En su libro Homo Deus, el historiador Yuval Noah Harari habla de la posibilidad de que en el futuro exista una élite de superhumanos mejorados genéticamente. Los avances tecnológicos mejorarán la vida de las personas, pero crearán nuevas desigualdades y problemas éticos. La revista de tecnología e innovación Telos, que renueva su imagen después de 107 números y más de 30 años, dedica su nuevo número al “humano digital” y a una “nueva civilización en la que los seres humanos y las máquinas se compenetran y apuntan a un futuro ‘transhumanista’”. La publicación, que edita la Fundación Telefónica, no solo aborda temas tecnológicos, científicos y de innovación, sino que analiza los retos éticos y las posibilidades de la tecnología para un progreso inclusivo. En el número 108, el escritor mexicano Naief Yehya, también colaborador de esta revista, hace un repaso de los últimos avances en Inteligencia Artificial y afirma que “es una tecnología equiparable a lo que fue la energía nuclear en las primeras décadas del siglo pasado: una gran fuente de promesas y ansiedades.”
En las páginas de la nueva Telos, y también en su nueva web, se discuten las posibilidades de una tecnología que tiene también sus peligros. Como afirma la cibor-antropóloga Amber Case, entrevistada en el número, que puede encontrarse en librerías por 9 euros, “Los fundamentos, los valores, que tenemos en nuestras culturas podrían convertirse en algo controlado por la inteligencia artificial si no tenemos cuidado”. Y añade que hay que combinar soluciones prácticas (“Necesitamos hacer sistemas de backup para cuando la tecnología falle en caso de catástrofe”) con cierta cautela y la aceptación de los límites de la tecnología (“Tiene que haber ética, moral y principios más allá de los sistemas o no conseguiremos construir la realidad en la que deseamos vivir.”).
La arquitecta Susana Finquelievich hace una reflexión parecida a la que realiza Harari en un artículo de esta revista. Finquelievich piensa que “la alianza entre tecnología y biología requiere un nuevo contrato social”, y se pregunta: “¿La humanidad se fragmentará aún más, entre humanos modificados y portadores de deficiencias? ¿los más ricos podrían prolongar indefinidamente su salud y juventud?”. El historiador israelí, por su parte, dice que el liberalismo se hundirá “si los descubrimientos científicos y los avances tecnológicos dividen a la humanidad en una masa de humanos inútiles y una pequeña élite de superhumanos mejoras o si la autoridad se transfiere completamente a algoritmos muy inteligentes”.
Telos, que se divide en varias secciones (“Asuntos de comunicación”, “Análisis”, “Experiencias”, “Referencias” y “Regulación”) reflexiona sobre estos temas desde un enfoque multidisciplinar: en su nuevo número participan desde el astrofísico David Barrado o el dibujante Gabriel H. Walta hasta filósofos, antropólogos o la secretaria general de la Asociación de Internautas Ofelia Tejerina. Porque, como escribe el director de la Fundación Telefónica César Alierta , “los cambios se manifiestan con más intensidad en el ámbito de la tecnología, pero alcanzan a todos los órdenes de la sociedad y han modificado el tipo y la amplitud de nuestras relaciones sociales, nuestros ámbitos de consumo, la forma en que producimos bienes y servicios, la manera en que nos comunicamos y hasta el ejercicio del poder o los mecanismos de participación política.”
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