Las ciudades pueden reinventarse. La ciudad de México necesita reconciliar su naturaleza de cuenca con el desarrollo moderno. Existe un proyecto, encabezado por Teodoro González de León y Alberto Kalach, que retoma lo mejor del sueño de Nabor Carrillo de hacer del páramo salitroso de Texcoco un viejo-nuevo lago. Esto solucionaría de paso el emplazamiento del nuevo aeropuerto y el manejo del agua en la ciudad. Un proyecto generacional que tendría una recompensa única: el regreso de la ciudad lacustre.