La película de Luis Mandoki Fraude, México 2006 (estrenada el 16 de noviembre en más de doscientas salas cinematográficas del país) no es un ejercicio cinematográfico independiente, donde el director se propondría presentar una visión personal y ajena a todo grupo de poder, sobre algunos temas centrales de la elección presidencial de 2006. Más bien, la película está ligada estrechamente a las dinámicas propias del poder político, aunque desde una postura de oposición: debe entenderse como parte del movimiento social encabezado por Andrés Manuel López Obrador. En mi perspectiva, es el mejor esfuerzo documental –hecho hasta el presente– para recrear y fortalecer una de las creencias que sirvieron de base para el desarrollo de dicho movimiento: la interpretación según la cual se cometió una alteración masiva de la voluntad popular para perjudicar al candidato de la Coalición Por el Bien de Todos, con el fin de beneficiar ilegalmente al candidato del Partido Acción Nacional. La conclusión que quiere difundir la película es clara: López Obrador fue quien ganó realmente la elección, y Felipe Calderón es un presidente ilegítimo.
La película de Mandoki es interesante, entonces, porque aborda con fuerza visual y dramatúrgica, propia de la cinematografía, la creencia en el fraude electoral; y esto tendrá efectos relevantes en el movimiento social encabezado por López Obrador. La cinta fortalecerá las convicciones de quienes han aceptado dicha interpretación (aproximadamente 35% de la población) y la disfrutarán ampliamente. Para quienes tienen dudas, favorecerá el tránsito al campo de las convicciones. Y para aquellos que no comparten tales interpretaciones, el documental resultará por demás monótono, pues el director no presenta nueva información para sustentar la acusación del fraude.
Pero las creencias que contribuyen al surgimiento y desarrollo de los distintos movimientos sociales no son iguales en términos racionales, y por lo mismo no tienen las mismas consecuencias para la construcción de un régimen político democrático: hay creencias que tienen la peculiaridad de apoyarse en información notoriamente sesgada y parcial. Y precisamente éste es el caso de la película de Luis Mandoki: el contenido de su trabajo se fundamenta en la presentación de verdades a medias, que, para fines sociales prácticos, significan falta de veracidad histórica y política. Por lo anterior, también podría titular mi análisis con un remedo del lema central de la campaña publicitaria de la película: “¿Atrévete a ver la verdad o atrévete a ver la manipulación?”, porque la película recrea y revive una creencia que no puede fundamentarse a partir de los acontecimientos sucedidos, porque no coincide con toda la información disponible cuando la consideramos de manera integral. Más aún, de acuerdo con la entrevista radiofónica que Ciro Gómez Leyva le hizo a Luis Mandoki el miércoles 14 de noviembre, el director señaló que deliberada y concientemente presentó la información de manera parcial.
¿En qué aspectos la película de Mandoki sesga y parcializa la información disponible? En mi opinión en tres temas centrales:
El análisis de los errores aritméticos en las actas de casillas
La película acierta cuando menciona la presencia de una gran cantidad de actas de casillas con errores de llenado. Según la información disponible, alrededor de la mitad de las actas está en tal situación. Se trata de un problema señalado de manera amplia y sistemática por la Coalición Por el Bien de Todos desde finales de julio de 2006, pero que Mandoki recrea con una fuerza visual muy destacada. Las escenas son fuertes, y parecería que no dejan duda alguna sobre su importancia.
Sin embargo, Mandoki repite el mismo sesgo fundamental que cometió la Coalición en su momento: no menciona que los errores aritméticos en las actas de casilla se repartieron de manera muy semejante en las casillas donde ganó Felipe Calderón, y en aquellas donde López Obrador triunfó; incluso, que hay un porcentaje superior, aunque muy ligero, de errores en las actas donde López Obrador obtuvo mayoría de votos. Como ejemplo, mencionaré uno de los errores más importantes: la cantidad de boletas recibidas en las casillas antes de su apertura suele ser diferente de la suma de los votos emitidos por los ciudadanos más las boletas sobrantes. Dicho error se presentó en 47% de las casillas donde ganó Felipe Calderón, pero lo mismo sucedió en las casillas donde López Obrador triunfó: encontramos el error en 50.1% de los casos.
La única explicación de tal simetría en los errores, es que se originaron por procesos aleatorios y no intencionales. Considere el lector con detenimiento lo siguiente: ¿es posible –desde un punto de vista práctico– que algunas personas hubieran aplicado una estrategia sistemática para ocasionar errores aritméticos del mismo tipo, porcentaje y sentido (de más y de menos) en las casillas donde Felipe Calderón ganó y donde López Obrador triunfó? En mi opinión, tal hipótesis es imposible desde el punto de vista humano. Sin embargo, el documental de Mandoki oculta el hecho incontrovertible de la simetría de los errores aritméticos.
