Un dรญa antes del gran torneo, el Karate Kid choca el automรณvil que le regalรณ Mr. Miyagi, queda en coma y aquel gรผero desabrido gana el campeonato sin sudar ni una gota. The Crash Reel, de Lucy Walker, cuenta exactamente esa historia: nuestro gallo, el simpรกtico y sonriente Kevin Pearce, es el รบnico capaz de robarle la medalla de oro al hรญgado de Shaun White: el Alain Prost, Tiger Woods, Roger Federer, la mรกquina humana del snowboarding mundial. Mientras Shaun, hรญbrido de Bob Patiรฑo y Carrot Top, habla como androide en entrevistas, desprecia al resto de los competidores y gasta millones de dรณlares en una pista para entrenar sin que nadie lo moleste, Kevin entrena dรญa y noche con sus amigos y recibe a la prensa con la frescura y humildad de un chico consciente de su buena fortuna. Si The Crash Reel fuera un melodrama hollywoodense y no un triste documental, la historia narrarรญa el รฉxito gradual de Kevin, culminando con una medalla de oro en las olimpiadas de invierno de 2010. Por desgracia, el cine no es la vida. Despuรฉs de un accidente durante un entrenamiento, Kevin sufre un trauma cerebral agudo y sobrevive de milagro. Adiรณs sueรฑo olรญmpico.
The Crash Reel se enfoca en la convalecencia de Kevin. Inicialmente, mรกs que aplaudir su rehabilitaciรณn, Walker registra, sin indagar, la naturaleza adictiva de los deportes extremos. Aรฑos despuรฉs de salir de terapia, Kevin necesita puรฑados de pastillas y antidepresivos, apenas puede enfocar la vista en un objeto y su memoria funciona a marchas forzadas. Los doctores le aseguran que volver a subirse a un snowboard es jugar ruleta rusa. Aun asรญ, Kevin insiste en perseguir sus metas. Le tiene sin cuidado la opiniรณn de su familia, aterrada de verlo sobre la nieve una vez mรกs, asรญ como su propio desempeรฑo en las pistas, donde no es ni la sombra de lo que era. Como tantos otros atletas, Kevin vive embrujado por la fatalidad y la gloria. Desde el alpinista George Mallory hasta la tragedia de los hermanos Rodrรญguez, el encanto del riesgo y el triunfo deportivo ha desafiado, y en muchos casos vencido, todo sentido comรบn. Kevin el hรฉroe se convierte en el villano, compitiendo a escondidas y manteniendo en vilo a la gente que durante meses lo ayudรณ a recuperarse de una lesiรณn potencialmente mortal.
A pesar de este dramรกtico giro, cuando el documental se convierte en el retrato de un adicto, The Crash Reel pierde foco y colmillo. El รบltimo tercio no se decide entre admirar el รบltimo cambio de parecer de Kevin o denunciar el peligro inherente en el snowboarding. Desafortunadamente, Walker no se sumerge en la mente de Kevin y sus colegas. Obtenemos testimonios sobre la adrenalina del deporte, lo felices que se sienten quienes lo practican, la necesidad vital de subirse a la tabla y lo poco que les importa una lesiรณn. Lo que no obtenemos, y es una pena, son los motivos que mueven a estos hombres a arriesgar la vida. Walker no estรก sola en esa omisiรณn. Ni siquiera los mรกs grandes libros de aventura, desde Touching the void a Into thin air, se atreven a responder a esa pregunta clave: ¿por quรฉ necesitan estar al borde de la muerte para sentirse vivos?
Al final, la diferencia entre The Crash Reel y esas dos famosas crรณnicas del alpinismo moderno es que Joe Simpson y Jon Krakauer siguieron escalando mientras que Kevin Pearce abandonรณ la nieve. No la abandonรณ porque quisiera sino porque su cuerpo lo obligรณ, pero Walker no observa ese matiz, no se detiene a considerarlo y ponderar las preguntas que suscita. Para este momento, la directora estรก demasiado embelesada con su joven protagonista como para sentarlo frente a una cรกmara en busca de respuestas. Lo que obtenemos es paradรณjico e insatisfactorio: la celebraciรณn de una vida que aรบn sueรฑa con la muerte.
-The Crash Reel forma parte del Festival Ambulante 2014.