Han pasado diez años desde el estallido de la crisis. Fue una catástrofe financiera, originada en parte por la imprudencia y el exceso de confianza que se reinterpretó como una crisis fiscal. Entre sus consecuencias están el incremento de la desigualdad, el descrédito del sistema, la fragilidad de la democracia liberal
y el ascenso de partidos antiestablishment. En este número examinamos algunos de sus efectos y nos preguntamos si estamos protegidos ante una nueva crisis.