En Por las fronteras de Europa, la crรญtica catalana Mercedes Monmany recopila la cosecha de una vida entera dedicada al anรกlisis y divulgaciรณn de la literatura europea contemporรกnea. La obra se lee como una especie de gran bestiario dinรกmico, un coro de voces de los mejores escritores europeos del siglo XX y albores del XXI, seleccionados con la poรฉtica del rigor y, sobre todo, “del placer, el placer del texto,” como dice Monmany. “Soy crรญtica, pero sobre todo lectora con una misiรณn que es entusiasmar a otros, y nunca me ha molestado la palabra divulgar.”
Monmany divide el territorio europeo en doce รกreas, incluyendo Israel y Turquรญa. “Israel es una rama europea. La nรณmina de grandes escritores judรญos europeos va desde Bashevis Singer e Isaak Bรกbel a Proust y Kafka, Canetti y Roth. Hay autores israelรญes actuales que admiro mucho: Oz, Grossman, Nir Baram.” Proyecta la imagen de un mosaico europeo a vista de pรกjaro, que desde la distancia puede apreciar el territorio como un amasijo de colores y texturas, resultado de los grandes seรญsmos sociales y polรญticos de un siglo agitado, y cรณmo estos devienen en arte: tendencias, vanguardias y generaciones. Pero lo contrasta con una mirada incisiva y precisa.
Monmany, que empezรณ en el periodismo a los diecinueve aรฑos durante la transiciรณn, “sabรญa que habรญa temas que se tenรญan que divulgar: los paรญses de Europa oriental, el tema judรญo”. Recuerda que la literatura es memoria y el gran patrimonio europeo es la cultura. “Ahora el รบnico lenguaje que nos une es el econรณmico, este pragmatismo descarnado. Jamรกs oigo a un polรญtico europeo citar a un pensador.”
Hay picos de intensidad y de silencio a lo largo de esta compleja construcciรณn europea, el gran laberinto de historias, palabras y destinos, hervidero de utopรญas, fantasรญas y genialidades. Aparece la gran tradiciรณn alemana, y “la gran tragedia europea, los totalitarismos nazi y soviรฉtico”. Muestra entusiasmo por Sicilia, “que tiene a dos premios Nobel, el grandรญsimo Pirandello y el poeta Quasimodo, pero tambiรฉn a Lampedusa y Bufalino, Brancati y su sรกtira”. Otro punto caliente se encuentra en la segunda mitad del siglo XX en Italia, llena de vitalidad y propuestas, “tanto en el cine con Pasolini o Rossellini como en la literatura, con Carlo Emilio Gadda, Calvino, Buzzati o Levi, que vuelve de los campos y se hace el maestro de esta perfecciรณn estilรญstica del horror que en otra รฉpoca hubiera sido impensable. Se inicia en el siglo XX, y tiene representantes en muchos paรญses, como el maestro del gulag es Shalamov”.
Aunque puede servir como un atlas o un diccionario, Por las fronteras de Europa lleva la clarรญsima firma de su autora, un estilo melรณdico que evita la mecรกnica de las frases hechas. Se lee como un viaje en el tiempo y el espacio. “Hay una mรบsica en el ensayo, tiene que ser atractivo,” explica. “He intentado siempre centrar, contextualizar, y ofrecer pinceladas orientativas con la intenciรณn, como decรญa Nabokov, de respetar al lector. Mis maestros son George Steiner y Claudio Magris, que hacen muy atractiva la lectura, no oscurecen el texto”.
Dice Magris en el prรณlogo del volumen que Monmany “ve tanto la totalidad como la individualidad en un solo libro; correspondencias temรกticas o estilรญsticas y otros vasos comunicantes”. El libro se lee entrando y saliendo de estos puntos neurรกlgicos segรบn las pautas que interesan a cada lector en particular, creando una autoguรญa: por los ismos, por los paรญses, por las ciudades, por las zonas lingรผรญsticas, por tendencias, por situaciones histรณricas como la resistencia o la guerra.
Por ejemplo, por el Telรณn de Acero, donde la diferencia entre imagen y realidad llegรณ a ser una forma de arte, y los escritores tenรญan que hacer malabares lingรผรญsticos para evitar la censura, como fue el caso de Norman Manea. A propรณsito de Milan Kundera escribe: “La Verdad totalitaria excluye siempre cualquier adorno o vacilaciรณn inconveniente, y adornos lo son todos: la relatividad, la duda, la interrogaciรณn.” Europa central ocupa el corazรณn de Por las fronteras de Europa, es el nรบcleo alrededor del cual el maelstrom gira.
Monmany afirma que el gรฉnero de la novela es “lo que mejor revela la oculta, palpitante y complejamente polifรณnica fisionomรญa del mundo” y cita a Eco para decir que “el idioma europeo es la traducciรณn”. “La literatura es un cuerpo sensible”, dice, “y hay que tener cuidado de no volverse un mercader de ese cuerpo.” Y volviendo a la introducciรณn de Magris a este legado literario de primera categorรญa: “Escritura es testimonio, fuga, memoria, herida, salvaciรณn.” ~
(Nueva York, 1963) es editora de la versiรณn espaรฑola de la revista Granta. En 2012 Duoma publicรณ su antologรญa Mil bosques en una bellota.