La música parece estar siempre en circulación: transita entre países tradiciones y épocas. Los compositores, intérpretes y oyentes han sacado partido de todo tipo de avances tecnológicos, del ferrocarril a internet. Es un arte que puede reunir momentos históricos, en apariencia inconexos, con una cita o con el rescate de un sonido antiguo. Este número da una prueba de ese espíritu. Busca ser una celebración del carácter inquieto, oscilante, esencialmente libre de la música.