La evaluación del recuento de votos ordenado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
La película de Luis Mandoki también falsea la realidad cuando presenta lo sucedido en el recuento de votos ordenado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Es innegable que hubo paquetes electorales que no estaban cerrados de manera adecuada, y de votos introducidos en los paquetes de manera incorrecta. Pero ¿qué sucedió en el total de las 11,7181 casillas reabiertas por mandato del Tribunal Electoral? Para ser objetivos, no se deben mencionar casos aislados, como lo hace Mandoki, sino las conclusiones generales del recuento. Y tales resultados son contundentes en contra de la interpretación del fraude electoral:
1. Las 11,718 casillas recontadas formaron un grupo seleccionado deliberadamente para perjudicar los votos de Calderón en caso de encontrarse un fraude electoral, pues de dicho total Calderón había ganado en 10,138 casos (86.52%); Madrazo, en 1,231 (10.51%); López Obrador, sólo en 293 (2.5%); y había empates en 56 (0.48%). En otras palabras, el trabajo del Tribunal recontó 17.17% de las casillas donde había ganado Felipe Calderón (10,138 de 59,042).
2. Sin embargo, como resultado del recuento, Andrés Manuel López Obrador sólo recuperó 2,257 votos, y Felipe Calderón perdió 2,863; es decir, hubo una variación marginal de 5,120 votos en las 11,718 casillas recontadas, lo cual significa que el promedio de los votos modificados fue de medio sufragio por casilla recontada (0.44, para ser precisos). No hay, por lo tanto, prueba alguna de una modificación fraudulenta de votos, o de alguna estrategia que hubiera cambiado de manera mínimamente significativa la orientación de la voluntad popular.
La explicación de las intervenciones del presidente Vicente Fox
Otra parte importante de la película de Luis Mandoki está centrada en analizar la supuesta inequidad de la contienda electoral, ocasionada por la insistente participación del presidente Vicente Fox. Sin embargo, tal acusación es igualmente parcial y sesgada cuando consideramos la información disponible de manera integral, porque supone que hubo un comportamiento más o menos pasivo de López Obrador.
Nada más lejos de la realidad: si analizamos los discursos de ambos personajes durante la etapa de mayor activismo del presidente (enero, febrero y mitad de marzo de 2006), resulta que las intervenciones del presidente Fox sólo se presentaron en siete ocasiones, pero en todas fueron de manera velada e indirecta. En cambio, López Obrador hizo comentarios críticos y claramente denostativos contra la figura presidencial de manera explícita, sistemática y reiterativa. Por lo mismo, el Tribunal Electoral concluyó de manera acertada: el presidente Fox sí intervino en la elección, pero no hubo motivo para anularla debido a que su participación fue contrabalanceada por López Obrador. Más bien, ambos fueron parte de un conflicto que recrearon conjuntamente.
Otra parte de la película destaca la campaña crítica del Partido Acción Nacional y de otros actores a partir de marzo de 2006, calificada por la Coalición como “guerra sucia”. Al respecto, es necesario señalar que la Coalición recurrió al uso sistemático de tal estrategia de campaña. Su problema fue, más bien, que lo hizo hasta principios de mayo de 2006; es decir, que durante cincuenta días, aproximadamente, dejó sin contestar la campaña crítica que desde comienzos de marzo se había organizado en contra de López Obrador. Pero, cuando lo hizo, lo hizo de manera muy fuerte, pues logró revertir la caída en las preferencias electorales de su candidato. El problema de la película de Mandoki es que sólo menciona una parte del contenido de las campañas electorales, y oculta la presencia de los errores estratégicos cometidos por la Coalición y Andrés Manuel López Obrador; uno de ellos: su falta de agilidad para responder a los cuestionamientos provenientes de los contrincantes políticos.
Cuando Luis Mandoki decidió analizar los errores aritméticos en las actas de casilla, sin mencionar cómo se distribuyeron entre los dos principales contendientes, ocultó los resultados globales del recuento de votos ordenado por el Tribunal Electoral, y dejó de mencionar la campaña crítica y denostativa de López Obrador contra el presidente Fox; no da muestras de una invitación “a conocer la verdad”, sino todo lo contrario: presenta una película que maneja la información de manera totalmente parcial y sesgada. Y esto se llama, simple y sencillamente, manipulación política. ~
1 Al analizar el recuento de votos ordenado por el Tribunal Electoral en los Juicios de Inconformidad correspondientes, se observa que se recontaron 11,718 casillas, y no 11,839 como originalmente se había dicho.