Señor director:
Sin lugar a dudas es condenable el acto terrorista del 11 de septiembre y entendibles los sentimientos de rencor, ira y venganza que pudieran estar presentes en los estadounidenses. Sin embargo, la salida, en mi opinión, NO debe ser de corte militar. Por más que se nos quiera decir que las operaciones militares serán quirúrgicas, que ningún civil va a morir, etcétera, es importante señalar que lo más probable es que gente inocente muera. La salida bélica a este conflicto sólo generará más odio a los Estados Unidos e incrementará las posibilidades de recibir nuevos ataques. Infortunadamente el presidente Bush nos ha hecho ver, con su retórica, que su intención es aplicar el viejo principio de "Ojo por ojo, diente por diente". Es alarmante, además, que Bush asuma a su país como un representante del bien, por la naturaleza totalitaria y dogmática de ese enunciado: no hay países "buenos" ni países "malos". Pienso que una salida basada en el derecho internacional, con los responsables sentados en un banquillo ante un tribunal, es el mejor de los escenarios. Si Bin Laden resultara ser el acusado y el país que lo asila se negara a entregarlo, una acción multilateral diplomática podría ayudar a llevarlo a juicio. –