A últimas fechas el nombre de Guillermo Sheridan ha estado en el ojo público, un honor a veces nada envidiable en un ambiente polarizado y un gobierno proclive a la difamación: su oportuna denuncia de los plagios de la ministra Yasmín Esquivel minó los planes presidenciales por hacerse del control de la Suprema Corte, cimbró a la clase política y demostró al ciudadano de a pie el papel de la crítica y el periodismo a la hora de contener al poder. El episodio, sin embargo, esconde el riesgo de reducir a Sheridan a un implacable cronista de nuestra penosa realidad, poniendo en segundo plano su lugar como figura imprescindible de la cultura mexicana contemporánea. Autoridad en la poesía del siglo XX, afilado biógrafo de Octavio Paz y Ramón López Velarde, novelista y guionista, Guillermo Sheridan ha iluminado nuestro conocimiento sobre la pasada centuria en libros fundamentales como Los Contemporáneos ayer, Un corazón adicto o Poeta con paisaje. Colaborador de Letras Libres desde su creación, animador de numerosas iniciativas culturales, defensor y crítico de la Universidad Nacional, sirva este número para dejar constancia de los variados caminos de su curiosidad, su compromiso con la cultura y su coraje cívico.