las brujas que desecan los ríos y agostan la hierba. Porque si la hechicera destruye la hierba y el agua, ese arcón empareda los viejos cánticos, los aplasta dentro de él, y tú y yo sabemos de sobra lo que le pasa a un cántico cuando se le empareda la voz. Es lo mismo que emparedarle la sombra a un hombre. Se agosta y muere, eso es lo que le pasa. A mí lo mismo me da, yo soy extranjero, mi país y mis cánticos serbios están lejos y a buen recaudo; si lo siento es por vosotros. Os amargarán la existencia con ese aparato. Os arrebatarán todos esos cánticos que son la alegría de la vida, que os parecerá sorda sin ellos. Entonces os daréis cuenta, pero ya será tarde. Os despertaréis un buen día como en pleno desierto, y os llevaréis las manos a la cabeza, pero entretanto ellos, esos demonios, habrán ahuecado el ala. Os lo habrán saqueado todo y vosotros estaréis condenados a vivir para siempre en la mudez. Generación tras generación, vuestros descendientes os maldecirán por ello. [2]
COMUNISMO
En estos momentos teníamos la sensación de estar descubriendo el verdadero origen de la bruma que envolvía todo lo que se relataba cerca del universo comunista. Al parecer, los relatos experimentaban un profundo proceso de filtración, como las aguas que son absorbidas por el suelo para acabar acumulándose en algún paraje líquido de las entrañas del globo. Esas aguas, a su vez, no cesaban de enviar hacia lo alto, a la superficie, bajo la forma de exhalaciones de humedad, sus propias intervenciones. [5]
CREDULIDAD
Pueblos como el albanés, poseídos por fantasmas y delirios de grandes proporciones, siempre con la cabeza en las nubes, pueden fácilmente, en lo que se refiere a la forma de régimen o de gobierno interior, dejarse sorprender en su credulidad, como se atrapa a alguien que duerme. [2]
DESASOSIEGO
Todo aquel grupo de personas que al comienzo de la fiesta se le había antojado un seto multicolor y gozoso se había mudado ahora en un sombrío bosque invernal. Las cabezas, los brazos, las manos, los largos y secos dedos se balanceaban de un lado a otro como ramas deshojadas por un torbellino; luego, sobre toda la escena, con un graznido seco, se cernía el desasosiego. [3]
DICTADOR
La extirpación de raíz de la humanidad para ser reemplazada por una nueva es, desde tiempos de Esquilo, una ensoñación real de tiranos. Con el paso del tiempo, con el advenimiento de siglos más atroces, este ha sido el sueño primordial de los más tenebrosos dictadores que haya conocido el mundo. Cuántas veces en sus noches de delirio, frenéticos con los pueblos que dominaban, no habrán soñado e incluso programado pueblos más dóciles y sumisos de mentes resecas y cerebros lavados, en una palabra, otra humanidad, con una fisonomía que sólo su perversidad psíquica podía concebir. [6]
ESPECTRO
Los estados contemporáneos, incluyendo el Imperio otomano, no eran otra cosa, según el remitente del delirio, que viejas estructuras sangrientas, enterradas por el tiempo, para retornar después como espectros. [1]
EUROPA
Europa…, repitió para sí, como si pretendiera volver a dar sentido a la palabra, desfigurada por las burlas y el menosprecio. Había observado que las palabras agonizaban y acababan por expirar, precisamente cuando eran abandonadas por la mente humana. Europa, repitió casi con miedo. Cerca de veinte imperios y un centenar de pueblos. Tan pronto apretados los unos contra los otros como distantes. ¿Cuándo mostraba su verdadera estatura? ¿Cuándo se la veía encogida o estirada? Tal como le habían explicado sus amigos sabios, este continente había constituido antes una suerte de galaxia perdida en mitad del vacío, mientras que en época reciente, sobre todo tras la Gran Peste, había acabado por convertirse ella misma en algo semejante a un desierto cercado por una densa multitud. [4]
EXTRANJERO
A menudo, de noche, el general había oído a lo lejos, a través del rumor de la lluvia, el redoble del tambor y el canto de un violín, unas veces gozoso, otras meditativo, tal como lo tocaban por aquellas tierras. Mientras lo escuchaba con la cabeza cubierta bajo las sábanas, su pensamiento se trasladaba al camión siempre estacionado en el exterior, bajo la lluvia que no cesaba de caer en toda la noche sobre su carrocería negra. Se decía entonces hasta qué punto puede sentirse uno extranjero en un país que no es el suyo. [3]
GJIROKASTËR
La ciudad de Gjirokastër está siendo bombardeada sistemática y diariamente. Me encaramo en ocasiones al gran plátano que se alza junto al regato y la contemplo. Se diría que se aferra a la falda de la montaña con uñas y dientes, como si se negara a separarse de ella aunque se desencadene el apocalipsis […] Por la noche la ciudad queda sumida en la oscuridad forzosa. En cuanto cae la tarde las tinieblas comienzan a engullirlo todo; primero se tragan las callejuelas, las casas bajas, el puente a caballo sobre el río; luego, poco a poco, por etapas, comenzando por abajo, los diferentes barrios, los puentes que salvan las torrenteras, las casas altas y, por último, la fortaleza, los campanarios y los minaretes, rematados por nidos de cigüeña. [3]
GUERRA
—La guerra es la condición normal de este país. Por eso sus habitantes son tan temibles en ella y causan más daño del que parecería lógico conociéndolos en otra circunstancia.
