a Coral Bracho
cubran las ventanas con alcándaras que no entre llegó con el delirio limpien la yedra de los muros apareció en una retama sobre un charco de luz dejen caer los manzanos al pozo envenenados fue pez vivo en un mar de arena huyamos del nido del tiempo vino a hacer capullo tapien con hierro la casa para que su brillo no penetre parecía un ave blanca inflamada desvíen el curso del agua floreció en el piracanto corten los lirios desfallezcan los sauces de sequía llegó como esmeralda en un río de piedra ni un borde ni orillas ni remolinos dejen pasar su presencia de batracio
pero su cauda imprecisa venció los resquicios se adhirió a los vados simulando ser una sombra absorbió nuestro sudor con su aliento ríspido prendió las luminarias del umbral sacó de los estantes brebajes ocultos hizo brotar vapores de los patios hondos y los recuerdos como plaga prendieron la casa cerrada
mecido por las flamas el tiempo diminuto anfibio descuelga lianas cava fosos regurgita: poseída por una agitación furiosa su piel fría garabatea dentro –