La respuesta ciudadana fue ejemplar ante los sismos del 7 y 19 de septiembre. Las brigadas de rescate, el acopio de víveres y la comunicación en redes sociales mostraron un país solidario con las zonas en emergencia. Sin embargo, con el paso de los días, la energía voluntaria ha ido inevitablemente a la baja en un momento en que el desafío de la reconstrucción, la rendición de cuentas y la necesidad de crear una cultura de prevención exigen más que nunca el protagonismo de la sociedad y el trabajo coordinado del gobierno. Este número busca aportar algunas claves para pensar esa participación conjunta en el corto y mediano plazo.
Un grupo de expertos en sismología e ingeniería –Sergio Alcocer, Víctor Manuel Cruz Atienza y Gerardo Suárez– explica cómo entender la peculiaridad de un sismo nos ayuda a ser menos vulnerables en el futuro. Cynthia Ramírez advierte la importancia de que los damnificados hagan escuchar su voz colectivamente en el plan para reconstruir la Ciudad de México. Sobre esa misma línea, Luis Manuel Amador reconoce en los lazos comunitarios un elemento indispensable para que localidades con una fuerte tradición organizativa, como la juchiteca, enfrenten las catástrofes naturales. Virginia García Acosta traza la larga crónica de los sismos en la capital del país, y Alberto Fernández recomienda a los jóvenes buscar una narrativa propia de su actuación durante la crisis. Monserrat Loyde pone un ejemplo a seguir: Japón, cuya conciencia del desastre se ha materializado en un detallado plan de acción ante un próximo gran terremoto.
El número incluye breves testimonios de Enrique Serna, Fernanda Melchor, Noel René Cisneros y Julián Herbert, y una reflexión sobre la poesía después del temblor de Malva Flores.
En los meses por venir se sentarán las bases para reconfigurar el rostro de distintas ciudades del país. Se deberá actualizar el reglamento de construcción segura en el área metropolitana del Valle de México y se tendrá que desarrollar un plan de contingencia nacional que incluya a todos los miembros de la sociedad –gobierno, ciudadanos e iniciativa privada– para responder mejor a las catástrofes. Ahora, México sale de los escombros. ~