El sรกbado en la tarde muriรณ el oso Knut frente a mรกs de 600 visitantes que se habรญan dado cita para verlo en el zoolรณgico de Berlรญn. Tras varios minutos de dar vueltas, con una de sus patas traseras contrayรฉndose en espasmos, el animal soltรณ un gruรฑido y se derrumbรณ sobre un pequeรฑo lago en su cerco. Knut tenรญa cuatro aรฑos de edad. La mayorรญa de los osos polares viven hasta los veinticinco.
La muerte de Knut suscita preguntas importantes con respecto a la vida de los animales en cautiverio. ¿Quรฉ valรญa tienen los zoolรณgicos; quรฉ papel juegan en los esfuerzos de conservaciรณn?, ¿cuรกles especies deben reproducir y mostrar al pรบblico? Y, sobre todo, ¿cuรกles son las consecuencias de que los zoolรณgicos –y sus cuidadores- interfieran en la vida, y los ciclos, del mundo animal?
Knut fue objeto de controversia desde su nacimiento. Su madre, Tosca, lo abandonรณ junto a su hermano y se negรณ a alimentarlo, pero las autoridades del zoolรณgico no quisieron darlo por muerto. Lo colocaron dentro de una incubadora y, posteriormente, le encargaron a Thomas Dorflein que lo alimentara y, bรกsicamente, lo criara. Durante dos aรฑos, el entrenador se convirtiรณ en la madre sustituta de Knut: le daba de beber leche embotellada, jugaba y hasta dormรญa con รฉl.
Durante los primeros meses de vida de Knut, el zoolรณgico de Berlรญn se vio atacado por diversos grupos a favor de los derechos de los animales. La queja de estos era sencilla: la madre de Knut lo habรญa abandonado al nacer por algo. Al soslayar lo anterior, y decidir criar al oso, el zoolรณgico interferรญa con la naturaleza; jugaba a ser Dios. No obstante, las quejas sรณlo sirvieron para exacerbar la fama del reciรฉn nacido. En cuestiรณn de dรญas, la historia del pequeรฑo oso polar le dio la vuelta al mundo y miles de peticiones inundaron al zoolรณgico de Berlรญn, pidiรฉndoles que dejaran vivir al animal.
Thomas Dorflein muriรณ en el 2008 de un ataque al corazรณn. Los medios, siempre รกvidos de melodrama, especularon que la muerte de Dorflein habรญa sido producto de un corazรณn roto: unos meses antes, las autoridades del zoolรณgico le habรญan impedido convivir con Knut debido a su creciente tamaรฑo El pequeรฑo oso polar volviรณ a estar desamparado: un dรญa despuรฉs de que su cuidador falleciera, los medios reportaron verlo decaรญdo y dรฉbil, dando vueltas debajo de la lluvia berlinรฉs. Una vez mรกs, el zoolรณgico volviรณ a ser el blanco de ataques, cuando Markus Roebke, uno de sus cuidadores, declarรณ que Knut “no se percibรญa a sรญ mismo como un oso sino como un ser humano”, aรฑadiendo que el animal debรญa alejarse del pรบblico. “Mientras estรฉ con nosotros, Knut seguirรก pensando en Dorflein como su padre”. Peter H. Arras, zoรณlogo, aรฑadiรณ que Knut aullaba si no tenรญa seres humanos cerca. “Se ha vuelto un psicรณpata que requiere de atenciรณn humana”, dijo.
Fuera de afectarlos econรณmicamente, la controversia alrededor de Knut se tradujo en una fortuna para el zoolรณgico (alrededor de 5 millones de euros al aรฑo), tanto en entradas para las propias instalaciones como en ingresos por mercancรญa inspirada en el mรกs famoso oso polar del mundo. Knut inclusive apareciรณ en la portada de Vanity Fair, junto a Leonardo DiCaprio, en una ediciรณn dedicada al medio ambiente.
En un artรญculo del 2008, el Spiegel Online calculรณ que el oso habรญa ayudado a que el zoolรณgico recibiera medio millรณn de visitantes en un periodo de doce meses. Sin embargo, el รฉxito monetario que Knut representaba no atemperรณ las dudas con respecto a su comportamiento. Durante sus รบltimos aรฑos de vida compartiรณ espacio con su madre, Tosca, y dos hembras, Nancy y Katjuscha, con las que se esperara que, llegada su madurez sexual, tuviera crรญas. Pero, fuera de beneficiarlo, la presencia de las nuevas inquilinas resultรณ ser una autรฉntica tortura para Knut, que simple y sencillamente no sabรญa cรณmo interactuar con otros osos polares. Las dos hembras lo agredรญan y su madre seguรญa despreciรกndolo. Los visitantes se quejaban de que el oso pasaba la mayor parte del tiempo en una esquina de su perรญmetro, aparentemente aterrado de convivir con las tres osas.
A raรญz de su muerte, el grupo PETA criticรณ al zoolรณgico de Berlรญn por su programa intensivo e irresponsable de reproducciรณn de osos polares. Tambiรฉn criticaron la decisiรณn de mantener a Knut cerca de las hembras que lo hostigaban. PETA especulรณ que la mรกs probable causa de muerte era un ataque al corazรณn. Finalmente, los primeros reportes de la autopsia indicaron que el animal tenรญa daรฑo y anomalรญas cerebrales
Decidir que un oso sea criado por un ser humano presenta una especie de dilema similar al de los niรฑos ferales: seres que, al ser cuidados por miembros de otra especie, son incapaces de adaptarse a las condiciones, hรกbitos y comportamiento de su propia naturaleza. El encierro en un zoolรณgico exacerba esta dicotomรญa esquizofrรฉnica: los animales estรกn ahรญ para ser observados por seres humanos, son criados por seres humanos, atendidos por seres humanos, pero se les exige que se comporten como animales. El caso de Knut es paradigmรกtico del limbo en el que muchos animales de zoolรณgico viven: esa zona gris entre la domesticaciรณn y la vida salvaje. Otro caso sonado fue el de Keiko, la ballena, a la cual intentaron liberar en el ocรฉano Atlรกntico. Semanas despuรฉs la encontraron en las costas de Noruega, jugando con niรฑos; incapaz de alejarse del contacto humano.
A raรญz de la muerte de Knut han aparecido decenas de peticionesalrededor del mundo pidiendo que se detenga la reproducciรณn de osos polares en cautiverio. Muchos de estos animales han dado indicios de trastornos psicolรณgicos tras nacer o vivir en zoolรณgicos. Despuรฉs de todo, la naturaleza del oso polar no podrรญa estar mรกs alejada del concepto de una jaula. Un animal solitario, acostumbrado a la vastedad gรฉlida del รกrtico, confinado a vivir rodeado de gente en perรญmetros tibios donde el cemento pintado de blanco intenta imitar a la nieve. Un animal acostumbrado a caminar un promedio de veinte kilรณmetros al dรญa limitado a un espacio mรกs pequeรฑo que una cancha de basquetbol. Knut podrรก haber hecho felices a multitudes de visitantes que se daban cita en el zoolรณgico de Berlรญn para verlo. La pregunta pertinente es si nuestra presencia –e intervenciรณn- le hizo bien.