Tierra, Tierra,
montando tu tío vivo
hacia la extinción,
directo a las raíces,
espesando, como salsa, a los océanos,
supurando en tus cuevas;
te estás volviendo una letrina.
Tus árboles son sillas retorcidas.
Tus flores se lamentan ante sus espejos,
y anhelan un sol que no lleve máscara.
Tus nubes visten de blanco
en un intento por ser monjas
y rezan Novenas al cielo.
El cielo está amarillo con su ictericia
y sus venas se derraman en los ríos
donde los peces se arrodillan
para tragar pelo y ojos de cabra.
Y, con todo, yo diría
que el mundo se está ahogando.
Y yo, en mi lecho cada noche,
escucho a mis veinte zapatos
hablar sobre él.
Y la luna,
bajo su capucha oscura,
se cae del cielo cada noche,
con su boca roja y hambrienta
para chupar mis cicatrices. ~
Del libro Last Poems
Versión de Ben Clark