El escritor y cineasta Alain-Paul Mallard nos ha hecho notar, a Gerardo Villadelángel y a mí, algo fascinante. En el Viaje a la Luna, el famoso film de 1902, de Georges Méliès, podemos observar a los astronautas cuando escapan presurosos de los enojados selenitas que los persiguen. Suben precipitadamente a su nave para regresar a la tierra y la cápsula espacial cae en el mar, donde aparecen durante unos instantes, moviéndose rápidamente, unos axolotes gigantes. Se nos escaparon estos axolotes cuando planeamos la Axolotiada, el libro que publicamos en 2011 (Fondo de Cultura Económica-INAH). Hubiesen ocupado un lugar destacado allí. El lector curioso los podrá ver poco después del minuto 11 de la película:
http://www.youtube.com/watch?v=8GsiHDGwPaU
¿Por qué Méliès, al lado de las medusas, no fotografió a unos peces comunes y quiso presentar a los exóticos anfibios, con sus patitas, para recibir el regreso de los astronautas? ¿Acaso también cayeron de la Luna? Aquí pueden verse dos fotogramas de la versión en color del Viaje a la Luna:
Por otro lado, a los interesados en los axolotes les puede gustar el video de Joel Veitch, un joven cantante y creador de dibujos animados británico. Se trata de The Axolotl Song, de 2010. Veitch dice que “el axolote es el animal con más suerte en todo México, porque exhibe una propiedad llamada neotenia, lo cual quiere decir que llega a la madurez sexual sin pasar por la metamorfosis. El axolote puede ser inducido a metamorfosearse si bebe el viscoso jugo de la salamandra. ¿No es algo brillante? Tuvimos que escribir una canción sobre esto”. Si se quieren divertir, pueden ver el video aquí (dura solo dos minutos):
El famoso animalito mexicano, emblema de la identidad nacional, tiene una presencia muy grande en las artes visuales. Es sintomático que aparezca tanto en los orígenes del cine como en una animación videográfica inglesa actual.
Es doctor en sociología por La Sorbona y se formó en México como etnólogo en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.