Imagen generada por inteligencia artificial.

La inteligencia artificial viene por los pájaros

El “cardenal Santa Claus” es solo el inicio: el alud de imágenes falsas creadas por esta herramienta llega al campo de los observadores de aves.
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En diciembre, un amigo me etiquetó en un post sobre un pájaro raro. Estoy acostumbrado: como soy aficionado a las aves, mis amigos me avisan constantemente cuando se publica un nuevo estudio o aparece un ave rara. Pero este post era diferente.

Publicado en una página de Facebook llamada “Route 370-Newfoundland News & Weather”, el post tenía lo que parecía ser una foto de un pájaro rojo y blanco posado en una rama nevada. El texto decía: “Un raro cardenal rojo y blanco con sus colores festivos hace su aparición en Canadá. Su inusual aspecto se debe a la ginandromorfía”.

He visto cardenales con ginandromorfismo (lo que significa que un individuo presenta características de ambos sexos), y no tienen ninguno de los colores que presentaba el pájaro “cardenal Santa” de Facebook. También tenía un pico delgado y amarillo como el de una gallina, en lugar del pico grueso y anaranjado del cardenal boreal, un rasgo que el ginandromorfismo no alteraría. Estaba claro que no era un cardenal, pero ¿qué era?

La búsqueda inversa de la imagen no fue de ayuda, pero cuando miré más de cerca, la respuesta era obvia. El pájaro parecía tener tres patas y el extremo de la cola estaba cubierto de nieve. No era una foto real, sino una fantasía fotorrealista creada por la inteligencia artificial.

Publiqué una respuesta rápida para mi amigo, procurando que no se sintiera mal por haber caído en el engaño, pero al leer los más de 2,000 comentarios pude comprobar que no era el único. Compartido más de 10,000 veces y con 24,000 me gusta, este pájaro imaginario fue un éxito viral para un grupo de Facebook acostumbrado a cifras mucho más modestas con mensajes como Garfield diciendo “¡Feliz lunes!” o advertencias sobre alces en la carretera.

Las fotos de pájaros siempre han sido populares en las redes sociales. Las aves son bellas, de una forma sencilla que resulta atractiva para quienes no buscan polémica ni política. La fotografía de aves es una actividad igualitaria, que recompensa por igual una imagen de un ave rara de una selva remota y una bonita foto de un pájaro en un patio trasero.

Pero la popularidad de las aves en las redes sociales, de manera nada sorprendente, ha dado lugar a malos comportamientos. Los fotógrafos atraen a los búhos arrojándoles ratones comprados en la tienda para tomar fotos de acción o recortan las ramas que rodean un nido para obtener una toma más clara. Los que no quieren salir a la calle para obtener imágenes de aves han recurrido a Photoshop y otras herramientas de edición (esta imagen de un “búho arco iris” lleva circulando por internet más de una década) o toman fotos de animales disecados y las hacen pasar por reales.

La inteligencia artificial generativa ha facilitado –y empeorado– el proceso de generar contenido sobre aves. Por lo que sé, el post del “pájaro Santa Claus” se originó a finales de noviembre en otro grupo, Wildlife planet, que solo publica pájaros generados por inteligencia artificial. Este grupo y otros innumerables, la mayoría con nombres genéricos como Amazing birds of the world o Beautiful birds, existen únicamente para difundir contenidos falsos en las pantallas de un público ansioso y desprevenido

Cabe preguntarse si esto es perjudicial. Sin duda, una avalancha de imágenes falsas de aves va a hacer más confuso el internet, y muchos usuarios carecen de la capacidad de distinguir qué aves son reales y cuáles no. Bill Hubick, cofundador del Maryland Biodiversity Project en Estados Unidos, fue alertado de que su organización había sido utilizada como fuente para un artículo acerca de las especies silvestres únicas de Maryland. Todo el “artículo” se generó con inteligencia artificial y estaba plagado de errores, pero también parecía lo bastante preciso como para engañar a alguien que no supiera, por ejemplo, que el pez conocido como dardo de Maryland que, según el texto “añade un toque de color a los ecosistemas acuáticos del estado”, en realidad no se ha visto desde 1988. (Aunque si el texto no te parecía extraño, el ciervo volador y el pájaro con cabeza de serpiente de la imagen podrían haberte dado una pista).

Afortunadamente, existen herramientas para luchar por la verdad. Hay servicios en línea que pueden ayudar a detectar videos falsos y detectores de voz creada con inteligencia artificial. La mejor herramienta para un observador de aves puede ser la Biblioteca Macaulay del Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell, una base de datos en línea de decenas de miles de especies de fauna salvaje, incluidas aves, anfibios y mamíferos. Hay más de 10,000 especies de aves vivas en la Tierra, y todas y cada una de las que conocemos tienen una entrada en la Biblioteca Library. Al hojear las mejores imágenes, me frustra que nos molestemos en utilizar inteligencia artificial para esto. ¿Qué sentido tiene inventar cosas cuando ya hay tantos pájaros reales impresionantes allá afuera? ~

Este artículo es publicado gracias a la colaboración de Letras Libres con Future Tense, un proyecto de Slate, New America, y Arizona State University.

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escribe sobre aves y trabaja para Maine Audobon, una organización para la conservación de la naturaleza.


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