—Dicho de otro modo, este pueblo, con la sed de aniquilamiento, de autoaniquilamiento que lo devora, está destinado a desaparecer —dijo el general.
—Desde luego. [3]
HORROR
Al igual que se decía que el universo entero podía estar contenido en una simple gota de agua, todos los horrores del mundo podían igualmente aparecer condensados en el relato de un único acontecimiento. [5]
HOSPITALIDAD
Que la vulneración de la hospitalidad constituyó entre los albaneses una auténtica fuente de los más trágicos dramas hasta cerca de la mitad del siglo XX es algo que puede comprobarse fácilmente con solo hojear los periódicos de los años veinte y treinta. Los montañeses albaneses, para quienes la solicitud de alojamiento por una noche de un viajero ocasional adquiría el valor de una petición de “asilo político”, entraban con frecuencia en conflicto armado con quienquiera que amenazase o persiguiese al desconocido, incluso si se trataba de las fuerzas del orden público. [6]
KOSOVO
El orden insólito de las palabras había terminado por atraerlo. Poco a poco, aquellos renglones escasos, mutilados, cercenados, lo succionaban hasta su mundo. El llano de Kosovo, en Albania del Norte, donde él no había estado nunca, se desplegaba lentamente en su imaginación en la forma de una visión onírica e inestable, tal como suele ser un decorado concebido por cientos de cerebros dormidos. [1]
LIBERTAD
Los trágicos griegos fueron los primeros en advertir el peligro que representaba la libertad mal entendida. Las limitaciones impuestas por la censura, los caprichos de los magistrados o de los estrategas eran, naturalmente, enojosos, pero una libertad ilimitada, el libre vuelo de la mente de cada cual a su antojo, serían tal vez más letales para el arte. Redundarían en una flacidez, en una falta de tensión y en una dispersión tales que tornarían imposible después esa presión, ese proceso de amasado imprescindible para que cuaje la obra artística. [6]
MAL
Venían de lejos, sin que nadie los hubiese organizado, atravesaban valles y montañas y en su marcha había algo antiguo, ancestral, legado quizá como un instinto, a través de las generaciones, desde los tiempos legendarios de Gjergj Elez Alia, cuando el mal emergía siempre del mar y, como si fuera una bestia, debía ser exterminado en la orilla misma para impedirle que penetrara en el interior y sembrara la destrucción. [3]
MIEDO
Skender le recordó otra conversación que habían tenido con anterioridad a propósito de la diferencia entre dos terrores: el miedo al Estado y el otro, el miedo ancestral, primario, a los fantasmas, al infierno, a la muerte. Ambos habían coincidido en que el más repulsivo de todos era el miedo al Estado; Shpend incluso había afirmado: Hemos acabado sintiendo nostalgia del viejo, del buen miedo, el de la infancia, cuando se te estremecían las carnes con las brujas y los espejos. Por su parte, Skender había añadido que tal vez el regreso de ese miedo antiguo pudiera ser benéfico, pues sin duda los dos, el originario y el estatal, se enfrentarían entre sí como las dos esposas de un bígamo, y es probable que acabaran anulándose el uno al otro. Esta era al parecer la razón de que el Estado vigilara cualquier hendidura a través de la que pudiera volver a hacer acto de presencia el miedo antiguo. [5]
MISTERIO
Le parecía inconcebible que precisamente él, que había sido torturado más que ningún otro por el misterio y la sombra ominosa que proyectaban los órganos estatales, esparciera ahora a su alrededor ese mismo misterio, esa misma amenaza. Mas, pensaba a veces, quizá se tratara de la propia naturaleza de las cosas. Quizá precisamente por haber sido hipersensible ante su acción, había acumulado en sí mismo tanto misterio y tanta amenaza como para irradiarlos ahora en grandes cantidades sobre cuanto lo rodeaba. [1]
