I
Amplio portal brillante,
borde de roca,
rocas fijadas en salientes largos,
fijadas al oscuro, plateado granito,
a una roca más clara
un corte limpio, blanco contra blanco.
Ninguna cabra, arriba
arriba, trepa, ni oveja alguna
pisa tu suave hierba;
te alzas, borde del mundo,
pilar celeste.
El mundo se elevó:
estamos junto al cielo;
sobre nosotros chillan los halcones,
planean las gaviotas
el terrible oleaje queda mudo
desde este lugar.
Abajo, al filo de la roca,
donde la tierra es presa de fisuras
del roto acantilado,
un arbusto resiste al vendaval,
se dobla pero huelen
sus blancas flores a esta altura.
Y bien abajo,
ruge el viento:
silba, retumba,
gruñe aplasta la hierba
con su gran pie.
II
Dije:
¿debo seguirte siempre, siempre,
a través de las piedras?
Casi te alcanzo. Escapas:
corres más que mi mano.
Me asombraste.
Grité: querido, bello, misterioso
pulpa blanca de mirto.
Me astillé y desgarré:
el sendero ascendía
más veloz que mis pies.
Si un demonio pudiera vengar este dolor,
le lloraría si un fantasma pudiera,
gritaría, oh maldad,
sigue a este dios,
ríete de su mal y de su vicio.
III
¿Me tiro desde aquí,
salto, y así estaré contigo?
¿Me dejaré caer, amado, amado,
unidos los tobillos?
¿Te daría yo pena, oh pecho blanco?
Si despertara, ¿te daría pena,
se encontrarían nuestros ojos?
¿Te has dado cuenta,
sabes cómo subí por esta roca?
Falta de aliento, me incliné hacia fuera,
tambaleante entre los arrayanes.
Dios del acantilado, ¿te das cuenta
de lo lejos que están los bordes de tu casa,
cuánto tuve que andar?
IV
Sobre mí gira el viento.
Estuve ante tu puerta
y yo sé
que tú estás más allá,
más lejos todavía, en otro acantilado. –
* El Taller de Traducción Literaria de la Universidad de La Laguna, fundado en 1995, se ocupa de cuestiones de traductología y lleva a cabo traducciones de textos definidos por su dificultad o su complejidad estética. Ha traducido y editado libros de J. Keats, G. Flaubert, W. Wordsworth, S. Johnson, etc., con nuevos procedimientos de traducción colectiva, contrastada y revisada. En el seminario dedicado a H. D. (Hilda Doolittle), celebrado el 24 de mayo de 2005, participaron Clara Curell, Margarita Fernández de Sevilla, Cristina González de Uriarte, Nicanor Guerra Reyes, Maryse Privat, Fátima Sainz y Andrés Sánchez Robayna.