Se cumplen cuarenta años de la muerte de Luis Buñuel. Ateo obsesionado con la religión, revolucionario asustado por los excesos de las revueltas, surrealista admirador del naturalismo, retratista de las frustraciones del deseo, su obra poética y brutal cautivó a otros creadores. Su vida agitada es también una forma de contar el siglo XX, sus tragedias políticas y sus transformaciones culturales: de las vanguardias a la Segunda República española, del exilio al macartismo, del mecenazgo a la industria mexicana, del boom al cine de autor… Fue un director de matriz literaria, escritor en sus inicios, y, en palabras de Fernando Trueba, el mayor bromista de la historia del cine. En este número estudiamos su influencia en autores y cineastas, analizamos su época mexicana y su relación con los guionistas, y revisamos la vigencia y contradicciones de una figura fascinante.