La identidad de las personas vendrá determinada por un manual de estilo, como el de las marcas y empresas actuales. Tendrán en casa photocalls con fondos ideales, viajarán a dioramas preparados para crear la experiencia de unas vacaciones de ficción. Habrá coworkings en los que cada usuario trabajará durante horas en mantener la buena salud de su imagen de marca. El trabajo no terminará nunca, pues mostrar cómo se vive la vida será trabajo. La amistad se conformará por medio de vínculos empresariales. Se hablará sin cesar de cuidados, de moral, se harán denuncias públicas de comportamientos inapropiados. El sentimiento de amistad se verá sustentado por expresiones como “soy fan”, “amor absoluto” y “eres el mejor”, todas ellas pronunciadas por canales virtuales. Llegará la vejez y proliferarán los dioramas de spas, de villas en la campiña francesa. La gente morirá, como antaño, sola en casa, por una mala caída.
es escritora y autora de la novela Las niñas prodigio (Fulgencio Pimentel, 2017)