MUERTE
La tumba no tiene miedo del muerto, lo mismo que este no la teme a ella. Debía este viejo dicho a su madre, quien se lo había susurrado un día en que la había encontrado ante un extraño arcón, mientras disponía por última vez los atavíos para el día de la muerte: el vestido con el que la vestirían, la blusa, los zapatos, el cobertor de raso e incluso el velo de gasas con el que le cubrirían el rostro […] Ella le había explicado que no era en vano que todas las viejas de Gjirokastër realizaran por sí mismas, sin la intervención de ninguna otra persona, todos los preparativos de su propia muerte. Es preciso entenderse una misma a solas con la Parca, le había respondido. De este modo, el día establecido te resulta fácil de afrontar, y te conduce fácilmente allá donde cada cual tiene su sitio. [5]
MUNDO
Algunos piensan […] que el mundo de las pesadillas y de los sueños, en una palabra, vuestro mundo, es el que dirige a este otro de acá. Mas yo tengo la convicción de que es este mundo el que lo dirige todo. Es él, a fin de cuentas, el que decide qué sueños, pesadillas o delirios conviene sacar a la superficie, como un cubo saca el agua de un pozo profundo. ¿Entiendes lo que quiero decir? Es este mundo el que elige en ese abismo lo que le interesa. [1]
NIEBLA
Así son las cosas, amigo, siempre más complejas de lo que parecen. Nosotros aquí nos creemos que sabemos algo, cuando en realidad no conocemos más que unos cuantos sueños, pura niebla. [1]
NIEVE
Al igual que la gente de las ciudades tenía tendencia a imaginar que el mundo era plano en la mayor parte de su extensión, la de las montañas incurría en el error contrario: creía en el imperio de las alturas. De este modo aquella gente, aun cuando alguien jurara y perjurara que había visto con sus propios ojos a los ejércitos en el instante de partir hacia la guerra, volvía la mirada en dirección a las cumbres nevadas y sacudía la cabeza para decir que no. Desde el momento en que la bendita y antigua nieve se encontraba allí, no había ejército que se moviera ni guerra que pudiera comenzar. [4]
RAPSODA
La voz del rapsoda tenía algo de inhumana. Se diría que mediante una operación singular hubieran arrancado de ella todas las entonaciones cotidianas para dejar sólo las eternas. Era una voz en la que la garganta del hombre y la garganta de la montaña parecían haberse concertado largamente hasta eliminar toda diferencia. Después se habían concertado con otras voces cada vez más distantes, hasta llegar a los gemidos de las estrellas. Además, tanto la voz como las palabras mismas eran de tal condición que parecían poder brotar tanto de las bocas de los vivos como de los muertos. [1]
RENCOR
¿Saben ustedes que, según algunos, en el primer verso de la Ilíada: Mênin aeidé, thea Pêlêiadéô Achilêos –Canta, diosa, la cólera de Aquiles Peleida–, la palabra Mênin es, como pueden comprobar, el término albanés meni, que quiere decir rencor? De modo que entre las tres o cuatro primeras palabras de la literatura universal, la primera, y por desgracia la más amarga, es una palabra albanesa. [2]
SERVIDUMBRE
El globo terráqueo ha conocido más que sobradas esclavitudes, pero la servidumbre en la que se sumieron los balcánicos era difícil de imaginar. Fue un derrumbamiento similar al que precipitó a los titanes al infierno. Una noche que se prolongó cientos de años, en el interior de la cual generaciones enteras de hombres nacían y morían en la ceguera. [6]
SILENCIO
El silencio me espanta. La nuestra es una guerra silenciosa, como una película muda. Prefiero oír el estampido de los cañones. [3]
SUEÑO
