Antonio Rivero Taravillo
El cártel de Puigdemont
A Puigdemont hay que verlo como uno de esos jefes de cárteles que pasan a la clandestinidad, sobre los que se cantan narcocorridos y que gozan de un inmerecido apoyo por parte de sus comunidades.
¿Censura? ¿Qué censura?
En la democracia ya no cabe la censura, y cualquier cosa que se diga o edite solo debe tener las limitaciones que imponga el Código Penal.
Perplejidades del fanatismo
Una regla si no infalible sí bastante certera para distinguir fanatismos y vesanias de la intransigencia es la del ataque ad hominem o ad mulierem.
Las errancias de Oisin: un artista expulsado por el nacionalismo
La obra de Sean Scully se expuso en una antología el pasado verano en Bolonia, tras haberse mostrado igualmente en Budapest y Atenas. La itinerancia del arte es buena; la obligada a las…
Dos poemas
Traspaso Estaba acurrucado bajo el árbol, oscuro igual que el tronco, y tan callado que los ojos silentes como frutos eran un zumo claro (muy pronto amargo) desde dos gotas. Lo observé: me…
De la Vieja a la Nueva España: Luis Cernuda vislumbra México
Cernuda fue un solitario hasta en esto: ser el único exiliado de su generación que queda inicialmente en Europa; por ello no coincidirá hasta mucho después con Salinas o Guillén, ya en Estados…
Casa Alvarado
para Guillermo Sheridan Ecos, reverberaciones. En la casona en que muriera Paz, aún el imperio de su apellido. En esta fonoteca, su voz con la de otros, como, pasado el patio, el canto…
Retorno al Playfair
No fui particularmente feliz allí, pero en aquel lugar se cumplió en mí un ritual de madurez; por primera vez me sentí independiente y libre, lejos de la familia y…