Decir que las mujeres no estรกn al mando es generalmente cierto en los negocios, la polรญtica, la academia, la ciencia, la cultura y en casi cualquier otra รกrea que nos venga a la mente. De Homero a Twitter la exclusiรณn de la voz de las mujeres ha sido sistemรกtica. Pero no basta con reconocerlo, lamentarse, legislar buenas intenciones y esperar a que las cosas cambien. No lo harรกn. Por ello en este nรบmero intentamos descubrir los mecanismos que producen la disparidad entre hombres y mujeres. Solo conociรฉndolos podremos superarlos.