Así como una planta o un fruto permanecen durante cierto periodo bajo tierra, hasta que les llega el tiempo de brotar y salir a la superficie, también las visiones oníricas del hombre se encontraban por el momento sumergidas en el interior del sueño, mas eso no significaba que siempre fuera a ser así. Un buen día saldrían a la luz del sol, ocuparían su lugar junto al pensamiento, la experiencia y la acción humanas. [1]
TIEMPO
A veces el tiempo discurría en la epopeya raudo como el rayo, en el lapso de unos instantes sucedía todo lo que había sido vaticinado para el fin del mundo; pero ello no impedía que de igual modo se adormeciera de pronto, que su flujo se aminorara, la curación de una herida tardara una década, o un cortejo nupcial se helara en el curso de su camino a través de la nieve, para volver a la vida al cabo de cierto tiempo y reemprender la marcha hacia la morada de la esposa quien, pese a haber transcurrido varios años, continuaba esperando como si se tratara del primer día. [2]
UNIFORMIDAD
La historia del comunismo, con independencia de la variedad de países y de pueblos que lo habían experimentado, era uniforme. Lo mismo que aquel invierno… Y ahora que el primer velo del olvido comenzaba a caer sobre ella, destacaba con mayor nitidez esa estéril uniformidad. [5]
VENGANZA
Ese fenómeno universal constituido por la práctica de “reparar la sangre”, la venganza, por funestos que sean su nombre y su naturaleza, figura entre las piedras fundacionales de la cultura jurídica. Cuando el eminente homerista francés Pierre Carlier, en un libro aparecido en 1999, nos recuerda que el primer texto poético del mundo tiene por tema un asunto de derecho, gira en torno de una cuestión de venganza, realiza en verdad un redescubrimiento de primer orden. [6]
VENTANA
[Esquilo] debía mantener cerradas las ventanas durante la estación fría. A través de la piel impregnada de aceite penetraba una tenue y brumosa claridad, como procedente de un sueño, que lo unía al mundo a la vez que lo separaba de él. ¿Ejerció algún influjo este género de iluminación en la tonalidad de sus tragedias? ¿Cómo habrían sido estas si las ventanas, en lugar de piel enaceitada, hubieran estado cubiertas de vidrios? Dos mil años más tarde, el inglés Shakespeare, que escribió sus tragedias a la luz de los cristales, no las compuso más luminosas, sino más bien al contrario. ¿Se debió tal fenómeno al norte sombrío, o las brumas se encontraban en su interior? [6]
VIGILANCIA
La vigilancia de los vigilantes… ¿Y si también los miembros de este servicio eran a su vez espiados y todo se multiplicara así interminablemente, como las raíces en las aguas oscuras? [5]
VISTA
La vista, sin la cual no podría concebirse al escritor actual, no jugaba ningún papel relevante en la época homérica. Si es que no constituía un obstáculo. No en vano así es como se ha imaginado a Homero, sin ojos. Los rapsodas deben de tener por lo general una vista débil. Lo más probable es que sientan cierto desprecio por los ojos. Tal vez ellos mismos los dejen degradarse mediante procedimientos que solo ellos conocen […] Imaginar a los rapsodas como ciegos puede que constituya una suerte de credo, una especie de manifiesto postulante del distanciamiento entre el arte y la realidad. [2] ~
Fuentes
[1] El Palacio de los Sueños, traducción de Ramón Sánchez Lizarralde, Anaya & Mario Muchnik, 1991
[2] El expediente H., traducción de Ramón Sánchez Lizarralde, Anaya & Mario Muchnik, 1993
[3] El general del ejército muerto, traducción de Ramón Sánchez Lizarralde, Anaya & Mario Muchnik, 1997
[4] Tres cantos fúnebres por Kosovo, traducción de Ramón Sánchez Lizarralde, Alianza Editorial, 1999
[5] Spiritus, traducción de Ramón Sánchez Lizarralde, Alianza Editorial, 2000
[6] Esquilo. El gran perdedor, traducción de María Roces y Ramón Sánchez Lizarralde, Siruela, 2009